Las pajas mentales de nuestros autores.
Retroceded 114 años. Estáis en el hospital Knickerbocker de Nueva York. Hay una mujer abierta en canal en la mesa de operaciones. Una selva de instrumental médico surge de sus entrañas. Apartad la vista o seguidles, porque Steven Soderbergh y Clive Owen os meterán a hostias en una vagoneta infernal hacia las mismas entrañas de la medicina de principios del siglo pasado. El viaje es desagradable y nuestro cicerone, un yonqui de cuidado. Bienvenidos a la ciudad que nunca, pero nunca duerme.
El género documental sigue su particular camino ajeno al ruido mediático que suscita la ficción
Imaginemos que las marcas entienden que es mejor reducir a los intermediarios e ir directamente a gastar todos sus recursos en los dos elementos imprescindibles: los creadores y los espectadores.
A esas grandes series, pero también a las más mediocres, y hasta las que miramos pero nunca lo reconoceremos en público, ha llegado vuestra hora. Yo digo SÍ a los finales de series.
Mucho odio, mucha pasión, desamor a raudales, lágrimas de colegiala… todo esto y mucho más en mi maltrecho corazón de serieadicto.
La psicopatía, el trastorno bipolar o el de personalidad múltiple: todos tienen cabida en la ficción televisiva actual.