5 series para empezar con Quibi
"Quick Bites"

5 series para empezar con Quibi

La plataforma de los "quick bites" ha llegado a España y con ella cinco series interesantes y, sobre todo, una forma de enfocar las historias que promete debate.

Christoph Waltz en 'Most Dangerous Game' de Quibi.

Quibi, la plataforma streaming para móviles, ha llegado quizás en el mejor momento. Debido al confinamiento, sólo en España, entre finales de febrero y finales de marzo, el tiempo dedicado a las apps se ha incrementado un 40,1%, y se calcula que alrededor de un 60% el consumo de contenidos streaming, como los de Netflix, Movistar+, HBO y compañía.

Esta nueva aplicación nos ha caído sin hacer demasiado ruido, a diferencia del aterrizaje de Disney+ hace pocas semanas, que parecía llovernos del cielo como un milagroso y sanador maná. El hecho es que Quibi ya está aquí, y hemos aprovechado esos 90 días de prueba gratuita para testar los primeros contenidos que nos trae y elaborar una primera impresión. Hay un poco de todo. Pero no es para lanzar cohetes.

Lo primero que pensé cuando leí acerca de Quibi, y de ese formato de 6-10 minutos por capítulo, o «quick bites» como ellos mismos los llaman, es que estamos hablando de un mercado exclusivo. Y no sólo por la duración, sino porque los originales de Quibi -es decir, todo su catálogo- han sido ideados y rodados para consumirse a través de pequeñísimas pantallas.

Me ha pasado a veces yendo de viaje, en avión o en tren, y ver un capítulo de -yo qué sé- Juego de Tronos o Narcos, series pensadas para ver en una gran tele, y por qué no, también en pantallas de cine, y pasarme los 50 minutos con la mirada estrábica intentando enfocar sobre el punto caliente de la acción. Es así, hay series y películas que NO se deben ver en pantallas móvil. Es como comer marisco con cubiertos, un desperdicio.

Los jefazos de Quibi lo sabían muy bien desde el principio. O eso parece. Porque -y hablo sobre todo de Survive– ponen mucho énfasis en el primer plano y el plano detalle para contarnos las historias. Conscientes de que solo de esta forma una pantalla como la del móvil (usar Quibi en vertical, importante) podrá captar el valor descriptivo o dramático que emana de una escena en particular. Los dedos de una mano, un cenicero lleno de colillas, la rueda de un coche a toda velocidad, unos tacones altos…

Es como si de alguna manera estuviéramos entrando en el mundo cuántico de la ficción. Abandonamos el plano panorámico de las grandes llanuras yermas, skylines nocturnos y montañas humeantes para adentrarnos en el microscópico mundo de los objetos, las miradas y las esquinas. Eso es fascinante como concepto. Si van a muerte con esta idea, me tienen en el saco. Pero según parece, su principal propuesta será el formato «quick bite» y un plantel de superestrellas de Hollywood.

Una de las series que mejor hace uso de este microcosmos es sin duda Survive, una de las más esperadas de Quibi, protagonizada por Sophie Turner (aka Sansa Stark, hasta nuevo hit). En ella, la actriz encarna a Jane, una chica con un complejísimo cuadro psicológico, y tendencias suicidas congénitas, que vive junto a otros de su misma condición en una residencia, una «life house».

La serie logra salir más que airosa de una temática tan trillada como delicada. Los trastornos adolescentes. Lejos de caer en el pozo del existencialismo millennial en el que otras han caído (o se han tirado en plancha), Survive sólo toca las teclas que tiene que tocar. Esto va en serio, parecen decirnos. Hay personas que desarrollan en edades muy tempranas enfermedades mentales que no podemos ni imaginar. Cuyos tratamientos llevarían a más de uno a proyectar el suicidio como la solución más razonable.

Cuidao. Estoy hablando de una serie de la que he visto, exactamente, 24 minutos. ¡Pero es que esto va así! Estos 24 minutos son la mitad del metraje, y cuatro los episodios disponibles, por el momento. Y no os puedo contar mucho más allá del segundo, o un poco del tercero, porque ya me acercaría a la línea de spóilers que marca el ecuador de una serie.

En la distópica ‘Most Dangeorus Game’, las élites buscan aplacar su apatía pagando millonadas por participar en cacerías donde la presa es humana

Otra que seguro tendrá mucho tirón es el remake o la reedición del mítico programa Punk’d, de la MTV. Todos recordaréis las putadas -porque bromas no eran- que gastaba Ashton Kutcher a las estrellitas del firmamento cinematográfico y musical en la primera edición de este programa, allí por 2002. Pues bien, ahora el capitán de la nave es el rapero Chance de Rapper, que aunque no clava el perfil bartsimpsonesco como el primero, cumple, y el programa consigue inyectar esa carcajada nasal que provoca ver a un semidiós reducido a la máxima humillación.

La otra ficción de la que vale la pena hablar es Most Dangerous Game, una serie que para orientarnos se situaría entre Westworld y Breaking Bad. Un padre de familia -interpretado por Liam Hemsworth– sufre un cáncer terminal y acude a un «facilitador» para pedirle un préstamo. Necesita dejar algo a su mujer e hijo antes de abandonarles. Pero este prestamista -un Christoph Waltz en plena forma- es más sabio que el diablo y sabe que su cliente morirá antes de poder devolverle el dinero.

Es en éstas cuando le propone lo siguiente: ser la diana humana en una cacería exclusiva para élites millonarias. En este universo, los ricos aburridos, cuya ambición y entusiasmo han quedado sepultadas bajo montañas de billetes, pagan lo que sea por cazar presas humanas en batidas organizadas por empresas como la suya. Disparar a un elefante ya no les excita. Cazar a hombres jóvenes y atléticos es su nuevo pasatiempo. «Satisfacemos su necesidad de lucha», como asegura el personaje de Waltz.

Y llegada desde los confines de la comedia pedorra americana nos llega Flipped. Protagonizada por Will Forte (El último hombre en la Tierra) y Kaitlin Olson (It’s always sunny in Philadelphia), Flipped cuenta la historia de dos perdedores, un matrimonio del sur de Estados Unidos que acaban de perder sus trabajos. La sociedad capitalista los escupe una y otra vez y los margina debido a su desbordante talento creativo. O eso es lo que se dicen el uno al otro. Ahora buscan cumplir su sueño: salir por televisión. 

Esta serie es una elipsis con patas. Desde luego, es un recurso que veremos a menudo en series de Quibi, por razones obvias. Cada cuatro minutos la trama salta a la siguiente fase sin despeinarse. Y es precisamente este ritmo trepidante lo único que mantiene tu atención. Porque no sé vosotros, pero yo estoy harto de ver el sempiterno sketch del matrimonio redneck que busca capitalizar su estupidez de cualquier modo. Tiene gracia, pero lo hemos visto mil veces.

Y para terminar esta primera aproximación a Quibi os recomiendo que le echéis un vistazo a Run this City si os gustan las docuseries sobre política. Run this City vuelve al primerísimo plano -cámara en mano- para contarnos la carrera al ayuntamiento de la ciudad de Fall River, Massachusetts, del candidato Jasiel Correia II de 23 años. Pronto lo vemos coronarse como uno de los alcaldes más jóvenes de la historia de Estados Unidos.

Pero como dice un testimonio del documental, el exalcalde de Fall River: «Empiezas como el héroe. Te quedas lo suficiente, te conviertes en el villano». La serie de pronto hace un giro totalmente inesperado y lo que parecía ser un chico aplicado, soñador y excelente yerno resulta ser un astuto manipulador, estafador y faldillero profesional. Una historia de las que empiezas y no aprietas pausa hasta el final. Sin duda, una de las mejores propuestas de Quibi hasta el momento.

Pero Quibi llega con mucho más. Al margen de programas diarios de noticias y «life style», encontramos series documentales para todos los gustos y de muy buena factura. Documentales sobre naturaleza (Fierce Queens), música (&Music), gastronomía (Shape os Pasta), cultura urbana (You ain’t got these), deporte (Prodigy), perfomance y drag (Night Gowns) y I Promise, programa conducido por LeBron James sobre sus orígines en su pueblo natal, Akron, Ohio.

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