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- Este artículo puede contener trazos de spoilers.
1. Por Stephen King
Nos encanta una buena trama. Nos encantan unos buenos -locos- personajes. Nos encantan los giros de guion. Nos encantan los finales que nos dejan tiritando. Los seriéfilos queremos caviar en forma de thriller y pocos tipos hay en el mundo que sepan escribir mejor este género que un tal Stephen King, autor del libro Mr. Mercedes en el cual, evidentemente, está basada la serie. El señor King tiene el don de convertir cada página de sus libros en un nudo en la garganta, y la adaptación de Mr. Mercedes ha conseguido despertar esa misma sensación en los espectadores.
Si hacemos un repaso a las series inspiradas en libros de Stephen King, la lista que nos sale es deliciosa: Hospital Kingdom, La Zona Muerta, La Cúpula, la magnífica 22/11/63 protagonizada por James Franco, The Mist y, en el horizonte, la serie de temporadas independientes de Hulu Castle Rock. Es difícil facturar una serie de mala calidad si partes de una base tan brillante como son las novelas de Stephen King, y todos estos ejemplos son prueba de ello. Mr. Mercedes no es una excepción y de hecho parece estar un peldaño por encima de sus “hermanas”, tanto en lo que hace referencia a la historia en sí como al trabajo de sus elenco de actores y actrices. Quizás sea por el hecho que Mr. Mercedes no cuenta con el característico tono fantástico que King añade a sus historias lo que convierte esta serie en una puñetazo de realidad y suspense que atrapa al espectador, amordazado por los hilos de luz que emergen de la pantalla e impiden ir a dormir sin ver un capítulo más. Precisamente eso, su salvaje dosis de actualidad, es otro de los elementos que convierten a Mr. Mercedes en una serie de visión obligada.
2. Por su rabiosa y cruda actualidad
La primera escena del primer capítulo de Mr. Mercedes corta el aliento. Un hombre, cuyo rostro está oculto bajo una máscara de payaso, aguarda de madrugada en su Mercedes frente a una cola de desempleados. En un momento dado, Mr. Mercedes -de aquí el nombre de la serie, claro- acelera y protagoniza un atropellamiento masivo. La escena es a pecho descubierto, fría como el asfalto mojado. El corazón del espectador se quiebra como el parabrisas del Mercedes al ir impactando con los desempleados. Es, sencillamente, una estampa terrible.
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Stephen King escribió Mr. Mercedes en 2014, inspirado en un atropello real protagonizado por una mujer en un McDonald’s. Lo que King no sabía es que dos años después de publicar su libro -cuyo atropello en la serie deja un total de 16 víctimas-, la premisa de su historia se convertiría en una táctica terrorista usada en distintas ciudades europeas. Niza, Londres, Estocolmo, Berlín, Barcelona. Todos ellos escenarios de atropellamientos masivos en los últimos dos años. Como vecino de Barcelona, ver el atropello en Mr. Mercedes sacudió mis entrañas. Pero si pedimos a las series atrevimiento, profundidad, compromiso social y realidad, no podemos girar la cara a los acontecimientos oscuros que nos tocan de cerca. En Uganda, hablando con un guionista de series, le comenté que debería escribir sobre uno de los episodios más tristes de la historia de su país, la dictadura de Idi Amin; sería muy hipócrita por mi parte encontrarme ahora con una serie que guarda similitudes con uno de los episodios más tristes de la historia de mi ciudad y no mirarla para evitar evocar un recuerdo doloroso. Ver la primera escena de Mr. Mercedes es un ejercicio muy recomendable para no olvidar las víctimas del sinsentido.
3. Por su psicópata
La historia de Mr. Mercedes no se desarrolla temporalmente tras el atropello, sino tiempo después. El asesino nunca fue arrestado, hecho que consume por dentro al detective jubilado que protagoniza la serie; al cabo del tiempo, ese psicópata llamado Mr. Mercedes decide torturar aún más al detective dejando mensajes ocultos para él, lo que lleva a éste a retomar el caso por su cuenta. Y es que el loco de Mr. Mercedes está muy loco. Hacía tiempo que no me encontraba con un psicópata tan interesante en una serie. Gran parte del mérito de esta afirmación recae en la relación que mantiene con su madre, destructiva e incestuosa. La casa que comparten es asquerosa hasta decir basta y, de hecho, refleja a la perfección por qué el loco ha acabado loco. Su trabajo anodino, su amiga lesbiana, su terrible madre y el agujero de mierda en el que vive provocan en el espectador algo parecido a la empatía con un tío que, recordemos, ha atropellado mortalmente a dieciséis personas. Un personaje hipnótico.
Obviamente la interpretación del mismo hace mucho a la hora de convertir a Brady Hartsfield aka Mr. Mercedes en un personaje antológico. El actor Harry Treadway, al que ya conocemos por hacer de Dr. Frankenstein en Penny Dreadful, lleva a cabo un trabajo excelente que nos hace llegar a plantear si realmente está loco de verdad y no actúa. En definitiva, el de Mr. Mercedes es uno de esos malos que quieras en ocasiones abrazar y en otras que muera muy fuerte. Es decir, un malo de los buenos.
4. Por Brendan Gleeson
El señor Gleeson es una de mis debilidades del mundo de la interpretación desde que, siendo un prepúber flipado, lo vi en Gangs of New York. Ese hombre enorme de cara bonachona se convirtió en mi imaginario en el aliado que siempre querría tener en una batalla -véase Braveheart, Escondidos en Brujas o Harry Potter, por ejemplo-, y verlo en pantalla es para mí sinónimo de confort.
En Mr. Mercedes es cierto que su personaje responde al cliché de detective alcohólico al que nadie hace ni puto caso y debe investigar el asesinato por su cuenta, pero hay ciertos matices que convierten Bill Hodges -así se llama en la serie- en alguien con personalidad propia: la cara de buenazo de Gleeson, que contrasta con su barba salvaje, hace de su personaje un ser vulnerable. Lleva pistola, mide casi dos metros y pesa ciento veinte kilos, pero en muchos momentos de la serie lo ves como a una persona desvalida. Además, el dominio absoluto de la situación que tiene el psicópata al que persigue acentúa aún más esa sensación.
El detective Hodges lucha contra un loco que lo tortura, contra su casa vacía, contra las botellas llenas de líquido marrón y contra un mundo que lo aplasta como a una hormiga. Y Brendan Gleeson, el gran Brendan Gleeson, plasma todo eso a la perfección. Al final, a pesar de su antagonismo, el detective y Mr. Mercedes no son tan distintos, personas que no han sabido salir airosas de la brutal opresión que la sociedad ejerce sobre cada uno de nosotros. Ese es el gran secreto que hace de Mr. Mercedes un seriote.
5. Por el ojo clínico de sus productores
Cuando empiezo a ver una serie, me gusta informarme sobre qué productores ejecutivos tiene detrás y en qué otras series han estado involucrados. Normalmente si su currículum es interesante, la nueva serie que tengo entre manos va a resultar un acierto.
Uno de los productores de Mr. Mercedes destaca por encima del resto, Jack Bender. Veamos en qué proyectos ha sido un activo importante el bueno de Jack. Ha dirigido episodios de Los Soprano, Juego de Tronos, Ally McBeal, Felicity y Alias. Además, ha sido productor ejecutivo de La Cúpula, The Last Ship y -remate final- Perdidos. Casi nada, ¿verdad?
Otro de los productores ejecutivos de Mr. Mercedes, David E. Kelley, está detrás del último gran éxito de HBO, Big Little Lies. Con estos padrinos, ¿alguien en su sano juicio no vería Mr. Mercedes? Toca devorarla, amigos y amigas.
- ‘Mr. Mercedes’ se estrenó en España en el Serielizados Fest 2018.