Por qué 'Muerte en León' tenía que ser una serie
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Por qué ‘Muerte en León’ tenía que ser una serie (y no un documental o un libro)

¿Si Truman Capote hubiera sabido del asesinato de Isabel Carrasco hubiera viajado a España? Justin Webster sí lo hizo y parió la serie 'Muerte en León'. El fenómeno del 'true crime' llega a nuestra televisión para sublimarse.
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Una serie del director de documentales como 'Seré asesinado' o 'Gabo, la magia de lo real'.

Holcomb, Kan., Nov. 15 [1959] (UPI) — A wealthy wheat farmer, his wife and their two young children were found shot to death today in their home. They had been killed by shotgun blasts at close range after being bound and gagged… There were no signs of a struggle, and nothing had been stolen. The telephone lines had been cut.”

Después de leer esta diminuta pieza en The New York Times, Truman Capote decidió viajar a Kansas para averiguar qué pasó en este misterioso caso de asesinato. Seis años de investigación después, publicaba A Sangre Fría, considerado como uno de los pilares estilísticos del ‘true crime’.

Me pregunto qué fue lo que despertó la intuición de Justin Webster y Enric Bach para decidir que tenían que ir a León a investigar el caso del asesinato de Isabel Carrasco, pero la intuición era buena.

¿Cómo llega una persona a matar a punta de pistola, en el centro de León, y a plena luz del día?

¿Cómo llega una persona a matar a punta de pistola, en el centro de León, y a plena luz del día? ¿Qué convierte a una ama de casa en asesina? Muerte en León es una serie de no-ficción, que investiga el caso del asesinato de Isabel Carrasco, presidenta de la Diputación de León.

El resultado de la investigación fue una serie de cuatro episodios de una hora, y lo que resultó ser la primera serie española de ‘true crime’.

El ‘true crime’ es el término anglosajón para determinar el género literario (o fílmico) en que un autor analiza un crimen o un suceso real, de forma no ficcionada.

¿Si Truman Capote hubiera sabido del asesinato de Isabel Carrasco hubiera viajado a León? ¿Qué forma hubiera elegido para explicar la historia?

Creo que Truman Capote hubiera ido a León y hubiera hecho una serie. Aquí los 5 motivos por los que lo defiendo.

Truman Capote con una edición de ‘A sangre fría’.

1. Por la narrativa, el ‘cliffhanger’ pertenece a la serialidad

Tom Wolfe hablaba de A Sangre Fría diciendo que “The book is neither a who-done-it nor a will-they be caught, since the answers to both questions are known from the outset… Instead, the book’s suspense is based largely on a totally new idea in detective stories: the promise of gory details, and the withholding of them until the end”.

Según Wolfe lo revolucionario de la narrativa del libro de Truman Capote era el “contener la información para el final”.

Dejar a un espectador colgado de un acantilado sin saber si se salva o se cae. Un clásico de la literatura pulp o de los radiodramas, que en términos seriéfilos es el habitual ‘cliffhanger’.

Accounts of true crime have always been enormously popular among readers. The subgenre would seem to appeal to highly educated as well as barely educated, to women and men equally” decía Joyce Carol Oates en The New York Review of Books.

El ‘true crime’ siempre ha sido popular, pero la aproximación de la serialidad está aportando una popularidad mayor al género. El podcast Serial demostró que cuando la no-ficción usa herramientas narrativas típicas de la ficción, crea una addicción imparable.

2. Porque el periodismo de periódico ya no es eficaz (y los libros se venden poco)

Es interesante analizar al carrera de alguien como David Simon. Durante 12 años fue reportero de calle en el Baltimore Sun, hasta que llegó un momento en que vió que cada vez tenía menos espacio (y menos lectores) para contar lo que veía en las calles.

“Me he vuelto cínico acerca de la habilidad del periodismo a producir cualquier tipo de cambio significante” – David Simon

La alternativa que primero pensó fue el ensayo. Olvidarse de la encorsetación del periódico. Renunciar a limitarse a un número de carácteres determinados, y así tener la libertad de explicarse con las palabras necesarias. Pidió un año sabático al Sun y escribió ‘Homicidio, un año en las calles de la muerte’, basándose en lo que vió en la Unidad de Polícia de Baltimore durante el 1988.

El libro ganó un Premio Edgar a Mejor Libro sobre Crimen Real. Pero David Simon no tenía suficiente.

“Vendes 100.000 libros en Estados Unido y te conviertes en un New York Times bestseller. Estos son números muy pequeños si los comparamos con la audiencia en televisión o en el cine. Sobretodo con la televisión”. David Simon se daba cuenta, en estas declaraciones para la revista Wired, que el camino para ser relevante no se bastaba en un libro que funcionase bien, sinó que se tenía que ir a buscar la audiencia en la televisión.

David Simon y George Pelecanos durante el rodaje de ‘The Wire’.

3. Porqué el cine está perdiendo la batalla al mando de la TV

A los que amamos la sala oscura, la pantalla grande y el acto de olvidarse del móvil durante dos horas, nos sabe mal. Somos unos románticos del cine, pero la comodidad del sofá, del pausar cuando quieras, y de escoger qué quieres ver al momento (y poder cambiar de opinión) está ganando la partida.

El documental El Fin de ETA, dirigido por Justin Webster (también director de Muerte en León), estrenado en salas el 27 de enero de 2017, congregó a 304 espectadores según datos de ComScore.

Si bien es cierto que aquí no se computa que se agotaron las entradas para ver el documental en los tres pases del Festival de San Sebastián. Ni que la película tuvo éxito en su emisión televisiva en su pase en TV3 en el programa Sense Ficció (236.000 espectadores y un 8,7% de cuota de pantalla) o del estreno online que tuvo en la página web de El País.

Quizás este ejemplo demuestra que la televisión o las plataformas de vídeo a la carta son el escaparate ideal para estos formatos. El ir a un cine, y pagar por una entrada es un acto que reservamos a películas-acontecimiento, y no lo digo yo, lo dice la taquilla. Y ahí, el caso del cine documental es paradigmático. La gente lo consume en masa en festivales, en televisión y plataformas de vídeo a la carta, pero pagar los 8€ de un cine nos cuesta cantidad. Y a las cifras me remito.

4. Porque es mejor que ‘Making a Murderer’

Podríamos entrar en matizaciones de gustos, pero sí que podemos estar de acuerdo en que Muerte en León es más relevante. Igual que en el debate de si es mejor The Wire o The Sopranos, diría que The Wire es mejor porque es más relevante. Lo mismo me pasa con Muerte en León.

‘Muerte en León’ es más relevante porque dialoga con la actualidad, pero no solo para hablar de un caso en concreto

Muerte en León es más relevante porque dialoga con la actualidad, pero no solo para hablar de un caso en concreto. Empieza como un caso aislado, para extrapolarlo a una sociedad. No hablar de una única persona afectada, sino de un sistema y de las implicaciones políticas.

Tiene la pretensión de afectar a la realidad. De despertar interés y conciencia en los espectadores, y por eso me parece más relevante. Pero no nos enfademos, la serie que protagoniza Tony Soprano es maravillosa y Making a Murderer, también.

5. Porque te hace desear una segunda temporada

El último capítulo tiene un as en la manga. Una sorpresa que demuestra que a veces desde el documental se puede desarrollar una rigurosidad periodística que va más allá de lo que permiten las redacciones de los periódicos o de los informativos televisivos.

Necesitamos una segunda temporada para saber qué pasa con ese hilo no investigado por la fiscalía (ya sea por ocultación intencionada o por desconocimiento).

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