Reese Witherspoon, la pija reina de los Estados Unidos
'Little Fires Everywhere'

Reese Witherspoon, la pija reina de los Estados Unidos

La actriz y productora regresa con una serie que, aunque guarda muchas similitudes con 'Big Little Lies', ofrece una nueva perspectiva de la élite social norteamericana.

Reese Witherspoon como Elena en 'Little Fires Everywhere' / Prime Video

Si a principios de los 2000 -cuando protagonizó Crueles intenciones, esa revisión teenager de Las amistades peligrosas– alguien hubiera dicho que Reese Witherspoon se convertiría en una de las fuerzas creativas más poderosas de la televisión norteamericana seguramente le habríamos tomado por loco. Pasados veinte años, y con algunos fracasos cinematográficos estrepitosos como Agua para elefantes o ¿Cómo sabes si…?, la actriz sureña ha conseguido hacerse fuerte explotando, con diversos matices, un estereotipo con el que a menudo se la asocia: la madre blanca ultrapija que habita en esas aburridas zonas residenciales que abundan en los Estados Unidos.

El último proyecto de Witherspoon es Little Fires Everywhere, adaptación de una novela de Celeste Ng que aquí nos a ha llegado a través de Amazon Prime. En ella, la antaño rubia pizpireta interpreta a Elena Richardson, una periodista y supermadre de cuatro adolescentes que vive en Shaker Heights (Ohio) durante los años 90. Elena tiene su vida, la de su marido y la de sus vástagos programadas al milímetro: desde las actividades extraescolares hasta qué días pueden ella y su marido follar. Sus principios se empezaran a resquebrajar cuando en su cuadriculado camino se cruce Mia (Kerry Washington), una artista que recorre el país acompañada de su hija, Pearl. El encuentro hará aflorar dos visiones en apariencia diametralmente opuestas de la maternidad, y también dejará al descubierto el conservadurismo que Elena esconde detrás de su cara más amable. Todo esto barnizado por el racismo inherente a la sociedad norteamericana, tal y como se está viendo estos días. El entorno donde se desarrolla la acción no puede ser, de hecho, más rancio: una comunidad planificada en la que todo el mundo se esfuerza por hacer ver que no hay problemas y en la cual se margina al diferente.

El punto de partida de la serie no es muy diferente al de Big Little Lies, el gran éxito de Whiterspoon para HBO. Little Fires Everywhere es la prima barata y telefilmera de Big Little Lies: las dos series tocan temas similares, se ambientan en escosistemas muy parecidos –Monterrey puede parecer más progre pero es igual de elitista que Shaker Heights– y arrancan con un misterio por resolver. Aquí también hay relaciones conflictivas entre madres e hijos. Si en Big Little Lies la llegada de Jane (Shailene Woodley) servía como elemento disruptivo, en Little Fires Everywhere ese papel está reservado para Mia.

Los parecidos son aún más evidentes cuando se compara a Elena y a Madeleine, el personaje de Whiterspoon en la serie de HBO. Son el mismo prototipo de mujer, aunque la primera sea una versión soft y pre-histérica de la segunda. Las dos son de una intensidad difícil de soportar tanto para sus maridos como para sus hijos, aunque el espectador intuya que en el fondo tienen buen corazón.

Reese Witherspoon es especialista en interpretar este tipo de papeles y, según ha explicado Celeste Ng, siempre se imaginó a la actriz interpretando a Elena, sobre todo después de verla en Big Little Lies. Y aunque siempre es peligroso establecer paralelismos entre intérpretes y personajes, se hace difícil no pensar que Elena y Madeleine tienen un poco de la propia Witherspoon, que tanto en Big Little Lies como en Little Fires Everywhere ejerce de protagonista y productora.

El renacimiento de Witherspoon como mujer de negocios en la industria audiovisual es una patada en la boca para todos aquellos que la redujeron al cliché de jovencita de comedias románticas

Nacida en Nueva Orleans, criada en Nashville y madre de tres hijos rubísimos, Witherspoon explota en las redes sociales la imagen de la perfecta (aunque atribulada) familia americana. La actriz incluso tiene su propio club de lectura (¡como Elena! ¡como Oprah!), Reese’s Book Club (en IG @Reesesbookclub), a través del cual cada mes invita a leer un libro protagonizado por una mujer. En septiembre de 2017, el club de Reese recomendó, precisamente, Little Fires Everywhere. Y cómo olvidar el incidente que protagonizó la actriz en 2013, digno de cualquiera de sus personajes, cuando la policía la detuvo por desobediencia y por enfrentarse a la autoridad durante un control de alcoholemia a su marido. El vídeo en que se la veía fuera de sí y preguntando a la policía si no sabía quien era ella se filtró a TMZ, una de les webs de cotilleos más importantes de los Estados Unidos, y Witherspoon acabo pidiendo disculpas públicas.

Ese capítulo forma parte del momento más bajo de su trayectoria profesional, un punto y a parte del cual resurgió cogiendo ella misma la riendas de su carrera con Hello Sunshine, productora que fundó en 2012 para potenciar proyectos protagonizados por mujeres. Con ella no solo ha tenido el éxito de Big Little Lies, sino que también impulsó Perdida, de David Fincher; Wild, película por la que recibió su segunda nominación al Oscar; y The Morning Show, la serie estrella del lanzamiento de Apple TV+.

El renacimiento de Witherspoon como mujer de negocios en la industria audiovisual es una patada en la boca para todos aquellos que cuando vieron Una rubia muy legal decidieron reducirla al cliché de jovencita de comedias románticas y le dieron por muerta cuando se acercó a la cuarentena. Obstinada como muchos de sus personajes, Witherspoon no reniega de lo que le dio la fama – ya ha anunciado que prepara Una rubia muy legal 3 junto a Mindy Kaling– mientras disfruta de su nueva posición de reina Midas pija de la televisión.

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