La industria del anime: los padres de la animación japonesa
Historia del anime (parte I): Nace una industria

Los padres del anime

El anime tiene un gran peso a la hora de entender el imaginario colectivo japonés. En esta primera parte de la serie de artículos, hablamos de los inicios del anime: el maestro Osamu Tezuka y su discípulo Hayao Miyazaki.
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Osamu Tezuka sujeta uno de sus personajes más icónicos: Astro Boy (1963).

Al igual que en occidente se desarrolló la animación de la mano de varios grandes creadores -con Walt Disney a la cabeza en el cine y, más tarde, productores como Fred Seibert en televisión- en Japón se las arreglaron para diferenciarse de una industria en crecimiento y principalmente estadounidense, que hacía historias de una calidad inusitada, con nombres como Osamu Tezuka, Isao Takahata y Hayao Miyazaki. Entre las dos escuelas hay varios puntos a diferenciar.

Antes de entrar en esos detalles, hay que puntualizar. Aunque se considera anime a toda producción animada japonesa, en esta serie de artículos sólo me voy a referir al hecho para televisión, ya que el cine de animación japonés está más desmarcado como industria y tiene en su haber varios de los grandes realizadores cinematográficos de su historia, como Hayao Miyazaki. Este artículo sirve de introducción a la creación de este complejo entramado de productoras y manufacturación del producto cultural hecho para televisión, y seguirá con un tratamiento cronológico de animes de interés en las siguientes entregas.

El anime y la animación estadounidense están plenamente desvinculados, en primer lugar, por el modo de producción. Mientras que la animación estadounidense busca lanzar a jóvenes creadores al mundo de la televisión, la industria japonesa tiene un aspecto diferencial fundamental, que explica de forma muy significativa Laura Montero en su libro El mundo invisible de Hayao Miyazaki, lectura muy recomendable si se quiere entender tanto las influencias del genio como las formas de producción en las que nació el ‘anime de masas’:

“Si el objetivo de Toei1 era hacerse con el mercado cinematográfico para competir con el emporio Disney, (Osamu) Tezuka decidió producir la primera serie animada para televisión. Para ello rescató a uno de sus personajes más populares, Astro Boy. (…) El proceso de trabajo quedó estipulado en dos imágenes por segundo. Como consecuencia, se perdió por completo la noción de fluidez al recortarse los movimientos intermedios (…) El formato propuesto por Tezuka no pasó desapercibido y, pronto, otros estudios empezaron a trabajar siguiendo su esquema de trabajo.”

  • ‘Astro Boy’ (1963):

Con estas pequeñas pinceladas, podemos comenzar a entender el nacimiento del anime como industria, si bien su prehistoria lo sitúa a principios del siglo XX con las llamadas Senga Eiga (película de líneas dibujada) y Doga Eiga (películas de dibujos en movimiento)2. El anime para televisión nace, pues, con claras pretensiones de competencia al monopolio del mercado cinematográfico de Disney, y con Osamu Tezuka, apodado como el Dios del manga –manga, no kami-sama- por su fundamental aportación a la viñeta japonesa. Este creador será el primer gran productor en masa de anime, con la reducción de imágenes por segundo para abaratar los costes y acelerar el proceso de producción. Será bajo su tutela y siguiendo su estilo y forma como se desarrollen las primeras producciones de anime: Ken, el niño lobo o Space Ace.

El manga y el anime, desde el inicio de la producción de Astro Boy, aparecen indisolublemente asociados, partiendo de que Osamu Tezuka realizó gran parte de sus obras animadas basándose en mangas que él mismo había escrito. Muchas de las grandes obras de la animación japonesa para televisión antes del 2000 están basadas en exitosas obras de viñetas anteriores, que gozaban de popularidad entre el público otaku. Detengámonos en el término para dar una pequeña explicación: alrededor de toda esta industria de producción masiva nace un segmento muy significativo en la sociedad japonesa, una especie de subcultura especialmente marginada, pero de un grandísimo calado en el contexto social nipón, que se dedica al visionado casi obsesivo de todo tipo de animes y lectura de mangas. El término original se podría traducir como “de casa”, aunque ha adquirido un sentido propio a lo largo del tiempo.

Una interesante excepción respecto a la creación de anime basado en manga la supone Mobile Suit Gundam, una de las primeras historias originales para televisión que, a pesar de su poco éxito inicial, a través del merchandising -otro aspecto fundamental de la industria del anime, como los complementos y accesorios, películas recopilatorias y OVAs3– se convirtió rápidamente en una popular historia entre la comunidad otaku. Y fue una de las primeras historias del género mecha4 que sería fundamental para producciones posteriores. Pero ya daremos detalles significativos de ella más adelante.

Hayao Miyazaki e Isao Takahata fundan Studio Ghibli

Trascendente fue la introducción de Hayao Miyazaki e Isao Takahata en la industria del anime. Ambos comenzaron trabajando para Toei Doga, sección de animación de Toei Company, donde trabajarían en numerosas producciones. Los dos de ideología marcada, participaron en los sindicatos de animadores y decidieron más adelante independizarse para fundar el hoy legendario Studio Ghibli, quizá la muestra de anime más internacional de todo el mercado japonés. Estos dos creadores se desmarcaron de los preceptos de Osamu Tezuka a la hora de crear historias, tanto en el estilo de animación como en sus presupuestos. Lo reflejan en obras como Heidi y Marco -ambas con dirección de Isao Takahata y la participación menor de Hayao Miyazaki- y la exitosa Lupin III, quizá el anime más interesante en la década de los setenta.

Lupin III, como ya harían Heidi o Marco, fue revolucionario en el tratamiento de los personajes y el diseño de los mismos. Esta serie comenzó a emitirse en 1971, si bien no sería hasta diez años más tarde cuando Hayao Miyazaki dirigiese dos episodios de la segunda temporada. Respecto a los planteamientos iniciales, de carácter particularmente sexista y dirigida a un público joven masculino, Lupin III sufriría una gran transformación que Miyazaki inició con su ópera prima, El castillo de Cagliostro, cuyo protagonista también era Lupin. Dotó de más profundidad a sus personajes y rediseñó las tramas y relaciones entre estos para conferir a la historia un cariz más serio.

Llegamos a los años ochenta, donde mencionamos antes Mobile Suit Gundam. Es la década que vio nacer una de las producciones más colosales y legendarias de la cinematografía de animación japonesa: Akira, obra de Katsuhiro Otomo, basado en el manga homónimo. Y también es la década en que nació Studio Ghibli, la primera gran competidora de la Walt Disney Company -a pesar de su triste desinflamiento en la actualidad-. A su vez, comenzaría su producción otro de los grandes creadores de la animación japonesa: Hideaki Anno. De su mano nace Gainax (1984, para ser exactos), uno de los estudios de animación más populares de Japón y que realizaría producciones del calado de Neon Genesis Evangelion o Tengen Toppa Gurren Lagann.

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‘Nadia y el secreto de la piedra azul’

Para finalizar este artículo, nos detendremos en una obra que es capital para entender una parte significativa de la producción de este animador japonés: Fushigi no Umi no Nadia (Nadia y el secreto de la piedra azul, 1990). Este anime producido por Gainax se inspira de forma vaga en las historias de Julio Verne, y nace de una idea original de Hayao Miyazaki que dirige Hideaki Anno. La historia nos cuenta las aventuras y desventuras de Jean y Nadia, que viajan por el mundo en busca de una civilización perdida mientras son perseguidos por una malvada organización: los neo-atlantes. Con Fushigi no Umi no Nadia, Hideaki Anno nos presenta de forma segmentada, dedicada a un público más joven y con un tratamiento de la historia fácil de seguir, las bases de su obra. Nos muestra su gran interés por la calidad de la animación que vemos, principalmente, en escenas de acción, su herencia de Studio Ghibli en el diseño de personajes y su interés por la indagación en temas como la fatalidad y la deconstrucción emocional. Anno desarrollará estos temas en su gran obra, Neon Genesis Evangelion, de la que hablaremos en profundidad en el siguiente artículo.

En conclusión, podemos trazar unas líneas muy generales respecto a los inicios del anime como industria, que serían los siguientes:

  • El monopolio de creación, estilo y producción de la primera época de Osamu Tezuka.
  • La irrupción de nuevos creadores independientes al modelo clásico de producción, con Isao Takahata y Hayao Miyazaki a la cabeza.
  • La inclusión de los primeros discípulos de estos pioneros en el mundo de la animación televisiva, con Hideaki Anno como nombre más significativo.

P.D.: Si quieren deberes para la próxima entrega, vean Neon Genesis Evangelion, Cowboy Bebop y/o Serial Experiments Lain.

1 Primera gran productora de anime, subdivisón de la Toei Company.
2 Más información en Los pioneros olvidados del anime: Kenzo Masaoka, Laura Montero Plata.
3 Original Video Animation, que gozaron desde sus inicios de gran popularidad entre el público japonés de los años ochenta, debido a su libertad de creación y el gran éxito de los reproductores de vídeo.
4 Subgénero de la ciencia-ficción basado en la robótica -mecánica o biológica- especialmente popular en Japón entre los años 70 y 90.

Escrito por Antonio Ramón Jiménez en .

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