‘Killing Eve’, la irresistible atracción por el mal - Serielizados
'Killing Eve'

La irresistible atracción por el mal

La amoral asesina Villanelle es una de los personajes del año gracias al guion juguetón de Waller-Bridge, que mezcla humor y thriller sin miedo a pasarse de la raya.
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Asomarse a Killing Eve, serie producida por la BBC America y que aquí se puede ver en HBO, es caer irremediablemente a los pies de Villanelle, una asesina en serie que no muestra ningún tipo de remordimiento por matar a diestro y siniestro. Es más, disfruta de su trabajo y hace gala de un humor siniestro que consigue arrancar carcajadas al espectador. ¿Nos estamos riendo con una tía que no tiene ningún tipo de sentimiento? Oh, sí, nos hemos enamorado de una psicópata.

Quienes creían que Phoebe Waller-Bridge, mente detrás de la rompedora Fleabag y de la más desconocida Crashing, estaba destinada a quedarse encallada en comedias agridulces generacionales se habrán llevado una sorpresa. Con Killing Eve, de la que es guionista y ‘showrunner’, la británica ha demostrado que se puede meter de lleno en una serie de género policíaco y además darle una vuelta de tuerca para conjugar humor y suspense hasta hacerla irresistible para el espectador. El resultado podría ser una mamarrachada o quedarse a medio camino, pero no, y en parte es gracias a Villanelle, la supuesta villana que acaba siendo la estrella de la función y que interpreta con contundencia Jodie Comer. Villanelle es juguetona, frívola pero también letal y despiadada. Ah, y con gustos sibaritas, sobre todo en moda (podéis encontrar multitud de artículos dedicados a los ‘outfits’ que viste la asesina).

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Killing Eve es la adaptación televisiva de la colección de libros del escritor Luke Jennings y arranca cuando a la funcionaria del MI5 Eve Polastri, interpretada por Sandra Oh (Cristina Yang de Anatomía de Grey), le encomiendan la misión de encontrar al responsable de una serie de asesinatos. Polastri, que siente fascinación por las asesinas, tiene un gran instinto pero también una gran inexperiencia ya que toda la vida ha estado detrás de una mesa. Killing Eve se estructura como un juego del ratón y el gato en que la supuesta perseguidora –Eve– se torna en perseguida. La relación de atracción y fascinación, algunos apuntan que casi sexual, que se establece entre la agente y la asesina es el motor que mantiene al espectador enganchado a la pantalla.

«Creo que hay un punto de diversión en la gente que se ríe de las convicciones y sorprende nuestra moralidad» (Waller-Bridge)

Villanelle es la demostración de que la maldad es atractiva, aunque insistamos en negarlo. “Quería que el menosprecio por las convicciones morales y las consecuencias de sus acciones enamorasen al espectador”, explicaba Waller-Bridge durante la promoción de la serie. “Creo que hay un punto de diversión en la gente que se ríe de las convicciones y sorprende nuestra moralidad. Disfrutas viendo en juego, pero las cosas que ella hace son perturbadoras”, sentenciaba. La sensación que describe la ‘showrunner’ es similar a la que podía tener el espectador viendo, por ejemplo, American Psycho (Mary Harro, 2000), donde la psicopatía y el glamour también se daban la mano, pero el humor brillaba por su ausencia.

Ahora que está de moda hablar de series feministas, cualquier ficción protagonizada por mujeres es inmediatamente colocada en este cajón. Killing Eve no lleva colgando esta etiqueta reivindicativa porque la ha sobrepasado: con su equipo altamente feminizado constata que las mujeres pueden y deben tener un espacio en la ficción televisiva y en el cualquier género. De hecho, uno de los cambios que introdujo Waller-Bridge al adaptar las novelas de Jennings fue transformar algunos de los personajes masculinos en femeninos, algo que al principio no acaba de encajar con la idea de la cadena. A través de su pluma el jefe de inteligencia pasa a ser una jefa (interpretada por Fiona Shaw) e Eve cuenta con una ayudante, Elena (Kirby Howell-Baptiste). Una de las excusas que le dieron a Waller-Bridge para que cesara en su empeño de transformar los personajes fue que la serie podía resultar poco creíble si aparecían demasiadas mujeres. Su respuesta fue contundente: “Eso no pasará si está bien escrita y rodada”. Y damos fe de que ha sido así, Killing Eve está bien rodada y, sobre todo, escrita.

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