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“En realidad, la tapada de las series de Movistar es La Zona”. Fue un tuit que me llegó hace unas semanas y que fue borrado con rapidez cuando la persona que lo escribió creyó haber cometido una indiscreción. Apenas dos semanas antes de su estreno (y después de unos pases de prensa casi clandestinos) por fin Movistar+ ha “destapado” La Zona en el Festival de Cine de Sitges, ni más ni menos que dando la oportunidad de ver los cuatro primeros capítulos (la mitad de la temporada) y en el contexto de un festival volcado en el género que desde hace unos años hace un guiño a la televisión a través de la sección Serial Sitges. Entre las más de doscientas películas del festival, La Zona tuvo la posición privilegiada de ver su primer capítulo proyectado en la principal sala, el Auditori. Allí, con su ambición estética y temática, lució especialmente, y el golpe de efecto final fue recibido con un sonoro grito y una sincera ovación. La Zona parte de una inicial apuesta ortodoxa por el género del ‘thriller’ para ir poco a poco entrando en un territorio entre la distopía, el análisis socio-político y lo inexplicable. O, por decirlo de otra forma, La Zona es el primer gran ‘thriller’ europeo hecho en España, una serie con tanto sabor local como ambición por tratar temas (como la catástrofe ecológica que sirve de detonante) que tienen más que ver con las grandes tendencias globales que con ese ensimismamiento que a veces nos aflige. Y así lo han entendido su distribuidora internacional Beta Films y la poderosa ZDF alemana, que acaba de entrar como coproductora tras su debut en el MIPCOM de Cannes.
Después de ver los cuatro primeros capítulos, tuve la oportunidad de compartir conversación con sus dos responsables creativos, los hermanos Jorge y Alberto Sánchez-Cabezudo.
1. ‘La Zona’ tiene un planteamiento de partida fuerte, y pegado a la actualidad.
El primer capítulo de la serie nos retrata a una España que todavía se recupera de un accidente nuclear con profundas consecuencias humanas y ecológicas. Mientras se realiza una operación en la zona en cuarentena, la policía descubre la macabra escena de un crimen. Será el punto de partida para una investigación que revelará muchos secretos de la gestión del accidente. La referencia de desastres nucleares como Chernóbil en 1986 y Fukushima en 2011 es clara, pero no es la única.
«El desmantelamiento de una central, la reconstrucción, el realojo… todo eso mueve intereses, dinero y corrupción»
Alberto Sánchez-Cabezudo (ASC): “Nos documentamos mucho, sobre el tema de Fukushima. Nos impactó porque era un tema muy cotidiano. Veías las imágenes y te identificabas mucho. Y cuando buceas un poco, descubres lo que supone a nivel político y económico, que en el caso de Fukushima fue cerca del 80% del PIB español. Ríete tú de Bankia. Lo que supone alrededor de eso el desmantelamiento de una central, la reconstrucción, el realojo… todo eso mueve una cantidad de intereses, dinero y corrupción que están ahí presentes. Estaban en Fukushima y, al trasladarlo a España, evidentemente forman parte de la historia.”
Jorge Sánchez-Cabezudo (JSC): “Nos gusta mucho tirar de los periódicos. Eso nos da un apoyo y respaldo para ponernos en la piel de esa gente y no partir de una ficción pura y dura. Y, por ejemplo, poder tomar elementos de lo que pasó con el Yak 42 y que sea parte de nuestra trama. Eso nos da mucha seguridad. Nos gusta generar de ahí la fábula y que remita al espectador a cosas que ya han visto en las noticias. Eso le da mucha verdad a la narración.”
2. ‘La Zona’ es un ejemplo del nuevo modelo de ficción propuesto por Movistar+, con énfasis en creadores con identidad propia a los que se da autonomía.
Habría que preguntarse qué le pasa al cine español contemporáneo cuando alguien como Jorge Sánchez-Cabezudo, una década después de la vibrante La noche de los girasoles (cuyos ecos son tan identificables en La Zona), aún no ha hecho una segunda película. Volcados en la televisión, los hermanos Sánchez-Cabezudo ya fueron responsables de la serie más importante producida por Canal+, el drama sobre corrupción Crematorio. Pero esta vez han sido productores, y contado con interlocución directa con los responsables de Movistar+.
«Movistar ha apostado por los creadores y en nuestro caso no hay intermediarios: nosotros somos creadores y productores»
ASC: “Lo que nos atraía era poder tener el control, y el hecho de poder producirla nos ha permitido repartir las fuerzas. Era una ambición y un riesgo, pero nos hemos rodeado del equipo de Crematorio. Movistar ha apostado por los creadores y en nuestro caso no hay intermediarios: nosotros somos los creadores y los productores”.
JSC: “Nosotros dos creamos y diseñamos la serie juntos. Alberto ha estado muy pendiente de toda la parte de diseño de arte, localizaciones y la parte visual, yo he estado más con los actores. Una vez que estaba todo escrito e íbamos a empezar a rodar, Alberto llevó una producción ejecutiva desde fuera y tomó las decisiones que tienen que ver desde vestuario a maquillaje. Yo estuve en la trinchera con los actores llevando el día a día, dirigiendo. Y luego había una segunda unidad, que llevó Gonzalo López-Gallego y que rodó un 35-40% de la serie, y Alberto se acopló a ella para llevar una continuidad entre las dos y supervisar la parte de guion, asegurándose que todo lo que se debía contar ahí estaba contando. En posproducción también nos dividimos el trabajo, en un momento dado, yo puedo estar montando y Alberto supervisando la música y el etalonaje.”
3. ‘La Zona’ demuestra la importancia del tiempo para la creación de una ficción televisiva al estándar internacional, tanto en producción como en la propia historia.’
La Zona fue uno de los últimos proyectos en incorporarse a la estrategia de producción de Movistar+ y la primera de sus series propias en ver la luz (ya que Velvet: Colección es una continuación), pero gracias a priorizar la fase de escritura, se ha desarrollado en condiciones privilegiadas para una serie española. Tampoco, que nadie espere que todo esté perfilado en el primer capítulo: algunos de los rostros más conocidos de su reparto no aparecen hasta el cuarto capítulo.
JSC: “Cuando vendimos la serie a Movistar escribimos el capítulo 1 y 2, que son siempre los capítulos que abren el fuego, y desarrollamos las escaletas del resto. En Movistar quisieron leer hasta el cuarto capítulo, y nos dieron la luz verde. Ya pudimos contratar a Eduard Fernández y escribir el resto de la serie con él como protagonista. A partir de ahí, comenzamos de forma solapada el proceso de búsqueda de localizaciones y el proceso de escritura, de forma que lo que nos llegaba de las localizaciones se incorporó a los guiones, y fuimos cerrando el reparto. Tardamos un año y medio en escribir, y entregamos el capítulo 8 una semana antes de empezar el rodaje. La presión fue tremenda, porque yo tenía que dirigir el 60 % de la serie, mientras que el otro 40% lo iba a dirigir Gonzalo López-Gallego. En ese momento todavía la planificación para el rodaje no estaba completa, por falta de tiempo, pero tener la serie ya escrita y en la cabeza luego lo hizo todo más fácil.”
ASC: “Tuvimos el apoyo pleno de la cadena para dar a la serie una temporalidad tranquila. Nos dijeron que no todo debía entenderse en el primer capítulo. Lo que más nos preocupaba a nivel de guion era el tempo, la manera en la que se desarrollaba el policíaco y la atmósfera. Luego, el rodaje duró quince semanas, con dos unidades: la primera estuvo quince semanas y la segunda otras diez, por lo que en total fueron unas veinticinco semanas para los ocho capítulos de cincuenta minutos. El esquema de producción fue como el de una película. Rodamos por localizaciones, de forma que todas las escenas de un decorado se rodaban antes de pasar al siguiente. Terminamos el rodaje el 7 de julio y desde entonces hemos trabajado en montaje, en este momento estamos con el séptimo capítulo.”
4. ‘La Zona’ se desarrolla en un lugar identificable como Asturias, que es parte esencial de la riqueza de su narrativa.
Con la llegada de la televisión privada, la ficción española perdió buena parte de su identidad espacial, para desarrollarse en lugares planos y sin identificar. La Zona forma parte de la nueva ficción que, como El Príncipe con Ceuta o Sé quién eres con Barcelona, extrae mucha riqueza a unas localizaciones con carácter propio. En este caso, en diversos momentos de la serie, se indica que la región donde ha tenido lugar el accidente nuclear es Asturias.
«Todas son localizaciones naturales: 160 decorados, 240 sets de unas 260 localizaciones, y más de 140 actores»
JSC: “No lo enfatizamos, pero tampoco lo ocultamos. No era como en Crematorio con Misent, aunque hemos cambiado algunas localidades y nombres. Sabíamos que La Zona era menos discursiva y tenía que narrar más con imágenes, lo cual supone unos requerimientos de rodaje diferentes. Hay más localizaciones, y hemos rodado con lluvia y hasta con animales.”
ASC: “Todas son localizaciones naturales. Hemos tenido 160 decorados, 240 sets de unas 260 localizaciones, y más de 140 actores. No hay una central nuclear en Asturias, pero nos apetecía mucho rodar allí. El contraste con la naturaleza nos interesaba mucho. Habíamos visto imágenes de Chernóbil y Fukushima y queríamos utilizar un paisaje bello, pero que se presentara como contaminado. Y Asturias tenía otra cosa: la herida de la mina y ese paisaje industrial abandonado que nos funcionaba muy bien como espejo de los trabajos que se están realizando de descontaminación.”
5. No hagáis caso a los titulares: ‘La Zona’ no es otra cosa que una gran serie de televisión, pero que se beneficia mucho de sus referentes cinematográficos.
JSC: “La serie está llena de referentes, porque la hemos creado desde cero y hemos podido poner muchas cosas, algunas conscientes y otras no. La manera de evolucionar las tramas es de las series, pero visualmente los referentes son más cinematográficos. Está Deliverance (1974), está Scorsese, y hay mucho Hitchcock también. En la estructura hay muchos referentes de series como Fargo, donde no sabes cómo van a seguir porque parece que no se guardan nada para el siguiente. Queríamos llevar al espectador de forma que no supiera dónde iba a ir, y para eso jugamos con el elemento de lo inexplicable. En el momento que dices que Héctor ha entrado ahí y ha sobrevivido y no sabes por qué, dejas al espectador en una tierra de nadie en la que cualquier género puede entrar. Eso tiene que ver con una parte real, ya que la radiación influye de una manera muy diferente en las personas. Pero como elemento dramático nos gustaba dejar al espectador pensando: ¿qué me van a contar? La idea era tener un protagonista como Héctor en tierra de nadie. Hay una paradoja en tener a un protagonista que siendo víctima debe contener la ira de las otras víctimas y a su vez contener la suya propia. La gente lo ve como un héroe, pero a la vez está maldito. El ‘thriller’ es un código muy compartido que pueden seguir muchos espectadores, tiene ese componente áspero, duro, no es para todos los públicos. La Zona no es una serie familiar. Busca ser adictiva con el componente del suspense, con sus ‘cliffhangers’ y su intriga”.