'Death Note', metadona para 'Hannibal'
Un as en el manga

‘Death Note’: metadona para ‘Hannibal’

Aún te quejas del final de 'Dexter'; y lo de 'Hannibal' te ha dejado desolado. 'Death Note' te ayudará con el duelo
Death Note

Lo sé. No te consideras un/una otaku. De hecho, ni siquiera sabes lo que es eso. El manga no te gusta y la última serie que viste procedente del país del sol naciente fue Bola de Drac la primera vez que la pusieron en TV3. Pero debes dejar atrás tus prejuicios, porque Death Note es lo más parecido que vas a ver en mucho tiempo (o eso parece) a la fabulosa Hannibal y es la única serie (o eso parece) que va a jugar igual con tu cabeza.

Death Note (2006-2007) es un anime de 37 episodios que nos presenta a Light Yagami, un chico brillante, guapo, popular y aparentemente perfecto. Hasta que cae en sus manos un cuaderno de la muerte perteneciente al shinigami Ryuk, o lo que es lo mismo, un dios de la muerte que en la cultura japonesa tiene como principal tarea invitar a morir a los humanos. El death note en cuestión posee la particular cualidad de provocar la muerte de las personas cuyo nombre se escribe en él, por lo que Yagami enseguida verá la posibilidad de usarlo para acabar con criminales y erigirse como nuevo dios de una sociedad ideal en la que no habrá cabida para ningún malhechor (muy al estilo de El código de Harry). Aunque como acertadamente le señala el Shinigami Ryuk, en esa concepción de sociedad al final sí quedaría un asesino: el propio Light.

Death Note

«Light Yagami es una de las encarnaciones de ese “villano heroico” mejor elaboradas de los últimos tiempos, con permiso de la encarnación del Sr. Mads Mikkelsen»

Un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Y a partir de ahí veremos cómo a través de Light se dispone ante el espectador la eterna cuestión de si el fin justifica los medios, algo que la serialidad contemporánea se viene planteando sustancialmente desde hace tiempo. El protagonista ya no responde a la pregunta de si es bueno o malo, “sino de en qué sentido es bueno o malo” (Vargas, 2014). Y Light Yagami es una de las encarnaciones de ese “villano heroico” mejor elaboradas de los últimos tiempos, con permiso de la encarnación del Sr. Mads Mikkelsen. Evidentemente, Light encontrará la horma de su zapato en su némesis, el detective L, una personalidad complicada y opuesta a la suya, aunque de recorrido paralelo y complementario al de Light. L encarnará a la justicia más clásica y hará frente al joven villano, quien muy pronto acabará por convertirse en un asesino en serie manipulador, en su doppelgänger Kira, o lo que es lo mismo, la pronunciación japonesa de “killer”.

Death Note es una partida de ajedrez continua e inagotable, un juego entre blancas y negras (conceptual y estéticamente) que usa sabiamente los recursos del manga y del anime para crear una narración alambicada y con un notable poder de adicción que obliga al espectador a tomar partido ético hasta el final. La sofisticación de la trama, de los juegos mentales y de la construcción de los personajes es francamente alta; y por si fuera poco, para aquellos que gustáis de referencias culturales (sí, fans de Perdidos, va por nosotros) la serie de Tetsurō Araki está repleta de lecturas muy vinculadas al imaginario colectivo, especialmente al de la cultura judeocristiana occidental. Sin duda una serie imprescindible y de corta duración, algo que se agradece ante la avalancha de series excelentes que tenemos por ver.

 

Referencias bibliográficas

Vargas, J.J. (ed.) (2014). Los héroes están muertos. Heroísmo y villanía en la televisión del nuevo milenio. Palma de Mallorca: Dolmen.

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