Carta a... la ficción televisiva española
'El Ministerio del Tiempo', 'Refugiados', 'Crematorio'...

Carta a… la ficción televisiva española

El Ministerio del Tiempo

Te escribo para darte mi más sincera enhorabuena. He de confesarte que, hasta hace bien poco, eras bastante deficiente, por ponerlo en palabras amables y no caer en lo soez, que ahora se trata de animar, no machacar y correr un tupido velo sobre lo que fuiste. O quizás tampoco tan tupido; bien es cierto que en la edad contemporánea de la televisión española ha habido algunos ejemplos que vale la pena sacar del saco y romper una lanza en su favor. Por cierto, especifico que hablo más o menos de los últimos dieciocho años, desde que tengo juicio y conciencia en lo que respecta a la ficción, porque alguno pensará que el problema es que en España somos un poco zopencos y carecemos de creatividad e inventiva para innovar, así que para disipar las dudas haré una única mención: La Cabina, Antonio Mercero, 1972. Una pena que los números no se puedan poner en mayúsculas.

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«Tu quehacer general ha sido bastante desastroso. Porque seamos sinceros, poco más que comedia casposa de diversos tipos has sabido ofrecernos…»

Dicho esto, vuelvo a los ejemplos que valía la pena defender. Principalmente, estos se encuentran en el terreno de la comedia: véase Siete Vidas, con un humor muy castizo pero a la par ingenioso que además sirvió de plataforma para actores como Javier Cámara o Paz Vega. Sin embargo, más allá de algunas excepciones que confirman la regla, tu quehacer general ha sido bastante desastroso. Porque seamos sinceros, poco más que comedia casposa de diversos tipos has sabido ofrecernos… bueno, me retracto, series de adolescentes y drama pseudohistórico telenovelesco, esos han sido nuestros géneros abanderados, hasta hace unos cuatro años, momento en que llegaron dos producciones que, a mi juicio, supusieron las primeras puntadas a esta maravillosa tela que estás empezando a tejer. Esas series son Gran Reserva (2010-2013), a cargo de Bambú Producciones, y Crematorio, producida y emitida por Canal + en 2011.

Crematorio

«Hay vida más allá de los núcleos familiares y aquello que pueda pasar en los negocios de barrio»

Ambas producciones, y más en concreto Crematorio, hicieron algo que aumentó su atractivo enormemente: tratar sobre temas que pertenecen a nuestra idiosincrasia y escudriñarlos a medio camino entre el drama y el suspense. Una vez te has dado cuenta que en España hay vida más allá de los núcleos familiares y aquello que pueda pasar en los negocios de barrio de una gran urbe, la maquinaria se pone en marcha. Si además resuelves que para hablar de temas como la producción vinícola de la Rioja o la corrupción urbanística se puede adoptar un tono de thriller y abordar los temas con seriedad y refinamiento, el aparato comienza a funcionar.

A partir de ahí han sido varias las series que han empezado a mover grandes masas de audiencia sin necesidad de hacer uso de las herramientas de las que tradicionalmente te has servido, o al menos no únicamente. Han sentando sus bases sobre el buen hacer de actores, mecánicas de género y, más recientemente, en la técnica que hasta hoy había estado reservada a la gran pantalla. El pasado año y el presente que nos ocupa ha habido un estallido en tu seno; producciones como El Príncipe, Bajo Sospecha, Vis a Vis o la más reciente Refugiados se baten y despuntan para dejar tu nombre por todo lo alto. Todas tienen rasgos en común y siguen la estela de calidad marcada por Crematorio.

Refugiados

«Una serie de ciencia ficción protagonizada por Natalia Tena y coproducida por la BBC, ya se sale del mapa»

Las dos primeras son ficciones policiales en las que aparecen actores como José Coronado o Lluís Homar, nombres que se pensaría vinculados al cine en primera instancia, pero que gracias al aumento de tu calidad, comienzan a trasvasarse hacia la pequeña pantalla. Apuntando al tema de la idiosincrasia, El Príncipe explota muy inteligentemente un argumento tan jugoso y patrio como es la convivencia con la inmigración marroquí. Tu osadía creciente también se observa en Vis a Vis, una ficción carcelaria, algo inaudito en España pero común en los países anglosajones, que cuenta con Najwa Nimri en su elenco principal. Refugiados, una serie de ciencia ficción protagonizada por Natalia Tena y coproducida por la BBC, ya se sale del mapa de lo que habríamos podido esperar de ti hace escasamente un lustro, o menos.

Y llegamos finalmente a la joya de la corona, a la serie que ha conseguido que esté aquí y ahora escribiendo estas líneas, creyendo en ti, la serie que me ha hecho ver que, por fin, estás dispuesta a recorrer el camino trazado y adentrarte en la maleza sin volver la vista atrás: El Ministerio del Tiempo. Sí, me declaro ministérica. Y usando esta palabra, de alguna forma, queda todo dicho. Son los propios seguidores de esta ficción y el boom social que la rodea los que han acuñado este término salido de la escuela de los “trekkies” (y los “believers”) para definir al fan acérrimo de El Ministerio del Tiempo, prueba de que esta serie se ha convertido en un fenómeno que va más allá de lo televisivo. Creada por Javier y Pablo Olivares y producida por TVE, el MdelT (su acrónimo en las redes) es una ficción histórica sobre viajes en el tiempo que ha conseguido hacer trending topic a Lope de Vega y disparar las entradas en la Wikipedia acerca de la historia de España mientras algunos creaban juegos de rol basados en ella. Si esto no es triunfar, que bajen los medidores de audiencia y que lo digan, porque si se atrevan les daré con un palo hasta romperlos. Bien es cierto que los ratings no han sido lo que se cabría esperar en proporción a la calidad y repercusión de la serie, y eso que las críticas son las más positivamente unánimes que se recuerdan en esta susodicha época contemporánea. Pero bueno, ahí tenemos Mad Men, icono de la ficción de esta era, adorada por la crítica e incomprendida por las grandes audiencias. No es moco de pavo la comparación. Llegados a este punto, es imposible no mencionar los paralelismos que unen El Ministerio del Tiempo con el concepto de la ficción USA o british.

el ministerio del tiempo

«‘El Ministerio’ se centra en temas muy propios, contando con actores de la talla de Cayetana Guillén Cuervo y sirviéndose de un humor pop muy alejado de la casposidad reinante»

Para empezar, el boom en las redes ya era un primer indicio, pero hay rasgos mas inherentes a la serie que también emanan ese mismo perfume. Un concepto muy importante, como la figura del showrunner, ese señor que crea una ficción y la cuida cual hijo enfrentándose a la madrastra malvada AKA la productora, era inexistente en España, o al menos ninguneada, hasta que Javier Olivares y su hermano Pablo llegaron con El Ministerio del Tiempo bajo el brazo. Como decíamos antes, la serie se centra en temas muy propios, como el funcionariado y nuestras instituciones, y lo hace contando con actores de la talla de Cayetana Guillén Cuervo y sirviéndose de un humor pop muy alejado de la casposidad reinante. Ahonda en la historia, pero no la usa como telón de fondo para contar el mismo drama de siempre, sino que la historia con mayúsculas toma la mano de la ciencia ficción y ambas se erigen como protagonistas. Esta mezcla de géneros, de realismo e inverosimilitud, la forma de contar situaciones duras o dramáticas sin perder la ironía, son todo síntomas de que estás empezando a evolucionar, a seguir los referentes adecuados.

La evolución de la técnica también es harina de otro costal. Mira que he visto veces las pirámides o el Coliseo en pleno apogeo, o en construcción, y no creía que mis ojos fueran a ver alguna vez el Acueducto de Segovia de esa guisa (y mira que queda mucho más cerca), con un chroma tan bien hecho que te lo crees. Los efectos especiales y la dirección artística, ésa que ha recreado ya unas cuentas épocas y bastantes barcos de la Armada Invencible al más puro estilo Hollywood, se merecen un hurra y unas lágrimas de emoción, porque gracias al trabajo de los técnicos se hace posible que una serie de esta envergadura resulte creíble, y por tanto factible. En este sentido, también me llamaron la atención los créditos: de sello exclusivamente digital, prescinden de actores y son esquemáticos, un bosquejo laberíntico que presenta la ficción que aguarda tras ellos y que se alejan del estilo noventero que se te había enquistado cual grano subcutáneo.

El Ministerio del Tiempo

«Tienes que seguir buceando en las profundidades de lo que define nuestra sociedad, ir a morder la chicha»

Evidentemente, el camino es largo, pedregoso, y sólo has empezando a recorrerlo. Estos nuevos designios van acompañados de otro tipo de audiencia, ésa que no te ve sentada delante de la tele a la hora del estreno del capítulo, más joven, con otros gustos, y que no se refleja en las estadísticas. Pero la evolución es patente, se sabe que hay fans de El Ministerio del Tiempo fuera de España, lo cual teniendo en cuenta el carácter marcadamente nacional de la serie, es todo un logro y prueba de su valía, de tu valía. Tienes que seguir buceando en las profundidades de lo que define nuestra sociedad, ir a morder la chicha. No estaría de más que, tal y como hizo Fincher en House of Cards, digamos, Amenábar por ejemplo, se prestara a dirigir un capítulo de El Ministerio del Tiempo, ampliando así el trasvase de talentos de la gran a la pequeña pantalla. Dicen los pajaritos que, de entrada, se está barajando contar con guionistas invitados para la segunda temporada, USA style. Vamos vamos que la petamos.

Con creciente afecto,

 

Náyade

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