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Maestro Iker, capitán de la Nave del Misterio.
Tengo dudas y mi fe se ha visto trastocada. De arriba a abajo.
Pero no piense mal, no es de mí de quien quiero hablar, es de un amigo. El culpable de todo esto. Por no revelar su identidad podemos llamarle, no sé, me lo invento, John Constantine David Duchovny. Le caería bien. ANTES, claro. Qué me ha hecho, se preguntará; qué nos ha hecho, le respondería.
Nuestro querido Duchovny, hace un tiempo, brilló por labrarse una carrera en cierto departamento SUPER secreto de Estados Unidos, recopilando una serie de expedientes SUPER secretos, junto a una compañera con la que compartía una tensión sexual SUPER secreta. Así se pasó nueve años de su vida. Y yo con él. Saboreando cada uno de esos expedientes con sabor a Mundo Insólito. IMAGÍNESELO, veintipico minutacos de fotos borrosas, OVNIS y sectas en lugar de los tres minutos de gloria de Carmen Porter. Un sueño húmedo.
¿Qué pasó, entonces? Pues que después de cerrar más expedientes XXX que la policía aduanera de Alemania, perder un hijo y enrollarse con su compañera de currele para, posteriormente, tener que superar la abducción y coma que sufrió, RESULTA que la FOX Dios todopoderoso CREYÓ que la vida de este pobre capitán de su propia Nave del Misterio aun podía dar guerra. Y encima está viejo ya.
Y ahora, amigo Iker, es cuando le pregunto, ¿qué pensaría usted si el Señor Skinner Cuatro bajase a su despacho, justamente en esta décima temporada suya de Cuarto Milenio, y le dijese/comentase/ESCUPIERA EN SU CARA que sus nueve años de trabajo anteriores han sido una mentira? Bueno, y por ende, nueve años en la vida de cualquier fan de la serie (¿¡Qué es esto, Lost!? Lindelof, si estás ahí, no tiene gracia, en serio. Ya fueron seis años perdidos, ahora nueve, ¿¡QUÉ SERÁ LO SIGUIENTE!? Mira, renuncio. No quiero seguir escribiendo en Serielizados. Mi vida es una mentira. Las series son mentira. Incluso todo lo que un servidor ha escrito en esta revista lo hicieron tres monos chutados de LSD, ROINOLES Y KILOMÉTRICO BOOMER. TODO ES MENTIRA).
¿Se desmoronaría? Yo sé que no, usted es fuerte.
Por eso le escribo, porque le necesito. Y él a usted. Además, ahora se ve que ha aparecido un niñato, un youtuber de estos, que le roba el protagonismo y claro, se ralla. Yo odio a los youtubers, señor Iker. El caso es que ahora Duchovny no cree en nada, está de vuelta de todo, avanza por inercia en la vida, como si siguiera el guión de una cadena de televisión norteamericana, ¿sabe? El otro día incluso vio a un hombre lagarto y le sudó la polla, al día siguiente volvía a estar en plan emo/me da igual vivir/todo es mentira. Y yo no sé verle así. Me duele en el alma.
Por favor, no cambie usted nunca. Puedo olvidarme de Duchovny, incluso he tirado mi carpeta del insti forrada con el poster de “I want to believe”, pero no soportaría tirar su póster firmado junto a Carmen Porter que tengo en la habitación.
Siempre suyo,
Un milenial (en plan fan de Cuarto Milenio, no en plan “Hola, he nacido en los 00’, soy súper joven, súper wai, me gusta elrubius…” y tal).