Series mainstream
WARNING: a los que aún tengáis puesta la pulserita del Primavera Sound, los billetes a Berlín para este veranito comprados y un libro de Murakami junto a una taza del Starbucks, NO LEÁIS ESTE ARTÍCULO.
WARNING: a los que aún tengáis puesta la pulserita del Primavera Sound, los billetes a Berlín para este veranito comprados y un libro de Murakami junto a una taza del Starbucks, NO LEÁIS ESTE ARTÍCULO.
Era un domingo de invierno. El sol brillaba y los pajaritos cantaban felices. Estaba haciendo el café en casa de mis padres: “hihi”, “haha”; “¿quieres una copa?”; “muy bueno el pollo, mamá”; “¿cómo van los artículos de series?”; “ah, hablando de series…” y de pronto: ¡BOOM! Las nubes taparon el sol. Los pajaritos callaron. Mi madre me había hecho un spoiler.
¿Sabéis lo que es ver la cara de Frank Underwood y recordar a tu ex? Yo sí.
Un episodio 'Why Not' es un capítulo oasis. Un paréntesis dentro de cualquier trama ajetreada. Una demostración de ingenio y creatividad. Un "mira que grandullona la tengo" en la cara del espectador. Pero, a la vez, es un acto de amor. Un regalo para los seguidores de la serie.
Hay muchas cosas de las que le estoy enormemente agradecido a mi abuelo. Que me esperase cada día a la salida del colegio. Que me enseñara a diferenciar los níscalos de las mierdas de perro. O que no hablase casi nunca de la mili (os lo juro). Pero de lo que le estaré eternamente agradecido es de poner un buen día un VHS con ‘Mr. Bean’ escrito en la etiqueta.
Es de noche y hace frío. El suelo está aún mojado. Sale vapor de una alcantarilla. Andas completamente solo por un polígono del extrarradio. Te giras para comprobar que nadie te sigue. No has dicho nada a tus padres, no lo entenderían. Tiemblas. No duermes. Ni siquiera comes. Te acercas a una puerta y llamas con un código. Se abre una ranura y ves unos ojos intensos mirándote fijamente que te preguntan: “¿Qué serie te pongo?”