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Sherlock es una de las series que más pasiones levanta, y si eso ya tiene mérito, el cómo es aún más único.
Hay muchas series tan amadas como odiadas, qué se la va a hacer, pero el caso de Sherlock es uno que divide relaciones que nunca más podrán superar ese bache. Un fan de Sherlock no puede entender, simplemente no puede, porque está más allá de su capacidad, que a alguien no le entusiasme la serie, el personaje, los secundarios, la cámara y los textos, enfin, todo el juego que es Sherlock. Hay gente así. ESA gente está condenada a pasar su vida siendo de la parte de gente del mundo que no ama Sherlock (no digo que sean minoría, simplemente una división vital, una vida no sher-locked).
«Consigue la admiración y hasta a veces la rabia del espectador, sabiendo siempre qué hacer y sin dar ni una simple pista al espectador.»
¿Qué cómo ha llegado hasta este nivel? Con una muy buena jugada de cartas. Un personaje ya conocido y querido a nivel mundial, una adaptación tan fiel como revolucionaria, y con un cuidado máximo de cada detalle por insignificante que parezca. Aunque la BBC ya nos tiene acostumbrados a un cierto nivel de calidad en sus series, la llegada de Sherlock fue una pequeña revolución.
La adaptación a la vida moderna con los guiños al Sherlock Holmes original (los parches de nicotina ahora quizá ya serían sustituidos por un cigarro electrónico) son la base de un personaje con mucho más potencial. Consigue la admiración y hasta a veces la rabia del espectador, sabiendo siempre qué hacer y sin dar ni una simple pista al espectador. Le ayuda mucho el guión, con momentos dignos de enmarcar (siempre tendremos el Stayin’ alive de Moriarty, a quién se echará de menos) y con el nivel sassy que parece que ahora toda serie debe tener (y por ello damos gracias a Dios).
Y sí, esa es una buena fórmula para tener éxito, pero aún no es lo más sorprendente, que por muy bien realizada que esté aceptamos que no es una pieza única.
«La vida del fan de Sherlock es muy dura. Exageradamente dura. Casi cruel. 3 capítulos. De una hora y media. Y ya está. En dos años. Y eso es una temporada. Eso es un total de 4,5 horas de dosis de Sherlock a repartir en dos años.»
Lo que eleva esta serie al Olimpo de las series es la combinación de gran calidad con el fandom que tiene detrás. La vida del fan de Sherlock es muy dura. Exageradamente dura. Casi cruel. 3 capítulos. De una hora y media. Y ya está. En dos años. Y eso es una temporada. Eso es un total de 4,5 horas de dosis de Sherlock a repartir en dos años. Y aun así su fandom es uno de los más potentes y entregados que hay. Hasta la BBC se vuelve loca con ellos, contratando coches fúnebres que pasean por Londres anunciando el estreno con el #sherlocklives. Sólo falta buscar este hashtag por internet para tener resultados infinitos, el fin de internet! Tumblr está que no puede, hay demasiado por asimilar.
¡Y entonces llegan los tráilers! El fan de Sherlock ya explota. Si ya fue feliz con fotos del rodaje, ver imágenes de la temporada es una gran bocanada de aire fresco mientras se ahogaba. Ahora ya tiene material por seguir subsistiendo unos meses más. Estos son de los tráilers vividos más intensamente por un fandom, ni Game of Thrones o tantísimos otros tan esperados por todos, pero esa gente, esos pobres fans hace DOS AÑOS que esperaban a ver ese dichoso tráiler, viendo como sus dos actores protagonistas se meten en otros proyectos sin parar y atrasando la serie hasta más no poder. Y ya está bien por ellos, pero nada es como Sherlock. No habría «cumberbitches» sin Sherlock.
Y esos años de espera ¿qué nos darán? Pues el fan ya es muy sufrido y sabe lo que le espera. 3 capítulos, a los que se enganchará como si le fuera la vida aunque sólo sean 3 semanas. Y eso será así sin ninguna necesidad de cliffhanger que unan vilmente los episodios haciendo esperar grandes cosas que se resuelvan como si nada, al fin y al cabo tienen un poco de compasión con el fan que ha vivido sus últimos dos años en un cliffhanger constante, lo que nos ha dado esas magníficas teorías sobre cómo se salva y reaparece Sherlock tan cruelmente y tan en su línea.
Algo que se debe agradecer a la BBC es el “mini” episodio anterior al primer capítulo oficial de la 3ra temporada donde se verá cómo se lo hace, toda una bendición (hagan sus apuestas, por mucho que penséis en posibles teorías hay muchísima gente que ha pasado más horas pensando en ello, no es triste). Es el poder que tiene la serie, arrastrar fans a la locura sin poder atar todos los cabos de las más disparatadas teorías. Y es que aquí está la clave, se necesita la locura (o genialidad, la línea que los separa es demasiado fina) de Sherlock para llegar a todo. Tenemos que resignarnos y aceptar que todos nosotros somos Johns Watsons que admiramos lo que hace nuestro Sherlock pero no podemos hacer nada útil en comparación. Suerte que ya todos sabíamos que habría una tercera temporada antes de que nos diera un patatús, sino más de uno hubiese acabado como Watson, medio loco y con bigote.
Y señores, ¡qué gran regalo de Navidad!
PD. Este año ha habido regalos por adelantado, y es que parece ser que ya se ha confirmado la cuarta temporada de la serie (a saber para cuando!) y se barajan rumores sobre una posible película. Esto es un no parar, dejar de sufrir cuando llegue la tercera para volver al mismo punto cuando se acabe. Qué vida más dura.
PD2. Podéis poneros al día de las dos temporadas de Sherlock (y del webisodio previo a la 3a temporada), aquí!