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Noviembre arrancará fuerte en Netflix con el estreno de la esperada Hache, una nueva serie española de producción propia del gigante del streaming que cuenta con intérpretes como Adriana Ugarte, Javier Rey, Eduardo Noriega, Ingrid Rubio, Nuria Prims o Marc Martínez.
Su título, Hache, hace referencia al tráfico de heroína en la Barcelona de los años 60 pero también es el sobrenombre con el se conoce a Helena, la protagonista principal interpretada por Adriana Ugarte. Una mujer que es una superviviente por naturaleza y cuya existencia le lleva a relacionarse con Malpica, jefe de una red local que controla Barcelona como puerto clave de una operación de narcotráfico más grande, ideada por el mafioso Lucky Luciano, con la intención de llevar heroína desde Asia a Estados Unidos.
Una historia real, resumida en la imagen de unas muñecas de contrabando llenas de heroína que llamó la atención de la guionista Verónica Fernández una vez la descubrió y que la llevó a adentrarse en las crónicas de la época sobre esa sórdida y gris Barcelona del barrio chino, de los marineros yanquis, de cacos y polis así como de una rebosante vida nocturna en clubs de jazz. De todo eso salió una nueva serie con la que Netflix sube otra vez más el listón de la producción española con grandes recursos, intérpretes de calibre y una libertad total para abarcar la violencia, el sexo y el crimen organizado como pocas veces se ha visto en la televisión nacional.
De Hache y sus tres significados –la serie, y el personaje y el tráfico de heroína– charlamos con la propia Verónica Fernández, creadora de la serie y Jorge Torregrossa, director de seis de los ocho capítulos que componen la primera temporada, que llega a Netflix el 1 de noviembre.
– ¿Cómo surge la idea de hacer ‘Hache’?
Verónica Fernández: Cómo surgió fue porque yo llegué por casualidad a una noticia que me impactó mucho. Hablaba en general de la historia de la heroína y de repente vi que Lucky Luciano, que estaba exiliado en Italia, porque le habían echado de Estados Unidos y pasó por Cuba, estaba organizando la ruta de la heroína desde Asia hasta Estados Unidos. En esos años hay una fuerte demanda en Estados Unidos, como ahora. Y entonces vi que el artículo decía que Luciano había utilizado varios puertos del Mediterráneo para llevar heroína en barcos americanos a Estados Unidos.
Me parecía una historia que no se había contado. Me surgió el nombre Barcelona ahí como con lucecitas y pensé que podíamos hacer algo con ese trasfondo con el tráfico de heroína y descubrí también dos cosas que eran verdad: que se había detenido a dos italianos por esto y que se habían encontrado unas muñecas llenas de heroína.
– ¿El caso de la muñecas es real?
VF: Sí, aparecieron en La Junquera pero a mí me pareció más bonito que aparecieran en el mar. Hay también un personaje real que aparece, Frank Caruso, quien era un hombre de Luciano que fue detenido en Barcelona.
– ¿Luciano entonces aún trabajaba para la familia Genovese?
VF: No, cuando él se va, tiene que reorganizar todas sus operaciones por su cuenta y cortar lazos con su clan en Estados Unidos. Esto es en 1960, justo cuando ambientamos Hache (Luciano murió en el 62). Luciano por eso, tenía otros puertos mediterráneos clave como Valencia, Mallorca y sobre todo Marsella.
Jorge Torregrossa: De hecho hay una noticia de la época, del ABC, precisamente la de la detención de Caruso y el otro tipo en la que empiezan a hablar ya del término «tráfico de heroína», porque ya han sido detenidos en Estados Unidos por delitos de tráfico.
– A parte de Barcelona, ¿queréis explorar otras ‘Conexiones’ como la de Marsella?
VF: Sí, hay una trama que cuenta precisamente esto, nos conecta con Marsella, también con Italia y todo eso se explica en la serie. La conexión es internacional. Barcelona es el centro de la serie pero es un punto más, una parada más dentro de la trama internacional de Lucky Luciano.
– Hablando de Barcelona, uno de vuestros últimos trabajos fue ‘Velvet Colección’, otra serie de época ambientada en la Barcelona de los 60. Las dos series no podrían ser más diferentes. ¿Nos podéis explicar esas diferencias a la hora de retratar y recrear la ciudad?
JT: Precisamente nos atraía que era completamente diferente. De hecho Velvet Colección se rodaba en su mayoría en Madrid, dentro de estudios y sólo con algunos exteriores de Barcelona y aquí apostamos por todo lo contrario. Por la inmersión total porque Barcelona estuviera presente a todos los niveles. Hay razones para que la historia suceda aquí. Se acaban de reanudar las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, hay embajadas, consulados, barcos norteamericanos, marineros…Ves las fotos de la época y todas las calles cercanas al puerto están llenas de marineros norteamericanos.
«Cuando leí el guion que pensé que nunca había leído las cosas contadas así, con esta crudeza» (JT)
La serie de hecho empieza con una escena en la que marineros americanos se van con prostitutas del Raval. Entonces, durante mucho tiempo, al menos yo, estuve pensando «cómo empieza la serie? ¿Cuál es la primera imagen?». Y es esta sinergia lo que da lugar a la historia. A todos los niveles. A nivel estético, yo no quería hacer una serie de época, yo quería que fuera una historia de los personajes, súper dinámica. Yo no quería mostrar las postales típicas, quería que todo respirara y que sintieras que estabas en ese ambiente y que no fuera una cosa sólo estética y distante o bonita y preciosista.
Me acuerdo cuando leí el guion que pensé que nunca había leído las cosas contadas así, con esta crudeza, con esta apuesta por un tono diferente y me gustaría hacer eso al máximo. Es decir, como director quería estar al servicio de eso.
– ¿En que os habéis inspirado para retratar esa Barcelona sombría y peligrosa? Habéis buscado referentes, por ejemplo en el cine negro barcelonés de los 50 con directores como Josep Maria Forn, Rovira Beleta, Ignasi F. Iquino, Paco Pérez Dolz y títulos como ‘Apartado de correos 1001’, ‘Brigada criminal’ o ‘A tiro limpio’?
JT: No tanto estilísticamente pero sí que los hemos utilizado más como referencias documentales. Y muchas veces hemos aplicado ciertas cosas que sí nos funcionaban, ¿no? Ese aire a película nada formalista, rodada a pie de calle que tenían las películas que mencionas, hemos intentado que se transpirara en ‘Hache’. También hemos utilizado muchas fotografías de la época y ahí hemos encontrado esa visión sucia y poliédrica que buscábamos para la ciudad.
VF: Yo creo que hemos “bebido” de muchos sitios. Nos hemos criado con el cine americano y tenemos una pasión especial por el cine negro pero sí que queríamos hacer otra cosa muy consciente. No podemos ser Coppola o Scorsese: Vamos a hacer nuestro cine negro. Y creo que esto está desde la premisa de la chica del gánster que no quiere ser la chica del gánster hasta en buscar un lenguaje propio que bebiera de todo, como el noir francés de ‘El Samurái’, con Alain Delon. Es verdad que hemos bebido de todas esas películas pero hemos intentado hacer una cosa nuestra y que fuera distinta.
– Un elemento estético que recurrente en ‘Hache’. es una banda sonora con fuerte presencia del Jazz. El Albatross, lugar de operaciones de Malpica, es un nightclub musical. Barcelona en los 50 y 60 fue un lugar de parada para todo tipo de músicos de Jazz. ¿Qué hay de todo ello en vuestra elección musical?
JT: Totalmente y además desde el inicio. Queríamos que la música fuera parte de la historia, que estuviera relacionada directamente con la historia.
VF: Creo que hemos hecho un trabajo musical muy especial. Por una parte la música diegética, como las que se cantan dentro del Albatross y por otra con la extradiegética, que acompaña a los personajes, hemos hecho en ambas una apuesta por hacer algo diferente a lo que se suele hacer en las series españolas. Hemos elegido canciones de la época, las hemos vuelto a grabar y les hemos dado nuestro propio tamiz y hemos elegido también a nuestros dos cantantes que además son personajes dentro de la serie. Es decir, hemos introducido la música, creémos, de una forma muy orgánica con la intención de que le de ese tono particular que buscamos.
JT: Pero también a la hora de hacer el score, apostamos por una cosa diferente y que tuviera esos elementos del Jazz como deconstruidos y utilizados de una forma que nos hablara también de los demonios de los personajes. Que eso tuviera su traducción musical; que pudiéramos expresar ese alma de los personajes a través del score.
– La serie es muy explícita, tanto en el uso de la violencia como del sexo. ¿Es producto de la libertad que os da Netflix? Y más allá de esto, ¿qué habéis podido hacer en ‘Hache’ que hubiera sido imposible en otra cadena o plataforma?
VF: Yo te lo digo al revés. Si lo has visto es porque nos han dejado hacerlo, si no no lo hubieras visto. [Ríe]. Fue una apuesta nuestra muy fuerte.
JT: Pero que estaba desde el principio.
VF: Es cierto, estaba en guion pero muchas veces pensabas: «Ostras, una cosa es leerlo y otra verlo».
JT: Y hacerlo. Porque recuerdo cuando leí ese primer guion dije: “Guau, no he tenido la oportunidad de hacer esto antes. Ni de verlo. Y quiero hacerlo». Pero claro, luego te planteas: «Cómo haces esto?»; «¿Y cómo se ve?».
«No he visto nunca una escena de sexo como las de ‘Hache’ en ninguna de las series en las que hemos trabajado hasta ahora» (VF)
VF: Yo creo que Jorge y Adriana, Javi, todos en general, hicieron muchísimo mejor el guion. La apuesta de guion era clara pero si no hubiéramos tenido este cast o no hubiéramos tenido a Jorge dirigiendo… creo que es una serie súper valiente es ese aspecto de la violencia y el sexo. Y la gente te lo dice: «es violenta de verdad». Queríamos eso y creíamos que en Netlflix lo podíamos hacer y es verdad que en una televisión en abierto hubiéramos tenido muchísimos problemas. De hecho yo no he visto nunca una escena de sexo como las de Hache en ninguna de las series en las que hemos trabajado hasta ahora. No queríamos renunciar a eso, incluso pensando que pedíamos tener una audiencia que podía sentirse incómoda con ciertas secuencias. Pero la serie apostaba por esta historia y no por otra y renunciar a esto hubiera sido engañarnos mucho. Porque si estás contando que un tío se mete morfina porque no puede aguantar el dolor, que se le vea el dolor y que se vea que se mete morfina.
JT: Y esas cosas como esa secuencia del primer capítulo que, para mí es clave en definir lo que es la serie. En otra serie estarían tapados, ella se envolvería en una sábana y yo no quería eso y desde el primer momento fui muy claro con todos, tanto con Verónica como con los actores. «Esto es así, creo que tenemos que apostar por el realismo y la cosa descarnada». Y todos ellos dijeron: «Sí, vamos a tope con ello».
VF: Y luego había una cosa, que igual ya desde el punto de vista femenino, que yo estoy súper harta, de esa concepción que sí se puede mostrar un pecho femenino pero no se puede enseñar a un tío desnudo, ¿no? Es como un código que nadie te dice pero que está ahí. Y por eso aquí, si exponíamos a Adriana con toda la dureza que tiene Helena, su personaje, íbamos a exponer a los demás. Creo que nuestra honestidad a la hora de abordar los momentos sexuales o de violencia de la serie iba por ahí.
JT: Y contestando a tu otra pregunta, me parece que otra apuesta que quizás fuera de Netflix no sabemos si hubiera sido posible, y estamos acostumbrados a encontrarnos en situaciones así, es que de repente los personajes italianos fueran italianos, que los americanos fueran americanos y los franceses, franceses. Y que hablaran todos en su propio idioma. Y es que siempre nos hemos encontrado en muchísimas ocasiones con el código no escrito de que llegan dos personajes que hablarían en su idioma y lo hacen en español para que se entienda.
– Teníamos la sensación de que en España no habían mafiosos, narcos y crimen organizado. Lo veíamos en las noticias pero en la ficción, durante un largo tiempo apenas era un tema explorado, pese a que el género criminal en España ha tenido épocas muy activas. ¿Qué ha cambiado ahora? ¿Estamos ante una nueva etapa del género en la ficción española?
«Basta con querer contar una historia y seguro que vas a encontrar a alguien en algún sitio que te va apoyar… Es el momento más dulce que hemos vivido en mucho tiempo» (VF)
VF: No sólo el narcotráfico, yo creo que al entrar más ventanas, más competidores, más «de todo» es un momento increíble para los creadores y que una plataforma, la que sea, pueda apostar por Hache es para los que llevamos muchos años trabajando un salto hacia lo que siempre hemos soñado. No hay ninguna historia que no se pueda contar. Hay que encontrarla eso sí, pero hoy por suerte, probablemente habrá también alguna plataforma o canal dispuesto a hacerla. Netflix ahora mismo está desarrollando un montón de proyectos distintos y de verdad, desde el punto de vista del que lleva trabajando tiempo es un salto increíble y todos los creadores te van a contestar igual. Te hablo de Netflix porque estamos en Netflix pero hablo en general. Lo que está pasando en España es especial. Antes tenías que medir mucho tus ideas, desde la producción hasta el contenido.
JT: Es que todos hacíamos la misma serie en el fondo. Cuando yo empecé, todas las series eran el fondo la misma.
VF: O eran series muy formateadas. O por ejemplo decir: «somos una productora de Madrid y nos vamos a rodar a Barcelona», ahora es posible. Basta con querer contar una historia y seguro que vas a encontrar a alguien en algún sitio que te va apoyar. Y que te van a respetar lo que tú quieres contar y no intentarán hacer otra cosa. Es el momento más dulce que hemos vivido en mucho tiempo. Y eso para el espectador también tiene que ser súper chulo, ¿no?
– Me da la impresión que la mayoría de los personajes de ‘Hache’, indiferentemente de su estatus y posición, más que vivir, sobreviven. ¿Es la serie un relato de supervivencia más que de ambición?
JT: Sobre todo trata de la supervivencia. Nosotros utilizamos siempre ese término, nos dijimos desde un principio que todos los personajes eran supervivientes. Y todos tenían que sobreponerse a un montón de lacras, huecos emocionales, de situaciones duras… Evidentemente esta chica acaba ahí por un tema de subsistencia y ya en los dos primeros capítulos se va viendo cómo surge la ambición pero ésta siempre viene desde una posición de supervivencia.
VF: Sí, la ambición ha sido siempre para mí una herramienta simplemente. Podría haber sido el amor, por ejemplo: «me enamoro de este tío, me dedico a vivir de su dinero y no hacer nada», y esa podría haber sido otra herramienta para sobrevivir, ¿no? Creíamos que esa sería la opción manida y habitual pero Hache no es así, ella es un personaje que hace cosas que no esperas que pueda hacer y nosotros creíamos que la ambición de Hache, que se da cuenta ella misma que la tiene porque es más lista que el hambre, sale de este espíritu de supervivencia. Ve que este es el camino y tira para delante. Como ella dice en el tráiler: «He aprendido a conseguir lo que me dé la gana». Entonces para mí la ambición es una herramienta, no es la meta. No creo que Hache en ningún momento piense en convertirse en una mujer poderosa. Sino que piensa en utilizar el poder que puede aglutinar para conseguir lo que desea, que es salvar a su hija, sacar a su pareja de la cárcel.
– Helena, la protagonista, es una mujer marcada por el dolor y el sacrificio. En ‘Hache’, constantemente se está poniendo en riesgo para proveer a su familia y salir adelante. Y es ahí donde vemos que Helena tiene que usar su cuerpo en todo tipo de situaciones. ¿Como veis la relación de Helena con el sexo? ¿Es su única vía?
JT: Claro, se trata de una mujer que ha sido obrera en una fábrica textil, que se ha quedado sin trabajo, como una hija pequeña, sin un marido y cuidando de una amiga enferma. Es que… es lo que pasaba. En la preproducción utilizamos unos dossieres llenos de fotos de la época y lo ves, ves eso ahí. Y los hemos utilizado para todos los departamentos. Eso es lo único que tiene Hache y lo utiliza a saco. Esto nos ponía además en una situación muy delicada todo el tiempo. Fue un tema que duró durante toda la producción de la serie. Hablábamos constantemente de esas dinámicas, de los hombres y las mujeres, del machismo y el feminismo. Estábamos todo el día hablando de esto porque por un lado, esto es real. La situación y la cultura de la que estamos hablando era la que era en ese momento y ella, Hache, utiliza sus herramientas como puede. Pero a la vez estamos hablando de unas mujeres que están todas ellas luchando por sobrevivir y se enfrentan de alguna manera a lo que les viene impuesto. Todas ellas.
VF: Sí, en el capítulo dos ya le pega un bofetón a Malpica y no esperas que se vaya a atrever. Le dice algo así como: «Si me maltratas, me mato». Y en ese momento es cuando entendemos cuál ha sido el enganche de Malpica con ella. Primero es un enganche sexual pero va evolucionando hacia otra cosa y pienso que este es un gran tema para ponerlo encima de la mesa. Todo esto son temas importantes de los que no queríamos huir o esconden. ¿Que los protagonistas se pegan? Sí, estamos contando una cosa violenta y no podemos esconderlo.
– Y en cuanto a Malpica, no es el típico mafioso que hemos visto en otras ocasiones. Tiene un lado oscuro pero también fuertes debilidades. ¿Nos podéis detallar más su personaje? Y sobre todo, ¿que es lo que ve Malpica en Hache (Helena) para apropiarsela tan pronto? ¿Hay detrás de su relación una historia real de atracción o se utilizan sin más?
JT: Yo creo que lo que ve Malpica en Hache es lo que ve el espectador, ¿no? Es como una cosa salvaje e imprevisible que le atrae el peligro. Nosotros decíamos que la serie es como Hache, la protagonista, que nunca sabes cómo actuara y reaccionará. Él se lo dice en algún momento.
«En el personaje de Malpica (Javier Rey) se cuenta la historia de Europa» (VF)
VF: Sí, hay un momento en el que Malpica le dice: «Nunca contestas lo que quiero oír». Yo creo que Malpica partió de un prototipo de cine negro, de mafioso típico. Te cuento desde la escritura inicial, pero luego tanto Jorge como Javier Rey han hecho mucho para construir la forma final del personaje. Desde la escritura, quise hacer un mafioso normal. Un líder con carisma que maneja a los suyos y que te crees que pueda ser violento en un momento dado. Lo quise sofisticar también y quise contar con él algo de España a su vez. En el perfil de Malpica está un tío que ha salido de España, que podía haber tenido una vida muy cómoda y al que la Guerra truncó su historia familiar.
En realidad es un pijo de Barcelona que se tuvo que ir por la Guerra y que al volver se ha reinventado en otra cosa. Eso es una herida que él lleva, creo que con pocas cosas se cuenta la historia de Europa en el personaje de Malpica. Esa guerra de España y esa guerra en la que le hieren en Francia y esa manera de reinventarse, porque es un tipo listo. Lo hemos hecho sofisticado en sus gustos. Le encanta el jazz y por eso monta el Albatros. Es un tío educado y que sabes que está por encima de la media. Es elegante, le gusta el lujo y tiene su gran debilidad que es la morfina, el dolor. Esa cosa que no acaba de cerrar nunca. Y va a más. No te voy a contar más porque tiene muchísimas capas que se van revelando a lo largo de la serie. Capas que el mismo Javier Rey iba descubriendo.
JT: Y que se van descubriendo capítulo a capítulo. El personaje se va contando progresivamente y se va llenando de cosas. Es la tercera serie que hago con Javier y la segunda que hago con Adriana y fue muy fácil y apetecible meternos a explorar juntos cómo creamos estos personajes con todos sus matices. Buscábamos entre todos explorar sus personajes y no limitarse al diálogo. Nos preguntamos qué sienten, qué les falta, qué buscan, etc. Fue una labor muy compleja pero muy rica.
VF: Ensayamos mucho con ellos, estuvimos los dos mucho con ellos y también aportaron cosas al personaje. Malpica por ejemplo, es un personaje que tiene de todo: es cojo, morfinómano, toca el piano, habla francés, italiano… un personaje que si no hubiéramos tenido un pedazo de actor como Javi hubiera sido un personaje muy difícil de plasmar. Porque además debía tener este encanto que tiene cuando está haciendo cosas horribles. Era esta mezcla lo que nos fascinaba.
– ¿Es Malpica consciente de lo que supone dejar entrar a hache en su vida o lo va descubriendo?
VF: Yo creo que es la historia de un descontrol. La trata como a otras al principio y desde el segundo día ya está en plan «qué está pasando aquí?» [Ríe].
JT: Se ve muy bien en los dos primeros capítulos y eso lo hablamos entre nosotros. Subirse a una chica cualquiera, pagarle y «adiós muy buenas» ya lo ha hecho mil veces. Ya ha pasado. Y de repente aquí, cuando surge Hache, aparecen cosas nuevas y por eso al final le hace firmar ese especie de contrato, su «M» marcada pero ya en el segundo capítulo, pese a que empieza con él maltratándola, acaba con un duelo entre ellos dos: «Yo llego hasta aquí, ¿hasta donde llegas tú?»
– ¿Y ese duelo va a más?
VF: Buff, obvio. Si en el dos están así, imagínate en el ocho.
JT: Sí, esto empieza a ser una partida de tenis, una final Federer-Nadal de las buenas.
VF: Teníamos un chiste entre nosotros y los actores. Javi iba diciendo: «En esta batalla gano yo, ¿no?». Cosas así. [Ríen] Sí, esa relación le descontrola la vida. Todas las historias que contamos son eso. De repente irrumpe algo o alguien en tu vida que te lo descontrola todo. Y es verdad. Es como un choque de trenes, de igual a igual y totalmente fortuito. Se produce porque ella va huyendo.
– Y en cuanto al policía que interpreta Eduardo Noriega, Alejandro Vinuesa. ¿También es un superviviente?
VF: Total.
JT: Descubrimos una cosa de su pasado al incio, una pena negra que le hace llegar en Madrid con ese trauma. Llega a Barcelona para hacer un cambio de vida y sólo tiene su trabajo. Empieza a descubrir que hay cosas a las que nadie le presta atención. Aunque no queríamos hacer una cosa en plan historicista, tampoco queríamos hacer una fábula. En esa comisaría hay una foto de Franco, estamos hablando de una policía de régimen que no está interesada en investigar. Que sólo pretende que parezca que todo está bien. Y él se está dando cuenta que no todo está bien.
«(El de Noriega) es el personaje que nos anclaba más a una Barcelona de calle… Es el personaje que nos ha paseado por todos los sitios de la ciudad»
VF: Yo creo que el personaje de Eduardo muchas veces tiene nuestra mirada. La mirada del espectador. Nosotros somos más Vinuesa que Helena o Malpica, ¿no? Porque es él que se dice: «¿Qué pasa aquí? ¿Pero quién es esta mujer a la que me encuentro todo el rato?». Él tiene su propia historia que va avanzando y siempre he defendido que esta serie no tiene historias de amor. O si las tiene son muy equivocadas. Entonces no era un triángulo al uso y eso me encantaba: que tu puedas ver la foto de los tres y pensar que es un triángulo amoroso entre los tres y va haber oscilación de ella entre los dos y no estamos contando eso para nada.
JT: Vamos, no es un triángulo por ninguno de sus lados [Ríen].
VF: Es el personaje que nos anclaba más a una Barcelona de calle. Se va a investigar constantemente. Es el personaje que está en más decorados reales, nos ha paseado por todos los sitios de la ciudad. Esa mirada es muy chula, creo. Quizás es menos sofisticada que la de Malpica pero es la de una Barcelona más callejera.
JT: Y luego, Eduardo llegó a la mesa habiendo hecho sus deberes, con una exploración previa muy abundante. Y por eso muchas veces proponía ideas.
VF: Yo le había regalado un libro titulado Brigada Criminal, de un policía de esos años que había escrito su crónica de la Barcelona de esa época. Es un poli al que lo hemos hecho un poco especial porque dice una frase que a nosotros nos encanta que es: «A mí me importan todos». Entonces desde ahí, a él no le importa enfrentarse a nada ni nadie. No tiene nada que perder y se tira a la piscina. Le pase lo que le pase.
– ¿Cuales son los planes para ‘Hache’? ¿Planteáis una temporada cerrada o queréis seguir con la historia?
JT: Está completamente fuera de nuestras manos por ahora.
VF: Yo creo que el universo de Hache es grande y queremos seguir explorando. No sabemos lo que va a pasar pero sí que creemos que es una serie que cualquier personaje que toques, como por ejemplo Arístides, que me parece muy interesante, todos tienen muchísimas cosas que contar y lucharemos para seguir contándolas.
– ¿Tenéis planeado cómo seguirá la historia?
VF: Tenemos ideas [Risas]. También estamos muy ansiosos por ver si la gente se engancha. Apostamos por hacer una serie diferente. La hemos hecho y ahora queremos saber si esa diferencia es en positivo. Ahora estamos deseosos de ver esto y creo que es la gente la que nos dará la segunda y tercera temporada si así debe ser.