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Con más de mil millones de horas vistas, Miércoles ya es uno de los mayores éxitos de Netflix junto a Stranger Things y El Juego del Calamar. Sin embargo, algo que debería ser motivo de celebración para la plataforma puede no ser tan bueno en un futuro. Aunque Miércoles es una serie original de Netflix, no es suya como tal, ya que los derechos pertenecen a su estudio, MGM, propiedad de Amazon desde marzo de 2022.
Netflix tiene potestad creativa y decide si hacer o no más temporadas, pero una vez la serie finalice y caduquen los derechos, la serie desaparecerá de la plataforma y pasará a estar disponible en otra, seguramente Prime Video.
Esto no es nuevo en Netflix, y de hecho uno de los casos más sonados es el de las series pertenecientes al universo cinematográfico de Marvel: Daredevil, Jessica Jones, Luke Cage, Iron Fist, The Punisher y The Defenders. Estas eran series originales de Netflix, pero 5 años después de su cancelación los derechos caducaron y volvieron a Disney, estando ahora disponibles en Disney+, donde además hay en desarrollo una nueva serie de Daredevil. Es por ello por lo que a las plataformas no solo les interesa tener éxitos, sino que esos éxitos sean suyos para siempre. Stranger Things es una producción de Netflix y pueden hacer lo que quieran con la franquicia, incluido expandirla con todos varios spin-offs si lo desean. Pero por otro lado, Cobra Kai, una de sus series más vistas, es de Sony, por lo que Netflix no tiene el control de la marca y no puede evitar que Sony esté desarrollando por su cuenta una nueva película dentro del universo de Karate Kid.
Netflix es conocida por rescatar series como Manifest, Lucifer o You, siendo las tres de sus series más vistas. Pero rescatarlas es una inversión a corto plazo, porque tarde o temprano desaparecerán de la plataforma e irán a parar a otro lugar. De hecho, estas tres series son producciones de Warner y su presidente David Zaslav, insatisfecho por las condiciones económicas de Netflix que complicaron y retrasaron la renovación de The Sandman, ha ordenado que se dejen de vender series finalizadas de Warner para el catálogo de la plataforma.
Las series licenciadas en ocasiones tienen incluso más valor que las series originales
Es importante diferenciar entre las series originales producidas por otros estudios, y las series licenciadas o adquiridas, es decir, las series antiguas o recientes que no son originales y se encuentran en el catálogo de una plataforma. Las series licenciadas en ocasiones tienen incluso más valor que las series originales. Semana tras semana en el listado de Nielsen de las series más vistas en streaming en Estados Unidos, series licenciadas como Cocomelon, Bluey, Navy: Investigación Criminal, Anatomía de Grey o Friends ocupan la mitad del top 10.
El éxito de Cocomelon y Bluey reside en que se tratan de series para público preescolar, el cual ve las cosas una y otra vez. En el resto, la clave se encuentra en su gran cantidad de episodios. En la era del streaming las temporadas son cada vez más cortas, y aunque antes era la norma, ahora no es habitual que una temporada tenga 22 episodios ni siquiera en abierto. Sin embargo, son estas series con temporadas largas las que triunfan en streaming. Procedimentales o comedias con más de 100 episodios que ya triunfaron en su emisión en abierto, y vuelven a hacerlo años más tarde en streaming.
Cuando un estudio tiene una serie de éxito finalizada entre manos se enfrenta a un dilema: puede ponerla en su propia plataforma para ganar suscriptores, o ceder los derechos a una competidora a cambio de una gran cantidad de dinero. Sin embargo, esto no quiere decir que ponerla en su propia plataforma salga gratis: HBO Max pagó a su propia compañía, Warner, 425 millones de dólares por los derechos en exclusiva de Friends, al igual que Peacock pagó 100 millones por The Office a Universal Television, ya que aunque formen parte del mismo conglomerado funcionan de forma independiente -aunque a la hora de aceptar las ofertas, tengan clara preferencia las plataformas que pertenezcan a la misma compañía que el estudio-. La elección consiste en decidir si pagas dinero para ganar suscriptores, o ganas dinero a riego de que los suscriptores se suscriban a otra plataforma.
Esto segundo es lo que hizo Paramount con South Park, que obtuvo 500 millones de dólares de HBO Max por los derechos de streaming en exclusiva en Estados Unidos durante 5 años. Aunque en el momento del acuerdo Paramount todavía no tenía en marcha su plataforma de streaming, Paramount+, ha logrado suplir la ausencia de South Park de una manera tanto original como desleal. La jugada de Paramount fue la siguiente: en 2020 vendió los derechos de streaming a HBO Max, que tendría las temporadas anteriores y las que se fuesen emitiendo en Comedy Central hasta 2025, pero estas temporadas recientes han tenido menos episodios de lo habitual, ya que mientras que las anteriores temporadas tenían 10, la temporada 24 tuvo solo 2 episodios debido a la pandemia, y la temporada 25, la última emitida, tuvo solo 6 episodios.
Hay veces que un estudio vende los derechos de streaming a una plataforma rival porque no saben el éxito que tienen entre manos
Es decir, en casi 3 años desde que comenzó el acuerdo, en lugar de los 30 episodios que se habría esperado que se hubiesen emitido, se han emitido 8. Menos de lo que tenía una temporada completa habitualmente. Pero eso no es todo, ya que Paramount encontró un vació legal en el acuerdo: HBO Max obtenía los derechos de las temporadas pero no indicaba nada de películas, por lo que ordenó 14 películas exclusivas para Paramount+. Películas, que, además, siguen la continuidad de la serie, por lo que es necesario verlas para seguir la narrativa –South Park hace unos años cambió su formato y ahora sigue una continuidad lineal-. Por 500 millones HBO Max obtuvo 23 temporadas de South Park, más de 300 capítulos, pero a su vez solo ha ganado 8 nuevos episodios con tramas que resultan incompletas al ser resueltas en las películas de Paramount+. Una jugada maestra.
Hay veces, sin embargo, que un estudio vende los derechos de streaming a una plataforma rival porque no saben el éxito que tienen entre manos. Yellowstone es una serie que se emite en la cadena de cable Paramount Network, y aunque sus primeras temporadas fueron bien, durante la pandemia su audiencia creció tanto que ahora es la serie de cable más vista en la actualidad en Estados Unidos. Paramount, antes de este éxito, vendió los derechos de streaming a Peacock, plataforma de NBCUniversal, siendo ahora la serie más vista en dicha plataforma y apareciendo en los listados de lo más visto en streaming de Nielsen a pesar de tener solo 30 millones de suscriptores en Estados Unidos frente a los 73 millones de Netflix. Paramount+, siendo consciente del gran error que cometieron al venderla, está tratando de beneficiarse de la franquicia mediante series precuela, como 1883 y 1923, que, aunque independientes, complementan a la serie original. Así, aunque para ver Yellowstone -si no se tiene televisión por cable- haya que suscribirse a Peacock, Paramount+ también gana suscriptores gracias a la franquicia. Y tarde o temprano, Yellowstone volverá a casa.
Aunque lo habitual es que un estudio tenga todas sus series en su propia plataforma, David Zaslav, presidente de Warner Bros. Discovery, se ha dado cuenta de que el streaming no es tan rentable como parecía, que no basta con solo el dinero de los suscriptores, y que es necesario aumentar beneficios y ahorrar costes. Para ahorrar costes ha decidido retirar HBO Max varias series, muchas de animación, y deducirlas fiscalmente para recuperar algo del dinero invertido en ellas, una decisión polémica que no ha gustado nada en la industria.
Para aumentar beneficios también ha retirado varias series propias de la plataforma, como Westworld, Minx o The Nevers, pero para ofrecerlas al catálogo de sus competidoras, esperando ganar así más dinero del que obtendría manteniéndolas en HBO Max. Además, Warner no solo está vendiendo sus series ya producidas, sino también sus propias franquicias de éxito, y ya se encuentra en negociaciones para ceder los derechos de la rama de animación de DC a Prime Video. Y en un momento en el que las franquicias son oro, es un movimiento cuanto menos arriesgado.
¿Vale la pena tener series originales en una plataforma producidas por un estudio ajeno sabiendo que acabarán saliendo del catálogo?
Sony es lo que se conoce como un estudio independiente porque no tiene plataforma o cadena de televisión propias y solo produce para compañías externas. De hecho, varias de las series más populares actualmente son suyas, como la anteriormente mencionada Cobra Kai y The Crown en Netflix, The Boys y La Rueda del Tiempo en Prime Video, o la anticipada The Last of Us en HBO. Sony logró uno de los acuerdos más lucrativos de la era del streaming cuando vendió los derechos de Seinfeld a Netflix por 500 millones de dólares. Hay que tener en cuenta que Netflix es una plataforma cada vez más conocida por controlar el presupuesto de sus series y no invertir en ellas más de lo necesario -de ahí ese frecuente look barato y sus habituales cancelaciones-, por lo que el hecho de que paguen tanto dinero por los derechos de una serie de hace 30 años indica el gran valor que tiene para la plataforma y que no se trata de simple fondo de catálogo.
¿Vale la pena tener series originales en una plataforma producidas por un estudio ajeno sabiendo que acabarán saliendo del catálogo?, ¿es rentable gastar cientos de millones de dólares en los derechos de streaming exclusivos de series clásicas como Friends o Seinfeld?, ¿es mejor licenciar series a la competencia o mantenerlas en tu propia plataforma? -algo que mantuvo con vida a The CW y luego la mató-.
El streaming es algo relativamente nuevo, Netflix empezó su producción original hace menos de una década, y grandes plataformas como Disney+ o HBO Max apenas tienen 3 años de vida. Todas se han subido al barco de un modelo sin saber si funciona, y es ahora cuando toca experimentar y tomar decisiones arriesgadas. No tengo las respuestas a todas las preguntas, pero las plataformas tampoco.