Paquita Salas o el costumbrismo kitsch
La última tendencia en sitcom

‘Paquita Salas’ o el triunfo del costumbrismo kitsch

La ficción online de Javier Calvo y Javier Ambrossi es un verdadero soplo de aire fresco al panorama del audiovisual español, que comienza a ponerse al día con las nuevas tecnologías y los nuevos medios de difusión de contenido.

Cuando algún visionario pensó que gracias a YouTube podía no sólo subir vídeos de caídas aparatosas y gatos adorables, sino crear contenido propio que gustase a los habituales de la página, revolucionó el mundo del audiovisual, literalmente. Pasamos de los unboxing y los gameplay a los vlog, dailies y numerosos géneros nuevos, entre los que destacó la webserie. De hecho, una de las producciones de mayor relevancia de los últimos años en nuestro país vino del low cost y de un grupo de amigos que quería hacer algo distinto y original. ¿Les suena Malviviendo?

Y, claro está, YouTube fue comprado por Google, y cada día crece más y más. Pero ya no es la única plataforma de creación de contenido, aunque siga siendo de las más importantes y haga que algunas personas –reitero, algunas- puedan vivir únicamente de subir vídeos a su canal. En la Web 3.0 el v.o.d. (vídeo bajo demanda) ha dado una nueva vuelta de tuerca al sector audiovisual, con gigantes del tamaño de Netflix erigiéndose como acaparadores del mercado de la ficción ‘televisiva’ –entiéndanse las comillas: aunque las características de estas producciones respondan a la ficción televisiva clásica, no nos quedamos sólo con la pequeña pantalla, sino también con móviles, tabletas, ordenadores, videoconsolas…- y numerosas producciones que nacen para ir directamente al online, sin pasar por salas ni edición en DVD. ¿Para qué quieren gastar presupuesto en distribución si existen plataformas como Filmin o Wuaki?

Aunque, para variar, en España tardamos bastante en adaptarnos a esta nueva realidad, en los últimos años la interacción con el usuario a través de redes sociales y otros medios de feedback ha aumentado considerablemente en la ficción española. Casos significativos los de El ministerio del tiempo, una de las series españolas mejor valoradas en lo que va de siglo, y que considera fundamental el contenido más allá de la pantalla de televisión, o el del visionario Paco León, lanzando al mismo tiempo en DVD, online y salas su opera prima, Carmina o revienta. En este sentido, uno de los que más ha hecho por la mejora del audiovisual digital en nuestro país es la corporación A3media, luchando por la inclusión de estos nuevos medios online en el panorama de la ficción española. Y ahí nace, hace apenas un año, Flooxer.

sonrisa-paquita-salas-antonio-ramon-jimenez-serielizadosFlooxer es una de las iniciativas más interesantes que han nacido en lo que va de década en la creación de contenido, donde se incluyen numerosas posibilidades de producción de audiovisuales más cercanas al usuario. La inclusión de youtubers destacados en nuestro país –JPelirrojo, Mister Jägger, David Suárez (a.k.a. Vincent Finch), Vengamonjas– ayuda también a migrar público directo desde YouTube a Flooxer, o, simplemente, a compartirlo. Y, por suerte para los críticos con la producción audiovisual en España, anclado a tópicos ya indemostrables, llega de la mano de los creadores de La llamada, un verdadero éxito del teatro musical que surge de una broma, otra broma de incluso mayores dimensiones: Paquita Salas.

Javier Calvo, Javier Ambrossi y Brays Efe son los protagonistas en primer plano de esta particular ficción que revuelve de lleno el panorama audiovisual. Tres nombres poco conocidos –quizá no tanto Javier Calvo, teen star en Física o química– dan vida entre el papel y la pantalla a uno de los personajes más representativos que se han creado en los últimos años. Porque, le pese a quien le pese, Paquita Salas es un personaje magnífico y que refleja de lleno la realidad española. Antes de seguir, una pequeña sinopsis: Paquita Salas es la fundadora de P.S. Management, una de las agencias más exitosas de representación de actores en nuestro país, pero que se está quedando anticuada respecto a las nuevas tecnologías. Con esta premisa, veremos las aventuras y desventuras de Paquita en busca de encauzar de nuevo el éxito como representante de actores y actrices españolas.

Calvo y Ambrosi, en un ejercicio constante de autocrítica hacia el desconocimiento de los nuevos medios y la nueva realidad digital que vive España, toma de lleno el papel de las madres, de las abuelas, las tías, las cuñadas, las marujas, las divas y, prácticamente, cualquier mujer que se te pueda ocurrir en nuestro país que desconozca “el internet ese” para crear a Paquita, encarnada por un soberbio Brays Efe. Porque Paquita Salas, junto a su inseparable Magüi, interpretada por una Belén Cuesta en alza, se adentra de lleno en la jungla de la red para intentar modernizarse. La primera ironía de Paquita Salas nos llega con su propia distribución. ¿O creen que una agencia como P.S. Management podría adaptarse a que sus representados actúen para internet y no para la televisión o el cine?

«Es una propuesta original y diferente, que bebe en la forma de las nuevas tendencias de la sitcom»

Paquita Salas no sólo es un personaje, no sólo es una ficción: es una propuesta original y diferente, que bebe en la forma de las nuevas tendencias de la sitcom (Arrested Development, The Office y la más reciente Modern Family) y que en su contenido nos muestra el otro lado de nuestra realidad. Porque Paquita Salas es antigua, pero le da igual. Es ese intento de ser moderna, ese intento de ser tolerante, ese intento de encontrar un camino en un panorama tan diferente y cambiante de nuestros últimos tiempos. Si hay que fumarse un porro antes de ir a la boda de su exmarido, Paquita lo hace, y tan contenta. Y si tiene que crear una cuenta de Twitter para buscar a quién representar, se hace y tan a gusto.

Merece la pena toda oportunidad que le demos a productos que buscan diferenciarse, y Paquita Salas es uno de los más marcados respecto a las tendencias de la ficción española, caminando entre lo underground y lo costumbrista. Ambrosi, Calvo y Efe. No olviden este trío, y, por supuesto, no olviden a Paquita, representante de nuestra modernez más cutre, atrevida y hortera.

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