"A las actrices las llevamos a un sitio peligroso de improvisación"
Paco León y Anna Costa, creadores de 'Arde Madrid'

«A las actrices las llevamos a un sitio peligroso de improvisación»

Nos tomamos un café con los padres de 'Arde Madrid', Paco León y Anna Costa, para hablar de los secretos que esconde una de las mejores series españolas de los últimos años.

Paco León y Anna R. Costa durante la entrevista en la Berlinale 2019 / Foto: Carles Planas

Desde su estreno, Arde Madrid ha cosechado excelentes comentarios de público y crítica, y ha arrasado en entregas de premios nacionales como los Feroz y Fotogramas de Plata. Sus creadores, Paco León y Anna R. Costa, se han empecinado en enamorar también al resto del mundo. Es por ello que han viajado hasta la Berlinale para presentar su serie ante distribuidoras internacionales, dentro del Upcoming Series from Spain organizado por Serielizados Fest. Entre nervios y prisas, nos sentamos a tomar un café con ellos. Berlín ayuda, a dos mil kilómetros de casa todo se ve más nítido.

En dos horas arranca ‘Upcoming Series from Spain’ en la Berlinale, un espacio dentro del festival reservado a la industria televisiva, donde productoras españolas presentan sus series y buscan distribución internacional. Entre ellas, ‘Arde Madrid’. ¿Por qué habéis querido ser vosotros, los artistas, quienes salgan a venderla? 

Anna Costa: Nos han invitado especialmente porque la serie gusta mucho a los compradores. Pero hay un poquito de pudor porque es en blanco y negro. Nosotros ya tuvimos que convencer a Movistar+ de que la serie era en blanco y negro y ellos necesitan ahora nuestra alianza para defenderlo. El blanco y negro ha sido lo que nos ha hecho venir aquí (a la Berlinale). Nosotros siempre defendemos que es muy moderno y que las cosas más juveniles en publicidad, videoclips… muchas cosas emergentes se hacen en blanco y negro. Con lo cual, creemos que es una apuesta de modernidad.

Paco León: Estamos muy de acuerdo en hacer todo lo posible para que la serie se venda. Ya lo hemos hecho implicándonos muchísimo en la campaña de comunicación que se hizo en España. Ayer también estuvimos en un evento más privado con distribuidoras y hoy iremos a por todas también, a que se arriesguen.

‘Arde Madrid’ es una serie en blanco y negro pero popular. Es sobre Madrid pero tremendamente internacional. Y cuya huella autoral se esconde en el humor. Un humor discreto y orgánico que surge de las circunstancias, y que a la vez es muy eficaz. Mucho más que un chiste. ¿Cómo trabajasteis el humor? O es que esta historia ya lleva tanto humor intrínseco que no hizo falta trabajarlo mucho.

AC: El tono fue difícil de encontrar. Paco y yo además teníamos que estar de acuerdo. Pero tenemos un humor bastante similar. Sí que es verdad que hay unos cuantos chistes en la serie, secuencias que tienen remates de chistes, pero el chiste nunca es el objetivo. La búsqueda del humor siempre es a partir de la situación y antes incluso de los personajes.

PL: La diferencia entre el humor y la comedia es que en el humor el objetivo es hacer reír y en la comedia la risa es el medio para contar una historia. Hacer pensar, contar una verdad, y el vehículo más eficaz, más apropiado, es la risa. Para nosotros la comedia es un algo inevitable, aunque quisiéramos hacer un drama nos saldría así (como Arde Madrid).

Domingo Corral, jefe de contenidos de M+, Paco León y Anna R. Costa presentan ‘Arde Madrid’ en la Berlinale 2019.

Cuando escuchasteis la anécdota de que Ava era vecina de Perón en Madrid y decidisteis hacer una serie a partir de eso, ¿pensasteis enseguida en un género determinado?

PL: Sí, es lo natural para nosotros. Pero tampoco queríamos renunciar a ningún otro género. También hay una trama de thriller. Una cuestión histórica. Momentos melodramáticos. Es una mezcla. Y yo a veces digo exagerando que es al revés, que la comedia es el gran género y el drama un subgénero de ésta. La comedia es todo, ahí cabe todo.

AC: De hecho cuando trazamos las tramas horizontales de la serie siempre, siempre, parece un drama. Solo un drama. Y luego en la escritura es cuando surge la comedia.

PL: O en la interpretación, en el montaje… Sí. Son los personajes que sufren. Y tú luego te ríes de eso. Básicamente.

(Risas)

Lo primero que me llamó la atención de ‘Arde Madrid’ fue el trabajo de los actores, todos están en su sitio, en el tono, el lenguaje corporal de cada uno, lo que dicen cuando callan. Incluso los secundarios, aunque solo salgan dos momentos, como Miren Ibarguren que está espléndida… ¿Cómo trabajáis la dirección de actores?

PL: Desde la escritura y desde el casting. Nosotros tenemos muchos amigos del sector y entonces desde el casting ya hay mucho camino hecho.

AC: Incluso previamente lo que va muy bien es tener al actor pensado antes de escribir. Porque entonces escribes para él o ella. Y escribes a favor de sus cualidades máximas. Piensas: «Esto para Inma (Cuesta), que tiene una verdad aplastante y aunque sea un monólogo complicadísimo ella sabrá hacerlo». Y para Miren igual. Paco la conocía mucho (de Aída).

PL: Sí… Toda esa trama del collar, con ese giro de guion, por la locura de esa mujer… Hostia, pensé: «Miren puede hacerlo». Ella puede hacer ese personaje y que te lo creas. Ella es capaz de todo. Que alguien decide robarle el collar a Ava Gardner por ella, por protegerse de ella, por complacerla.

En una entrevista que hicimos a Álvaro Carmona, él hablaba de aquellos directores que se involucran de manera absoluta en todos lo pequeños detalles de la producción, de forma que contagian esa dedicación a los intérpretes y hacen que saquen lo mejor de sí. ‘Arde Madrid’ transpira esa meticulosidad. ¿Cómo creéis que lo han vivido ellos, los actores de la serie?

AC: Vamos al detalle.

PL: Identifico lo que dices porque varios me lo han comentado. Pero varias actrices, incluida Miren o Anna Castillo, o Inma, decían que se las llevaba a un sitio peligroso de improvisación. Un sitio de confianza donde el intérprete tiene el margen para hacer algo que no estaba previsto. Hay un salto mortal. Y la confianza total desde dirección que lo va a hacer. Y Miren decía: «Es que tengo clarísimo que lo voy a hacer, lo hago, pero más por tu confianza que por la mía».

AC: A los actores cuando se les dice «Bienvenido al proyecto», todos dicen: «¿Es comedia, no?». Y tú les dices que no. Les dabas indicaciones del tipo: «Estate más quieta, más seria». Y no daban crédito. Pero nosotros lo teníamos tan claro que se dejaban llevar.

«La Machi vino un día. Hizo todo eso en una tarde. Se hizo toda la serie y no sabía ni de qué iba. Es una p* maestra»

PL: Y yo como actor he sufrido mucho el director titubeante. El de «ay, no sé…». Y es que a veces solo hace falta confianza. Un director no es el que manda, es el que dirige, el que apunta con el dedo y dice «allí». La brújula. Es la determinación y la seguridad del «vamos para allá». «Y además tú, actor, lo sabes hacer». Y darle la responsabilidad, también a nivel creativo. Porque hay directores que te manejan como marionetas… ¡Es que son tan buenos! Es que hay muchísima gente tan buena… La Machi vino UN DÍA. Hizo todo eso. En una tarde. Se hizo toda la serie y no sabía ni de qué iba ni nada. Es una p* maestra.

AC: Sí… Y hay algo que desde la escritura ya esperas que pase eso. Pero cuando pasa es mágico.

PL: Y dan mil matices. Y muchas veces de manera inconsciente.

AC: Desde la fragilidad de Juan Villagrán, esa locura frágil, y lo ves y piensas: «Ahí está todo». ¡Qué bien elegimos!

(A Paco) Leí que decías sentirte más cercano a un papel dramático como el que interpretas en ‘La Peste’ (Luis de Zúñiga) que a uno cómico como el Luisma de ‘Aída’…

PL: Yo como persona estoy más cercano a personajes más… más parecidos al de La Peste. Pero quizá fue una exageración porque uno tiene de todos los personajes que hace. Lo que pasa también es que se tiende a pensar que personajes como Luis de Zúñiga (La Peste) son muy laboriosos y complejos… y qué va. Necesita mucha más composición el Luisma que Luis de Zúñiga.

… Y en este sentido, cuando tuviste que construir tu personaje de ‘Arde Madrid’ -primera serie que además escribes y diriges- ¿a quién escuchaste más, al Paco León actor o director?

AC: Bueno… Aquí yo tengo que decir cosas. Porque Paco estaba tan dentro de todo que a Manolo (su personaje en Arde Madrid) tardó mucho en verlo. Él siempre sentía que le faltaba algo. Y a mí ya me gustaba, yo estaba enamorada de Manolo, desde la escritura. Yo creo que Manolo es superatractivo, tiene todas las puntas de personaje encantador, seductor, mentiroso, engañoso… No sé si te estoy contestando, pero vamos que Paco tuvo que hacerme caso a mí.

PL: (Irónico) Pues eso. Sí… No le hice caso ni al Paco actor ni al Paco director, le hice caso a Anna.

(Risas)

AC: Hay algo que cuando tú arrancas un personaje desde la creación te pierdes. Y Paco estaba un poco perdido con Manolo. Es muy difícil. Tienes que limpiarte mucho, tomar mucha distancia de la obra, para poder encarar el personaje de cero.

PL: Pues yo creo que no. No sé…

AC: Y así ha sido todo el proceso. (Risas)

Paco León dirige el último capítulo de ‘Arde Madrid’ / Foto: David Vega / Movistar

PL: Es verdad que cuando diriges y actúas te abandonas… eres el último que come. Estás atendiendo a todo el mundo y no tienes ni el tiempo ni la energía ni la dedicación de hacer cada cosa, estás a mil cosas y una de ellas es tu interpretación… Que eso también es bonito porque te sale una interpretación más suelta, menos compuesta. Pero igualmente creo que si solo hubiera interpretado hubiera sido más fino. Y lo que dice Anna (de la relación director-personaje) es que yo era muy consciente de las deficiencias que tiene Manolo, o las que yo no lo podía dar… Creo que sí tiene un encanto; está perdido, es un falso protagonista, no tiene grandes arcos, es un cuñao… Y yo también tuve que aceptar eso, que yo no era el protagonista.

AC: El personaje tiene algo atípico y es que históricamente los personajes que tienen el arco emocional lo han llevado los personajes femeninos, y el arco activo lo lleva el personaje masculino. Creo que aquí están invertidos y es eso lo que pasa. Manolo parece que no es protagonista porque no tiene un arco activo.

PL: Vamos, que la chica florero soy yo.

(Risas)

PL: Es un personaje bastante inconsistente, como tío está muy desorientado al ver que la mujer no quiere que la salven y de pronto no es héroe de nada. Es un machito desorientado. De esto va la serie. De una tía con un par de huevos que le dice todo y que lo hace todo y que lo activa todo, y él está ahí un poco como el primo que quiere ser Toni Leblanc. Manolo es también un homenaje a todos esos personajes del cine español, a esos cuñaos.

Dentro de poco se inaugurará en Madrid ‘La ciudad de la Tele’. Una de las sedes Europeas más importantes de Netflix. Con cinco grandes platós, decorados, camerinos… Echando la mirada atrás, habiendo trabajado en esto desde hace casi 20 años… ¿cuáles creéis que han sido el factores determinantes? ¿Han de venir de fuera para que nos lo creamos del todo?

PL: Yo creo que no.

«Netflix está haciendo unos productos muy de fórmula, de encargo, y yo creo que la autoría, la identidad fuerte, está en Movistar»

AC: Las series más genuinas, que tienen esa identidad fuerte que tenemos nosotros -que por eso están gustando tanto las series españolas- no las está haciendo Netflix. Yo creo que Netflix está haciendo unos productos muy de fórmula, de encargo, que tienen valores seguros, un target determinado, unos físicos determinados, unas tramas… Y yo creo que la autoría, la identidad fuerte, está en Movistar. No está en Netflix. Cada uno tiene muy claro qué productos quiere hacer.

PC: Pero es un síntoma bastante claro que si Netflix viene a montar esto aquí es por algo.

Y esto cómo lo vivís.

AC: Yo por ahora bienvenidos. Porque están dando mucho trabajo…

PL: ¡Bienvenido Mr. Netflix!

AC: No hay paro entre los guionistas. En actores sí, pero porque hay muchísimos… Pero los directores también están a tope. Es un momento muy feliz para la ficción.

PL: Y para la ficción española. Netflix lo que ha logrado es que producciones locales se vuelvan globales. Este poder solo lo tienen ellos. Éxitos como La Casa de Papel, o La Casa de las Flores, Élite… Antes también se exportaban. Series como Los Serrano o Aída. Pero se hacía de una manera mucho menos visible. Aquí se hace muy bien. Se hace muy barato y muy bien. El «bueno, bonito, barato» es la ficción española. Y por eso vienen aquí.

A nosotros nos cuesta más vender, comunicar, hacer que el producto exista también fuera. No somos grandes comerciantes. Los italianos, con productos parecidos, han sabido venderse siempre mejor. Te venden la pizza y luego te venden a Fellini. Todo a nivel mundial. A nosotros siempre nos ha costado más esta parte del proceso.

PL: Y los franceses no te cuento ya. Y es verdad que tienen que venir de fuera. Sí. Nos lo tiene que vender Netflix. A sacar pecho por nosotros.

En España la figura del ‘showrunner’ hasta ahora era puramente autodidacta, normalmente profesionales con formación cinematográfica que de manera intuitiva o a través de su experiencia se zambulleron en el medio televisivo. ¿Cómo habéis vivido este trayecto a la televisión? ¿Qué cosas habéis aprovechado del cine y qué otras habéis tenido que improvisar?

PL: Lo fuerte de la televisión de pago es que tienes la libertad. La libertad de hacer lo que quieras. Esto es peligrosísimo. Es lo que todo el mundo quiere y cuando te lo dan es como «¡Hostias!». Da mucho vértigo. Te puedes quejar de las premisas comerciales que te hace la televisión en abierto… Pero ahora te lo puedes cargar todo. Ahora todo es posible. En cuestión de duraciones, de género, en cuestión de actores, de producción, de formatos, de lo que quieras. Libertad total. Es muy estimulante pero la libertad da miedo. Es un momento muy emocionante. Abandonar lo académico, lo convencional… eso nos gusta. Nos tenemos que inventar una nueva televisión de pago y un nuevo tipo de serie y nos hemos lazando a hacer la que nos gustaría hacer a nosotros. Y hemos tenido el respaldo del equipo de Movistar+ para hacer la serie que queríamos hacer nosotros. Un lujo asiático.

AC: Yo que había escrito para la televisión en abierto, yo siempre como guionista pensaba: «Pero si esto no hace falta; pero si esto lo estamos haciendo; ¿para qué hace falta decirlo?». Este tipo de cosas que el gran público necesita, que esté todo muy masticado, muy dicho… Y de repente la libertad y el placer de poder recuperar cosas que habíamos hecho en teatro y traerlo aquí y mezclar lenguajes… Ilusiones que por fin te puedes permitir el lujo de hacer sin seguir fórmulas.

¿Qué podéis avanzar de esta segunda temporada de ‘Arde Madrid’?

AC: Va a ser el rodaje de 55 días en Pekín (Nicholas Ray, 1963). De cómo afectó ese rodaje a Ava Gardner, porque ella se sentía ya muy incómoda con el cine de Hollywood. Va a estar una temporada muy crispada, y muy divertida… Está intentando dejar de beber. Y cómo influye esta llegada de Hollywood a Madrid en nuestros protagonistas, durante el rodaje de la peli. Desembarcan unos grandes estudios en una ciudad, lo que supone eso para la capital de un país. Y en contraste los Perón, que van a sufrir una serie de acontecimientos

PL: ¡Bueno, ya! No le contemos más de la trama… ¿no ves que es periodista?

(Risas)

AC: Así en líneas generales, la segunda temporada será esto.

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Escrito por Carlos Perelló en .

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