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A veces el cosmos nos concede regalos que no creíamos que veríamos. El regreso de The X-Files con una nueva temporada es uno de ellos. Revivir la relación de Mulder y Scully, dejando de lado sus incursiones cinematográficas, es la guinda del pastel. Volvamos a los 90, desempolvemos las teorías de la conspiración y celebremos a los agentes especiales que dieron a lo paranormal el carisma merecido.
Ellos fueron los primeros, la pareja original que sublimó el esquema de la tensión sexual no resuelta que años más tarde otras series copiarían sin reparos. Los protagonistas de Castle, El Mentalista o Bones son simples fotocopias descafeinadas de Mulder y Scully. La diferencia entre ellos y los sucedáneos posteriores va más allá de lo temporal. La química que lograron David Duchovny y Gillian Anderson es una de la mejores de las que hemos podido ver nunca en la tele, funciona como un reloj suizo, llena de sutilezas y matices capaces de conquistar hasta el espectador más frío. Es imposible no dar por sentado que los dos actores disfrutan como enanos cuando trabajan juntos.
Para los que dudan del influjo los investigadores en la historia de la televisión, recordad que ellos fueron el origen de lo que hoy conocemos como “shipping”, palabreja con la que se designamos al deseo de los fans de una serie de que dos personajes se impliquen románticamente. The X-Files fue una de las primeras series en contar con una base de fans organizados que se comunicaban principalmente por Internet, debatiendo sobre si Mulder y Scully eran más que compañeros de trabajo. Nuestras conversaciones de Twitter comentando las series de la semana no son más que la continuación natural de la primera piedra que lanzaron los seguidores de la ficción creada por Chris Carter en los años 90.
Ver The X-Files es amar a sus protagonistas y, aunque a veces es difícil poner en palabras el amor hacia nuestros personajes favoritos, nos sobran las razones para afirmar que son la mejor pareja de la televisión:
1. Porque, incluso persiguiendo aliens, son unos cachondos
Aunque muchos identifiquen a los especialistas en hechos paranormales con la intensidad dramática, los agentes de FBI nos dieron (y esperamos que lo vuelvan a hacer) grandes momentos cómicos. No tenían ningún problema en reírse el uno del otro y mofarse de todo, ya fuera de la búsqueda de la verdad oculta de uno o de la fe católica de la otra. Mulder es un vacilón profesional y Scully disfruta poniendo los ojos en blanco y llamándole pirado. Si queréis comprobar el lado divertido de lo fantástico podéis revisar capítulos como “Arcadia”, “The Post Modern Promotheus” o “Hollywood AD”.
2. Porque por encima de todo estaba su amistad
Más allá de las dudas sobre si estaban enamorados o no, los espectadores siempre supimos que nunca se abandonarían o dudarían del otro. A pesar de que al inicio de la serie se encontraran mentalmente a las antípodas construyeron una amistad a prueba de monstruos malignos, visiones satánicas y abducciones varias.
3. Porque Scully manda
Ahora que estamos en plena reivindicación de lo femenino no estaría mal recuperar la figura de la médico forense como una de las primeras mujeres fuertes que encontraron espacio en la pequeña pantalla. Ella no era la damisela en apuros que hay que rescatar de lo paranormal y para ser justos fueron muchas más las veces que Scully tuvo que socorrer a Mulder que al revés. Inteligente, fuerte y con pensamiento propio. Si hay una palabra que define a la pelirroja es estoicismo: soporta todas las perrerías del universo -abducción, hija alienígena, cáncer inducido, hijo de concepción milagrosa- sin acabar en un manicomio. Siempre le agradeceremos que Chris Carter que creara un personaje en el que se pudieran inspirar las espectadoras, que se saltaba a la torera los cánones de belleza y que iba un paso más allá de la simple compañera de reparto.
4. Porque mantienen el misterio
Lo que podría entenderse como un motivo para el desinterés es uno de los motores que nos mantuvo agarrados a The X-Files durante nueve temporadas. Existe un enigma más grande que la posibilidad de vida inteligente en el espacio exterior: ¿son Mulder y Scully pareja o colegas con derecho a roce? ¿O quizás lo suyo es un caso severo de amor platónico? Chris Carter se divirtió a costa nuestra durante años y evitó explicarnos de forma clara si se entendían en horizontal en su lúgubre despacho. En más de 200 capítulos solo vimos cuatro besos, más algunos célebres intentos frustrados. El más notable de ellos ni siquiera sucedió en la serie, tuvimos que verlo en la primera película con la intervención estelar de una abeja que rompía el clímax del momento. Si alguna vez pasaron del casto roce de los labios a la cama es algo que difícilmente sabremos a ciencia cierta. Así las cosas, más nos vale asumir que en este reboot tampoco nos darán el gusto de ver un revolcón calenturiento de los dos protagonistas.
5. Porque son unos nerds
Asumámoslo, Mulder y Scully son unos perdedores de manual, siempre en búsqueda de una verdad que se les escapa y rodeados de gente empeñada en putearlos hasta la saciedad. A pesar de ello y de numeroso altibajos, no podemos más que adorarlos por mantenerse fieles a ellos mismos y sus creencias.
La base de The X-Files siempre fueron Mulder y Scully. Las teorías de la conspiración, la vida extraterrestre y los fenómenos paranormales solo tenían gracia si nos lo contaban ellos. Estamos listos para apagar las luces, encender nuestras linternas y volverlos a recibir en nuestros salones. The Truth is Out There.