Las cuatro claves de la serie española Vis a Vis
Ficción de máxima seguridad

Las cuatro claves de ‘Vis a Vis’

Estamos acostumbrados a que las series españolas parezcan eso, series españolas, con un acabado de cartón piedra que las diferencia del cine. Sin embargo, desde principios de esta década nuestra ficción televisiva ha ido entrando en la edad adulta. Y con 'Vis a Vis' continúa madurando.
foto grupo vis a vis náyade gomez serielizados

La ficción carcelaria femenina, ese it topic del mundo seriéfilo se ha hecho un hueco en España. Las cifras de la primera temporada de Vis a Vis así lo demuestran. La historia de Macarena Ferreiro, la asesora financiera convertida en reclusa del centro penitenciario Cruz del Sur, consiguió hacerse con un share medio del 20%.

Desde que la serie viera la luz, se la ha criticado por ser una burda copia a la española del original de Netflix Orange is the New Black, pero está claro que aquellos que lo han afirmado, o bien no han visto la serie de Netflix, o no han visto Vis a Vis, o directamente no tienen ni idea de ninguna de las dos. Sí, comparten un mismo universo y cierta semejanza en la protagonista, una pija culta que comienza como mosquita muerta y acaba convirtiéndose en un personaje de armas tomar. Pero más allá de eso, tanto en tono como en trama, no se parecen más que un huevo a una patata. De hecho, un referente claro en el que se inspira la serie es la australiana Prisoner: Cell Block H, que se emitió durante los años 80 en la cadena Network Ten, y que presenta muchas similitudes en el trato dramático de los temas que dan perspectiva a la serie de Antena 3. Porque no nos encontramos ante una dramedia de nueva generación, sino ante un drama carcelario que sabe muy bien lo que está haciendo con sus personajes, su guión, sus temáticas y su factura. He aquí las cuatro patas que sostienen la pieza de diseño que es Vis a Vis.

 

Unos personajes increíblemente creíbles

Najwa Nimri maggie civantos vis a vis náyade gómez serielizados

«A diferencia de lo que cabría esperar, lo que podrían resultar meros estereotipos se convierten en algo profundo con diversas aristas»

Sin duda, lo primero que sorprende cuando comienzas a verla es la verdad que transmiten sus personajes; sobre todo “las malas”, Zulema (Najwa Nimri) y Saray (Alba Flores) y algunas secundarias como Sole (María Isabel Díaz), Anabel (Inma Cuevas) o Tere (Marta Aledo), y ojo con la gitana más mayor, Antonia (Laura Baena). Por alguna razón, la protagonista y su partenaire cuestan un poquito más de aceptar. Tanto el personaje principal de Macarena, interpretado por Maggie Civantos, como el de la guapísima Berta Vázquez, que da vida a “Rizos”, resultan un poco menos naturales, que no creíbles. Quizás es porque parecen demasiado pijas para ser presas.

Se puede uno explayar diciendo lo bien paridos que están cada uno de esos personajes que esperas encontrarte en una cárcel de mujeres española: la rubia protagonista e inteligente inocente de delito fiscal; la mala malísima, cruel y asesina, que lidera la cárcel bajo el reinado del miedo; la gitana pasional y rabiosa, mala por fuera y buena por dentro; la guapa simpática (y negra clarita) encerrada por un delito menor; la latinoamericana víctima de malos tratos que mató a su marido, la yonki, o la proxeneta traficante. El menú está bien surtido, y a diferencia de lo que cabría esperar, lo que podrían resultar meros estereotipos se convierten en algo profundo con diversas aristas. Te las ves venir, pero no sabes por dónde te van a salir. Y eso es maravilloso.

«El gran tino en el despliegue de actores e interpretaciones hace que nos encontremos, posiblemente, ante uno de los mejores repartos corales de la televisión española»

Hay que remarcar que todos los personajes que rodean el núcleo de presidarias que constituyen el corazón de la serie, es decir, los trabajadores de Cruz del Sur y los vínculos familiares y afectivos de éstas fuera de la prisión, dan la talla sin peros. El gran tino en el despliegue de actores e interpretaciones de Vis a Vis hace que nos encontremos, posiblemente, ante uno de los mejores repartos corales de la televisión española. Esta cuestión viene a paliar el gran problema actoral de nuestra ficción: la baja calidad de algunos secundarios que te sacan en dos segundos de la historia por muy buena que ésta sea. En Vis a Vis sucede lo contrario, la buena definición e interpretación de todos cuantos pueblan su universo sirve para reforzar aquello que se cuenta. Por ello, no puedo acabar este apartado sin nombrar al Dr. Sandoval, un retorcido de cojones que abusa de las presas para concederles favores. Pero es que también habría que hablar de Fabio, el superhéroe funcionario de prisiones, del padre de Macarena y… si me pongo no acabo. Así que fin, mejor verlos en acción.

*Aviso al navegante: el casting es prácticamente desconocido. Y lo bien que funciona.

 

Un guión muy bien tramado

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«Por un lado, están todas las relaciones interpersonales que se dan entre las reclusas y sus carceleros y por el otro, el elenco que se encuentra fuera de Cruz del Sur»

La serie funciona a dos niveles muy claros. Por un lado, están todas las relaciones interpersonales que se dan entre las reclusas y sus carceleros, así como las pequeñas trampas y problemas que le van surgiendo a Macarena capítulo tras capítulo. Debido a la cantidad de personajes y lo fácil que es sacar conflicto en una cárcel, todo el intríngulis personal funciona como un tiro: que si a ésta le gusta la otra, que si la otra le debe dinero a una tercera, mientras, el Dr. Sandoval, hostia, vaya capullo, lo que ha hecho. Y así sucesivamente, de tanta sal te sube la tensión. Además, no solo están las tramas de relación dentro de la prisión, sino que también tenemos a los personajes de fuera, que se complementan con las presas y entre ellos.

El segundo nivel funciona gracias a esa parte del elenco que se encuentra fuera de Cruz del Sur. Ahí está la acción de la trama principal que motoriza a los personajes y los lleva tras sus objetivos. Macarena quiere pagar la fianza que se le ha impuesto para conseguir la libertad. Para ello necesita dinero, y ese dinero está escondido fuera de la prisión; ¿la clave para conseguirlo? Dentro. Pum. Ya lo tenemos. La buena y la mala a muerte a por el dinero y la libertad mientras sus aliados fuera del centro penitenciario se movilizan cada uno por un frente. Eficazmente simple. Combinado con las historias interpersonales es magia de la negra que te atrapa.

 

Un universo atractivo contenedor de temáticas con punch

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«La serie busca incomodar al espectador, hacerle experimentar sensaciones contradictorias»

Una cárcel de mujeres. Evidentemente, como ya hemos dicho, la cosa da para mucho. Es un espacio cerrado y comporta endogamia, tan importante para vehicular una serie y que pasen cosas. La propia estética que da Cruz del Sur, un centro penitenciario privado que viste a las presas de amarillo, ya es atractiva de por sí. Por la noche, las celdas están abiertas y las presas disfrutan de libre circulación, dando pie a todo tipo de complicaciones.

Si en algo Vis a Vis tiene más fuerza que otras series españolas es en la forma tan abierta de hablar y mostrar ciertos temas que en otras ficciones se suelen tocar de refilón. La violación, los malos tratos, la drogadicción, la homosexualidad femenina, la circulación de las drogas dentro de la cárcel, los abusos de todo tipo y el abuso de poder en concreto. Todos estos temas, bastante sensibles, tienen perfecta cabida y están a la orden del día en una serie como ésta que presenta un mundo tal, y es justo esta forma de abordar estas cuestiones lo que sitúa a Vis a Vis en un escalón de calidad un poquito superior a la mayoría de las ficciones del panorama español.

La serie busca incomodar al espectador, hacerle experimentar sensaciones contradictorias con respecto a unos personajes por los que sientes empatía pero que sabes de dudosa condición moral. La mayoría se alejan mucho del carácter maniqueo y responden a la nueva tendencia de presentar personajes con claroscuros donde incluso los muy malos tienen una humanidad que nos absorbe y los buenos pecan más de lo que desearíamos. Es curioso cómo, encuestado el público sobre quiénes eran los personajes más queridos de la serie, fueron Zulema y el Dr. Sandoval los que ocuparon el primer y segundo puesto. Con esto queda todo dicho.

 

Una factura técnica impecable y novedosa

«La serie luce una realización cinematográfica que se aleja de la forma de grabar clásica de la televisión»

Por último pero no menos importante, la calidad de un formato viene rematada y apuntalada por la factura técnica con que se realiza. Estamos acostumbrados a que las series españolas parezcan eso, series españolas, con un acabado de cartón piedra que las diferencia del cineSin embargo, desde principios de esta década nuestra ficción televisiva ha ido entrando en la edad adulta. Y con Vis a Vis continúa madurando.

La serie luce una realización cinematográfica que se aleja de la forma de grabar clásica de la televisión, donde todos los planos están iluminados de una forma estándar y cada acción se graba a la vez desde diferentes ángulos, dando pie precisamente a esta falta de trabajo en la fotografía. Dicho de otra forma, parece más cine. En esta línea funcionan muy bien los planos de falso documental integrados dentro de la ficción clásica. En estos fragmentos las reclusas hablan a cámara y se expresan a modo de confesionario. Una marca de estilo.

Por último, la experimentación con el montaje ha avanzado a la par que la realización. La serie presenta desfragmentaciones narrativas, momentos en que lo que oímos no se corresponde a lo que vemos. Por ejemplo, Macarena llama por teléfono a sus padres. En ese momento, la cámara abandona la estancia donde veíamos la llamada y nos muestra otras acciones de la protagonista mientras su voz sigue escuchándose, superpuesta por montaje. Todos estos elementos aportan riqueza narrativa a los personajes, a la historia que se cuenta y a la que no se cuenta y sólo se deja entrever.

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