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Considerados como uno de los tándems creativos más relevantes del panorama audiovisual español actual, ‘los Javis’ presentaron su nueva serie, La mesías, en el recientemente celebrado festival de San Sebastián.
«¿Para qué quieres a mis hijos?
Para que salven el mundo
¿Cómo tienen que salvarlo?
Cantando, bailando»
Si con La llamada (exitosa obra de teatro transformada en película), Paquita salas (historia nacida en el salón de su casa entre risas y amigos) y Veneno (emocionante biopic sobre la icono trans Cristina Ortiz, que fue su salto a EEUU), creíamos poder entrever el nacimiento de una pulsión creativa desbordante; ahora la pareja de directores afrontan el que han bautizado como “el mayor reto de su carrera”. Y con razón.
La Mesías ha tardado tres largos años en ver la luz, y aunque recupera algunos de los temas más recurrentes en el trabajo de sus creadores, el nivel de desarrollo de este thriller/drama familiar que abarca varias épocas y generaciones, un equipo interpretativo enorme y una compleja mezcla de géneros; consigue mostrarnos una nueva cara de su peculiar visión.
Todo se inicia a través de un video de youtube donde un grupo de hermanas que se hacen llamar Stella Maris cantan canciones de temática cristiana vestidas de colores llamativos. El video, que se hace rápidamente viral en internet, será visto por Enric e Irene, dos hermanos que sobrevivieron (primero juntos, y luego separados), al peso del fanatismo religioso cuando eran niños.
Enric (Roger Casamajor), un operador de cámara que sueña con alienígenas y hacer películas, se desplaza hasta la montaña de Montserrat para rodar. Esa montaña, considerada un lugar espiritual donde ciertos grupos de personas dicen haber visto fenómenos paranormales, tiene un nexo de conexión directo con su propia vida: su madre. Bautizada con el mismo nombre que la montaña, Montserrat fue una mujer explosiva en su juventud. Bonita, perdida, impulsiva y despreocupada, Montse acaba descubriendo el catolicismo más represor de la mano de Pep (escalofriante e incómodo Albert Pla), un hombre al que se cruza en uno de sus “trabajos nocturnos” en un club. Enric, estando en ese espacio casi onírico entre su hostal y las montañas, rememora su infancia recordando a su madre y su hermana cuando solo eran tres y la fe cristiana no se había apoderado de sus vidas.
«De todos los hombres que ha tenido, el peor es dios»
Irene (Macarena García), por su parte, es la jefa de un taller de costura. La vida le va bien, está casada, tiene un buen piso y amigos. Pero su expresión destila algo distinto. Cuando la gente menciona el video de las hermanas cantantes, ella entra en cólera. Nadie sabe de su vínculo. Su pasado es algo oculto a ojos del resto, y aunque lleva los recuerdos de este grabados a fuego en la cara, la sensación de pesar no la abandona.
Cuando ambos vuelven a encontrarse después de muchos años, Eric le confiesa a Irene sus intenciones: quiere rescatar a sus hermanas pequeñas. Y aunque Irene se muestra recelosa en un principio, la culpabilidad y el peso del pasado se hacen cada vez más presentes en sus vidas, y deciden ir en su búsqueda con el fin de liberarlas.
La Mesías habla de muchísimas cosas, hay un sinfín de temas y conceptos que revolotean en diferentes direcciones alrededor de sus figuras centrales, pero si algo destaca por encima de todo es la sensación de huída, anhelo, amor y pérdida de sus personajes. La serie deja entrever una verdad universal absoluta: para entrar en la vida de alguien hay que abrazar el dolor del otro; el “disparo en el centro del pecho”. Intentar negar el dolor de nuestras experiencias vitales y cómo esto nos hacen sentir, es negarnos a nosotros mismos, y eso no lleva a ningún sitio. Bueno, al fanatismo extremo, en este caso.
Esta serie, que se va abriendo para descubrirnos sus diferentes historias cruzadas configuradas en forma de tríptico temporal, nos muestra la vida de diferentes personajes vulnerables y heridos a lo largo del tiempo. Madre, padre, tías, abuelos. Pero sobretodo, hijas e hijo mancillados por la falta de libertad a través de una poderosa imagen metafórica donde la familia es un monstruo subyugador que ahoga y domina a sus miembros en nombre de la fe.
«Tengo miedo, fuera está el diablo»
Los Javis repiten su fórmula más conocida, hablándonos una vez más del acto de marchar de casa. Gente que huye de los sitios en busca de refugio y crea nuevas familias para alejar los fantasmas del pasado. Repiten formula, es cierto, pero lo hacen despojándose de ciertos tics estilísticos efectistas de los que abusaban en sus trabajos anteriores. Ya no hay discursos sentimentalistas, ni se ahoga la imagen con un uso excesivo de la música. Estamos ante una obra más oscura, compleja, conmovedora, inteligente y, también, muy política. Una serie que nos muestra momentos claves de la historia reciente de España, enmarcados dentro de un hilo conductor muy específico: las barbaridades que se hace en nombre de la fe. Sus creadores no solo salen victoriosos de una tarea tan difícil de abarcar, sino que han conseguido dar a luz (me atrevería a decir) una de las mejores series españolas de los últimos años.
Hay un sinfín de cosas a comentar sobre La Mesías, pero lo primero que se me viene a la cabeza es el espectacular trabajo del reparto. Ana Rujas, Lola Dueñas y Carmen Machi, que interpretan a Montserrat en las diferentes etapas de su vida, se dejan la piel en un personaje complicado, ambiguo y desagradable. Son una fuente de talento inagotable que mantienen al espectador pegado a la pantalla con su capacidad para representar la tragedia sin renunciar al humor, por muy doloroso que sea. Esa mano que se alza con violencia para conversar con dios…inolvidable.
El resto del cast está igual de brillante. Casamajor, Macarena, Biel Rosell, Irene Balmes, Aixa Villagrán, Gracia Olayo, Cecilia Roth, Amaia, etc. Todxs desfilan por la pantalla aprovechando sus momentos de protagonismo para regalarnos escenas inolvidables.
«No mamá, tú no eres ninguna santa»
Durante los siete capítulos de la serie (que muchas veces superan la hora de duración), no hay momentos sobrantes, no hay relleno. Calvo y Ambrossi evitan dar volantazos en el guion y caer en lo previsible, creando tensión y emoción a través de las idas y venidas de los hermanos protagonistas y su relación con su madre.
Además de sus estupendas actuaciones y su pulido guion, la maravillosa fotografía de Gris Jordana, el impresionante diseño de vestuario, decorado, arte e iluminación juegan a favor de una ficción dirigida con mucho detalle y mimo. Ese plano secuencia en una casa abandonada donde se celebra una rave, las escenas en el salón familiar plagado de invitados mientras Montserrat recita la palabra de dios, el baile de Enric en el sótano de la casa familiar, las niñas llorando por la varicela…Hay infinidad de imágenes que permanecerán en la memoria colectiva.
Con La Mesías, los Javis han logrado pulir el diamante que siempre estuvo ahí. Ellos ejemplifican a la perfección una nueva generación de creadores, actores, productores, guionistas y espectadores que visten la emoción como emblema principal de su cine. Algo que les permite conectar con los más jóvenes, y los más veteranos sin renunciar a nada.
Son el cruce perfecto entre los nuevos códigos de lenguaje y el homenaje cariñoso al folclore más clásico. Vemos en ellos a Victor Erice, Sean Baker, Almodóvar, Apitchapong Weerasethakul, Andrea Arnold, Gus Van Sant, Alice Rohrwacher…en la mezcla reside el éxito (!!). En definitiva, esta serie es, como bien diría Enrique iglesias, una experiencia religiosa.
«¿Es tu mundo mejor o te pasas cada noche intentando recordar con todas tus fuerzas la cara de tu madre?»