'Channel Zero', el terror era esto
SyFy sintoniza una leyenda urbana

‘Channel Zero’, el terror era esto

La cadena SyFy adapta la leyenda urbana de ‘Candle Cove’; en un pueblecito residencial americano, la televisión empieza a emitir un programa donde unas marionetas manipulan a los niños. Vuelve el mejor terror ‘indie’ de los ochenta.

Cada año, como pasa en el cine, el mundo de la ficción televisiva presenta varios sleepers. Apuestas surgidas sin hype ni ruido alrededor que acaban ofreciendo riesgo, sorpresas y un nivel de calidad excelente. Pues bien, Channel Zero es uno de esos sleepers, un relato de terror en clave indie que se convierte, por méritos propios, en una de las propuestas más sólidas de la cadena Syfy.

Paranormal Witness, Ghost Hunters, Van Helsing, o la más que reivindicable Z Nation -una especie de parodia The Walking Dead cruzada con la saga Sharknado-, son algunas de las apuestas terroríficas de Syfy, un canal centrado principalmente, como es obvio, en la ciencia ficción. Las series citadas son entretenimientos dignos, casi siempre festivos y con un sano aire de verbena. Precisamente por eso, la sorpresa con la primera temporada de Channel Zero ha sido supina. Un apuesta por el terror serio, sin fugas a la acción o a la comedia, que parte de un creepypasta sonado con la firma de Kris Straub, Candle Cove. Para aquellos que no estén familiarizados con el término, los creepypasta son una nueva forma de escribir e inventar leyendas urbanas donde los autores comparten mensajes inventados de temática paranormal en diversos foros de Internet. La gente interactúa con ellos, algunos hasta se acaban creyendo parte de la historia, y la bola de nieve se hace más y más grande. Sin ir más lejos, HBO estrena en breve un documental, ‘Beware the Slenderman, que gira entorno a uno de los casos más conocidos de creepypasta: el misterioso hombre delgado que le da título. A diferencia de la HBO, Syfy se ha acercado al género abrazando de forma total la ficción en una temporada autoconclusiva de seis episodios que expande de forma inteligente la mitología de Candle Cove. En su inicio, una leyenda urbana sobre un extraño programa de televisión protagonizado por una niña y una serie de marionetas siniestras.

imagen-syfy-channel-zero-xavi-sanchez-serielizadosCreada por Nick Antosca, una de las manos derechas de Bryan Fuller en la última temporada de Hannibal, bajo la atenta supervisión del antes citado Kris Straub y dos nombres clásicos: Harley Peyton (productor de Twin Peaks) y Don Mancini (sí, el padre de Chucky, aka Muñeco diabólico), Channel Zero: Candle Cove propone un remedo con ideas y personalidad propias del It de Stephen King que también presenta fugas a ¿Quién puede matar a un niño? de nuestro Narciso Ibáñez Serrador, y a una de las mejores películas de terror de los ochenta, Halloween III: El día de la bruja. Estos referentes no se comen en ningún momento a la serie. Funcionan como marco genérico: ejemplos afines a Candle Cove y necesarios para encontrar el espíritu (los norteamericanos se referirían al mood) de la historia. La serie trata de manera frontal temas peliagudos como el bullying (su acercamiento a la temática es brillante y original), el fratricidio o el lado seductor del mal. Y pone en el centro a un antihéroe a la deriva, cercano al paria de Robert Kirkman, que deberá hacer frente a una amenaza sobrenatural que no puede controlar.

¿Qué es lo que hace de Channel Zero una serie de terror tan alucinantemente buena? ¿El equivalente a It Follows en la pequeña pantalla? Primero porque devuelve el horror puro a las zonas residenciales estadounidenses, esas en las que nunca pasa nada. En el caso que nos ocupa, un pueblecito donde todos los habitantes se conocen y que parece haber olvidado un horrible asesinato múltiple de niños que se produjo en los años ochenta. Segundo, porque es capaz de dar la vuelta a las tradiciones infantiles más inofensivas para convertirlas en experiencias terroríficas; desde la del Ratoncito Pérez (no daremos más detalles para evitar el spoiler), a un programa de televisión con marionetas que convierte a los niños en homicidas. Tercero, por crear una serie de nuevos hombres del saco, cuyo origen no es el tradicional, que nos van a acompañar en nuestras pesadillas para siempre. Y cuarto, porque los encuadres claustrofóbicos y la factura indie que imprime Craig William Macneill a todos los capítulos sirven para que el relato sea aún más inquietante y perturbador: es como ver una serie de terror cruda y sin concesiones como si se tratara de un drama familiar contenido y sobrio. Dos géneros que, ojo, conviven en perfecto equilibrio. Un contraste genial y maravilloso.

Channel Zero regresará en 2017 con una nueva leyenda urbana. Esta vez un creepypasta sobre una casa de los horrores conocida como The No-End House’. Si aguanta el tipo, ya podremos hablar de uno de los productos terroríficos de ficción más conseguidos de la década.

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