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Tras ese delicioso frenesí que fue la oda a Cartoon Network, hoy toca barrer y recoger un poco la casa. Un poco de reflexión sosegada sobre la evolución del cartoon, vaya. Además, lo hemos repetido una y otra vez: basta ya de mirar al pasado y abordemos el futuro, pues el futuro…
(redoble de tambores)
«La nueva edad de oro del cartoon se producirá en el seno de ese cajón de sastre de crecimiento exponencial llamado YouTube»
…¡está en Internet! Ay no, que desde los 90 ya usamos Internet. Y, bueno, desde el año 2000 que ya vimos y vivimos las primeras iteraciones cartoon, como los tejones marchosos de Weebl, el pobre unicornio Charlie de la factoría FilmCow o ese anti(super)héroe llamado Cálico del reinvindicablísimo Niko, un pionero del cartoon en flash que fue capaz de hacer enfadar a Luk International con sus versiones trash de Doraemon y Nobita. ¿Qué ha cambiado desde entonces? Que dice Fred Seibert que la nueva edad de oro del cartoon se producirá en el seno de ese cajón de sastre de crecimiento exponencial llamado YouTube. De hecho, dicha edad podría haber germinado ya en su más reciente proyecto como entrepreneur de los dibujos animados: el canal de target adolescente y un poquito young adult Cartoon Hangover.
En sus reflexiones tras el primer aniversario, Seibert exponía el aplastante éxito de Cartoon Hangover con datos y números y una crónica en ocho pes. Que el éxito y la rentabilidad económica del cartoon es posible en YouTube, sin tener que recurrir a «gatos en skateboards», Epic Fails u otras modas virales de temporalidad circular o anular. Lo curioso es que Mondo Media –los hacedores de Happy Tree Friends– ya lo había demostrado años pasados: desde su nacimiento en 1998, se convirtieron poco a poco en los líderes de la animación loca en YouTube, con decenas de series a sus espaldas. Pero Seibert es muy Seibert, y a sus 62 años, su apuesta por ese otro mundo de producción y consumo audiovisual que nos brinda lo online… es muy loable. Dicho y hecho: el pasado 2013 nacieron en Frederator Studios! dos de las series más estimulantes de la temporada.
Cuatro aventureros espaciales son los protagonistas de Bravest Warriors, la segunda creación de Pendleton Ward, artífice de Adventure Time. Para los curiosos, su piloto original de 2009 (emitido en Nickelodeon dentro de la incubadora Random Cartoons!) todavía puede rastrearse en YouTube. Visto en perspectiva, se confirma que Penn no es un one-hit wonder y que además sabe delegar, confiar y dar absoluta libertad creativa a los equipos responsables de sus series pues en apenas dos breves temporadas, Bravest Warriors ha desplegado una enrevesadísima y divertidísima macrotrama con viajes en el tiempo, elfos-hologramas que absorben el universo o dimensiones alternativas en las que un caballo paralizado –se quedó así tras descubrir el sentido del cosmos– libera sus poderes muy fuerte.
¿Cómo embutir sabiamente semejantes locuras de ciencia ficción dura? Con un hábil equilibrio de capítulos, con una fina trama de amor adolescente que explora el célebre concepto de la friendzone –cargado de un erotismo soft bastante liberador para la chavalada– y dando minutos a algunos de los personajes más adorables del momento, como Jelly Kid o Catbug.
La otra serie revelación de Cartoon Hangover es Bee and Puppycat: las aventuras galácticas de una veinteañera desempleada adorablemente awkward tras su encuentro con un misterioso «perritogato» que decide adoptar. Su creadora (¡sí, creadora!) es Natasha Allegri, supervisora de storyboards y diseñadora de presonajes de Adventure Time: ella es la responsable de Fionna y Cake y que todo el elenco de personajes de Ooo sufrieran esa refrescante inversión de género.
Tras el éxito arrollador del primer corto de Bee and Puppycat, Seibert y Frederator pusieron en marcha un Kickstarter para financiar una primera temporada entera de nueve episodios. [Inciso: ¿es lícito que un estudio consagrado y con medios como Frederator use el crowdfunding para la financiación de sus series? Su defensa: libertad creativa ante las networks censoras.] Y así, este otoño veremos las nuevas aventuras de esta Magical Girl patosa en YouTube.
Pero ojo, que el canal Cartoon Hangover esconde más perlas como la serie SuperF***ers de Paul Cross o cortos como Rocket Dog de Mel Roach o el próximo Dead End de Hamish Steele. Como ya se avanzó en la primera entrega de estas crónicas de lo cartoon, la quinta incubadora animada de Fred Seibert, Too Cool Cartoons!, está en pleno funcionamiento y abierta a todo tipo de proyectos y propuestas. Qué mejor forma de cerrar el círculo y esta serie de artículos que con esta invitación: lector, si eres animador y/o te ves capaz de crear tu propia serie cartoon alocada, ahora es el momento. Yo lo voy a hacer.