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La locura tiene rostro humano. La imbecilidad, también. Y la risa, más de lo mismo. Con esos tres ingredientes podemos describir la esencia de Trailer Park Boys, la longeva y desternillante sitcom canadiense que relata las desventuras de tres desastrosos delincuentes en el parque de caravanas en el que viven. Tras doce temporadas y la decimotercera en el horno, Trailer Park Boys se ha convertido en una serie de culto. No es para menos.
- Aquí una enumeración de todos los motivos que hacen de esta serie una de las mejores gamberradas de la historia.
Julian → Líder natural e intelectual de los tres catetos que protagonizan la serie, está detrás de todo plan delictivo de estos. Su rol dentro del Parque de Caravanas de Sunnyvale es el de papá de todos. SIEMPRE lleva un vaso de cristal en la mano con alcohol. Conduciendo, peleando, durmiendo, en la ducha. Siempre. Pequeños detalles como este son los que hacen de Trailer Park Boys una joya. Irán saliendo más.
Ricky → El mejor amigo de Julian. No existe un desastre humano mayor que él en el planeta. Un cabronazo. Una malísima persona a la que es imposible no amar. Más tonto que levantar la mano para chocarla con Stevie Wonder, aunque un excelente cultivador de marihuana. Vive en un coche. Es todo lo que no querrías que tu hijo fuera.
Bubbles → Este adorable ser diminuto con gafas de culo de vaso y mandíbula salida completa el trío protagonista de la serie. En la primera temporada tiene un papel secundario pero pronto los guionistas vieron el potencial de su personaje. Es buena persona y le encantan los gatitos, aunque Ricky y Julian le meten en sus movidas y eso siempre es sinónimo de follón. Lo abrazarías. Te harías un peluche con él. De largo el personaje más divertido de la serie.
«Yo soy el alcohol»
Cárcel → ¿Cómo empiezan las temporadas de Trailer Park Boys? Con sus protagonistas saliendo de la cárcel. ¿Cómo terminan las temporadas de Trailer Park Boys? Con sus protagonistas entrando de nuevo a la cárcel. Es una fórmula simple pero muy útil para provocar que todos los planes de Julian, Ricky y Bubbles acaben en desastre. Hay alguna excepción donde todo termina en final feliz, pero no os preocupéis que en la siguiente temporada la vuelven a cagar. ¿Pero quiénes se encargan de meter a esos tres en la cárcel?
El señor Lahey y Randy → El encargado de Sunnyvale es el señor Lahey, un expolicía alcohólico hasta el asco más absoluto que odia con todas sus fuerzas a los tres protagonistas, especialmente a Ricky. Su ayudante, Randy, es un tonel que se alimenta únicamente de hamburguesas y que SIEMPRE va sin camiseta. Cuando tiene que pelear, también se quita los pantalones. Pero no acaba aquí la cosa. El señor Lahey y Randy son pareja. Forman un tándem hilarante que hará todo lo posible por devolver al trullo a sus tres archienemigos. Esta frase de Lahey es historia pura: «Yo soy el alcohol». Las tajas que se pilla este hombre son demenciales. Mención especial también a Randy y sus pasado como gigoló con gafas de aviador y sombrero de cowboy.
Alcohol y drogas → Como hemos apreciado, el alcohol y las drogas juega un papel fundamental en la serie. La marihuana y sus derivados son siempre la mercancía con la que los tres protagonistas trapichean. Durante una temporada, por ejemplo, Ricky lo paga todo con monedas de costo. Sin embargo, el alcohol es un elemento aún más importante en Trailer Park Boys. Lo empapa todo. La serie en sí parece un gigantesco delirium tremens. Cada episodio es como beberse de un trago un enorme cubalitro de licor barato. Es normal tener resaca después de ver cuatro capítulos seguidos.
Los secundarios → Sunnyvale está lleno de personajes pintorescos y divertidísimos. Los estupidisimos Cory, Trevor y Jacob; el troglodita Sam Losco; el blanco más negro de la historia, J-Roc; el chupacables Cyrus; la sufrida pareja de Ricky, Lucy; el padre del propio Ricky, un ser más mierdoso incluso que su hijo; el aborto de policía George Green… Cada uno aporta una pincelada de locura a este óleo de la infamia que es el Parque de Caravanas de Sunnyvale.
Vocabulario → Muchas palabrotas. Todo el rato. Muy divertidas y muy creativas. Quizás esto me delate como persona de intelecto mediocre, pero es que me hace mucha gracia escuchar blasfemias constantes. En las primeras siete temporadas de la serie, la palabra fuck es pronunciada un total de 1.824 veces (46 veces por episodio) y shit 967 veces (31 por episodio). Ah, y el 75% de ocasiones esas palabras salen de la boca de Ricky. Maravilloso.
Una vuelta de tuerca al género ‘mockumentary’
Su intrahistoria → La serie fue producida por Showcase en sus primeras siete temporadas, del año 2001 al 2007. En ese momento debía terminar la serie y de hecho así lo hizo, con un episodio final donde parecen quedar todos los cabos atados para los residentes en Sunnyvale. Sin embargo, la serie volvió en el año 2014. Los actores que interpretan a Julian (John Paul Tremblay), Ricky (Robb Wells) y Bubbles (Mike Smith) se hicieron con los derechos de la serie y anunciaron que la octava temporada de Trailer Park Boys se podría ver en Netflix. Desde entonces, la serie se puede ver en dicha plataforma.
Formato → Trailer Park Boys está rodado en formato de mockumentary, es decir, de falso documental. El supuesto equipo de rodaje que sigue a todas partes a los protagonistas de la serie aparece en numerosas ocasiones en pantalla -sobre todo en momento de caos- y son el blanco de la ira de Ricky en otras tantas. Le da una vuelta de tuerca al género: unos delincuentes tan tontos como para grabar un documental de ellos mismos cometiendo todo tipo de ilegalidades. Ahora que lo pienso, acabo de describir Callejeros.
Tramas → Son bastante simples en lo narrativo pero perfectas para hacer brillar al máximo a los protagonistas de la serie. Trailer Park Boys sabe que su éxito se cimienta en sus personajes -ellos también lo saben y por eso compraron los derechos de la serie, claro- y todos los esfuerzos de guion están destinados a que estos brillen. A medida que avanzan las temporadas, uno se percata de cierta monotonía y repetición en las historias que cuenta la serie, pero la genialidad de sus personajes nos hace perdonar ese problema al instante.
Localización → El Parque de Caravanas Sunnyvale es decadencia envuelta en un extraño halo de infantilismo. El sitio es desastroso y sus residentes responden a un perfil muy claro de clase baja bajísima, aunque en Sunnyvale se respira una ambiente dulce. Eso es porque a pesar del trasfondo delictivo, gamberro y pasado de vueltas de la serie, en Trailer Park Boys podemos apreciar cierto toque naif. Solo hace falta ver las peleas entre Ricky y Randy, que parecen dos niños de tres años discutiendo por un juguete, o las escenas de tiroteos, siempre exentas de peligro real. En el fondo, el Parque de Caravanas Sunnyvale es un lugar en el que nos gustaría vivir a pesar de la basura acumulada, las pandillas de niños que lanzan botellas a todo lo que se mueva y las borracheras descontroladas de Ricky y el señor Lahey.
Curiosidades → La actriz Ellen Page, conocida por sus papeles en Juno e Inception, aparece siendo una cría en la primera temporada de la serie haciendo de hija del señor Lahey. Y en la décima temporada, Snoop Dogg hace un cameo en varios episodios. Muy random todo.
Trailer Park Boys es una chaladura de serie. Esas son siempre las más divertidas. Los motivos expuestos en este artículo, a pesar de la fascinación que nace de mis palabras, no hacen justicia a lo divertida que es. Hay que verla. Adentrarse en ese mundo de alcohol, caravanas y cárcel es un favor que uno debe hacerse a sí mismo.