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Hablar de Saturday Night Live es todo un reto, las cosas como son. Cualquier explicación de lo que es y representa este famoso programa de variedades resulta arcaica, incluso rancia. Al fin y al cabo, estamos hablando de una marca con casi 40 años de historia (su cumpleaños es el 11 de octubre) y, en televisión, todo lo que dure más de cinco años es considerado una reliquia.
Más difícil es explicar por qué ve uno Saturday Night Live. Porque es viejo. Porque no siempre es gracioso y no siempre es interesante. No obstante, siempre es relevante.
Casualmente, una de las principales críticas que recibe Saturday Night Live actualmente es que ya no es relevante. Que su impacto en la sociedad americana actual es solo una minucia en comparación con la que tuvo en su día; que ya no le interesa a la audiencia o que ya no tiene la influencia que tuvo en el pasado tanto en el mundo de la comedia como del espectáculo en general.
Es razonable, por una parte. Recordemos que estamos hablando de un modo de hacer comedia que apenas ha cambiado un ápice en 40 años, y que ya por aquel 1975 no era novedoso, únicamente fresco. Además, muchos de sus sketches en directo no son graciosos, ni inteligentes. Especialmente en los últimos años, en los que por regla general solo dan en la diana aquellos formatos o personajes que se vienen repitiendo desde hace tiempo porque su efectividad está garantizada, como ‘The Californians’, ‘Drunk Uncle’, ‘Girlfriends Talk Show’, ‘Last Call’ o ‘The Bar Mitzvah Boy’. Eso, y los anuncios falsos. Siempre triunfan los anuncios falsos.
No obstante, quiero pensar que, a pesar de que el público se conozca el formato de memoria y que sus chistes no siempre atinan, es innegable que Saturday Night Live sigue siendo uno de los programas de la televisión más relevantes de todos. Por su influencia en la sociedad, por su impacto en la política estadounidense, por ser una plataforma para las estrellas del momento o por su cantera cómica, Saturday Night Live merece ser visto con los mejores ojos.
40 años de vida, y los que quedan
«¿La idea? Trasladar a la pequeña pantalla un programa en directo que mezclara sketches cómicos, sátira política y actuaciones musicales»
Desarrollado por el productor Lorne Michaels y el entonces presidente de programación del late-night de la NBC, Dick Ebersol, Saturday Night Live (en sus comienzos, llamado simplemente (NBC’s Saturday Night) se estrenó en la parrilla sabática de la cadena del pavo el 11 de octubre de 1975 con el único propósito de cubrir una franja horaria que por aquel entonces era importante (todos sabemos que, a día de hoy, el sábado es el cementerio de los elefantes televisivos). ¿La idea? Trasladar a la pequeña pantalla un programa en directo que mezclara sketches cómicos, sátira política y actuaciones musicales.
Era un reto que podría haber salido fatal pero, contra todo pronóstico, Saturday Night Live funcionó. Fue un pelotazo, de hecho. Rápidamente dejó de ser un programa que servía para tapar huecos y se convirtió en todo un referente de la televisión de entretenimiento. Era el programa en el que todo el mundo quería trabajar.
Su trayectoria no ha sido un camino de rosas, a pesar de todo. Ha estado a punto de ser cancelado en innumerables ocasiones; en el backstage muchos ejecutivos y guionistas se tiraban los trastos a la cabeza (como Studio 60 pero con diálogos humanos); y muchos cómicos (Myers, Sandler) no dudaron en huir en búsqueda de carreras en el cine. A día de hoy, sus ratings están prácticamente por los suelos y, cada cierto tiempo, cuando no invitan a la estrella adecuada, la serie vuelve a tocar fondo.
No obstante, el 40º aniversario le está sentando de lujo y la audiencia comienza a recordar por qué Saturday Night Live sigue vivo. No solo porque es un símbolo que la NBC no puede cancelar fácilmente a estas alturas, sino porque tiene una identidad propia dentro del mundo del espectáculo y eso, ante todo, hay que tenerlo en cuenta.
Una cantera que ha marcado historia
«Saturday Night Live está en todas partes. Basta echarle un vistazo a los Emmys»
Esa identidad propia de Saturday Night Live que mencionamos se demuestra con un hecho irrefutable: es la mayor cantera de cómicos de la historia.
Chevy Chase, Eddie Murphy, Billy Crystal, Joan Cusack, Robert Downey Jr., Jimmy Fallon, Will Ferrell, Mike Myers, Adam Sandler, Tina Fey, Fred Armisen, Amy Poehler, Bill Murray, Chris Rock, Seth Meyers, Will Forte, Bill Hader, Leslie Jones, Julia Louis-Dreyfus, Ben Stiller, Sarah Silverman, Andy Samberg, Dan Aykroyd, Kristen Wiig. Apenas nada. Todos pasaron por aquí en algún momento de sus carreras. Ahora, prácticamente dominan el mundo (cómico).
Saturday Night Live está en todas partes. Basta echarle un vistazo a los Emmys de este año para darse cuenta de ello, ya que no solo está nominado el programa, sino también Portlandia (de Fred Armisen y producida por Lorne Michaels), Unbreakable Kimmy Schmidt (de Fey), Parks and Recreation (de Poehler y Schur), el programa de Jimmy Fallon, Louie (de Louis C.K., antiguo guionista del programa) o Inside Amy Schumer (coescrita por algunos antiguos guionistas del SNL). Además, están nominados como intérpretes Julia Louis-Dreyfus, Kate McKinnon, Amy Poehler, Will Forte o Louis C.K. Sin olvidarnos de Andre Braugher (que sale en una serie de Michael Schur, antiguo guionista del Saturday Night Live), o Titus Burgess y Jane Krakowski (de los mejores amigos de Fey). Y más que nos dejamos en el camino.
Eso sí, es una cantera con peros. Desconozco si sigue vigente todavía, pero cuando un actor del programa firma un contrato (que puede ser de hasta 6 años y que NBC puede rescindir cuando le venga en gana), está expuesto a que la cadena le coloque en una de sus comedias, y solo se puede negar dos veces a hacerlo (a la tercera, no tendrá más remedio que aceptar por contrato), estando atado a la televisión durante años. Por eso, saltar del Saturday Night Live a la verdadera fama (el cine) no siempre es sencillo, pero para muchos actores es el mejor currículum que podrían tener.
El efecto político de Saturday Night Live
«Saturday Night Live ha demostrado su efecto en varias elecciones presidenciales de Estados Unidos»
Saturday Night Live no solo tiene efectos en la cultura popular o en la industria del espectáculo. Está demostrado que el programa tiene un efecto político muy significativo, especialmente sobre el comportamiento electoral de sus espectadores. Los sketches políticos del programa van más allá del entretenimiento.
Se llama, simplemente, “SNL Effect” (efecto Saturday Night Live) y se ha demostrado su efecto en varias elecciones presidenciales de Estados Unidos. Por ejemplo, en las Elecciones de 2008, una encuesta demostró que un pequeño pero relevante porcentaje del 10% de los encuestados aseguraban que Saturday Night Live había influido en su voto, siendo Barack Obama el principal beneficiado por este efecto. Ya sabemos quién ganó.
Por otro lado, las imitaciones que los actores del Saturday Night Live hacen de los políticos del momento son legendarias. Nadie se podría olvidar de la Sarah Palin de Tina Fey (“I can see Russia from my house!”), del Gerald Ford de Chevy Chase, o incluso de la Hillary Clinton de Kate McKinnon. Pero, sobre todo, nadie se puede olvidar de lo que influyeron e influyen en la actividad política del momento. Por ejemplo, Palin pasó de ser un caballo de batalla para los republicanos a convertirse en una paleta que no podría ser vicepresidenta de nada en la vida gracias a la imitación de Tina Fey.
Salvo un largo periodo de casi cuatro años después del 11 de septiembre, Saturday Night Live siempre ha mostrado contenido político en muchos de sus sketches o en el famoso Weekend Update, y su influencia es algo a tener muy en cuenta. Por ello, muchos políticos no dudan en aparecer en el programa (Obama, McCain, Palin), con el fin de mostrar la imagen correcta que quieren dar a la sociedad, y no la parodia que el programa hace de ellos.
Esta nueva temporada, los chicos del Saturday Night Live se tendrán que poner las pilas, y seguramente veamos grandes sketches con Hillary Clinton y Donald Trump. Algo me dice que el programa tendrá mucho que decir sobre ellos.
La clave está en las estrellas
«Para las estrellas es una plataforma publicitaria; para nosotros, un zoo en el que vemos a algunas de las personas más famosas del mundo fuera de su zona de confort»
Saturday Night Live tiene un reclamo para los indecisos y los escépticos: las estrellas invitadas. Ya sean presentadores (“hosts”), bandas invitadas o simplemente otras estrellas que no tenían nada mejor que hacer, cada semana Saturday Night Live regala a su audiencia una oportunidad para ver a algunas de las estrellas más importantes del momento.
Aunque Saturday Night Live no es hacedor de estrellas, sí es una plataforma para todas aquellas que ya lo son. Actores que acaban de estrenar una película, grupos musicales a punto de despegar, cómicos que cumplen con su papel, políticos que se la juegan en su campaña electoral, deportistas que desean un lavado de imagen. Para ellos, es una plataforma publicitaria; para nosotros, un zoo en el que vemos a algunas de las personas más famosas del mundo fuera de su zona de confort. Para muchos espectadores, esta es la única razón para verlo.
En el apartado musical (por regla general, cada semana se invita a un cantante o a un grupo que toca dos piezas), un invitado que pasa por el Saturday Night Live será, si no lo era antes de ese momento, una estrella consolidada. Por el escenario del show pueden pasar desde verdaderas leyendas como los Rolling Stones o Madonna, hasta artistas no tan conocidos pero que después de cantar en el programa estarán en boca de todos (la pasada temporada, Hozier o George Ezra, por ejemplo).
Por otro lado, ser el presentador del programa supone un reto interpretativo al que muchas estrellas, incluso ganadores del Oscar o políticos avezados, se tienen que enfrentar. No solo tienen que demostrar un carisma impresionante para ganarse la confianza del público, sino también protagonizar algunos sketches que no están a la altura, o estar al frente de muchos en los que no pegan ni con cola. No todo el peso del programa recae en ellos, pero si sale mal serán estas estrellas quienes carguen con la culpa.
Para la próxima temporada, Miley Cyrus (que también será la invitada musical), Amy Schumer y Tracy Morgan (como dijimos antes, los miembros del Saturday Night Live nunca se van del todo) serán los primeros presentadores. En sus manos, en parte, estará demostrar que la calidad del programa sigue siendo óptima.
No obstante, la mayor carga recaerá sobre el propio Saturday Night Live. 40 años son muchos años, y no solo deberán mostrar a los espectadores que siguen estando a la altura, sino que sigue siendo uno de los programas más relevantes de la televisión estadounidense.