"Sonic Highways": La chispa que lo enciende todo
Viaje iniciático por la historia musical de 8 ciudades yanquis

«Sonic Highways»: La chispa que lo enciende todo

Riffs eléctricos, berridos al viento, melodías con punch, golpes de caja incontestables, líneas de bajo tremendísimas. Esto y mucho más. Foo Fighters pone toda la carne en el asador para contarnos la historia musical de un país. 8 ciudades, 8 capítulos, 8 canciones, son lo que compone esta odisea seriada a la música de Estados Unidos producida por HBO y dirigida por el hiperactivo Dave Grohl. Bienvenidos a Sonic Highways.

‘Sonic Highways’ es más que un álbum de música. Esto una banda jamás lo había hecho. Foo Fighters sale de su ego, se fuma la carretera coast to coast para recorrer 8 ciudades emblemáticas del panorama musical de EEUU y brinda un homenaje a las tierras que pisaron los iniciadores del punk, el folk, el country, el soul, el blues, el jazz y todos los estilos habidos y por haber.

Al arco catódico le hacía falta un producto así. Una serie documental musical hipnótica que, además de entretener, como buen documental, forma al espectador. Y de qué manera. Cada episodio es un alud de influencias, nombres, estilos y referencias de todo tipo. Todos ellos imprescindibles para situar la escena musical de cada ciudad dentro de su contexto particular. Y es que si algo es Sonic Highways es un canto a la nostalgia. A un pasado que no podemos olvidar o a un presente que no existiría sin un pasado. Cómo escribe Dave Grohl en «Something from nothing», el primer tema del disco y de la serie de título homónimo, «In the end we all come from what’s come before«. El grito que resume a la perfección el carácter reivindicativo que muestra la serie a lo largo de los 8 episodios.

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«Stevie Ray Vaughan en Austin o Johnny Cash en Nashville fueron descubrimientos maravillosos que no dejaron de ser una rareza en sus tiempos, y de eso precisamente trata la serie: de mantener la esencia de todas estas ciudades en el concepto «weird»»

A un segundo plano siempre está el grupo, Foo Fighters, que le da el protagonismo al contexto, más que a su música, llegando a la fusión entre ambos al final de cada capítulo, con la canción compuesta en relación al estilo y al espíritu de cada ciudad. De Chicago a Nashville, del punk rock de «Naked Raygun» al country de Willie Nelson. Pasan por estudios y escenarios que marcaron una época e intentan sobrevivir el paso del tiempo. El documental mantiene un subtexto de drama continuo, pero con una chispa de optimismo y buen rollo que equilibra la balanza. A veces llora recordando lo que fue la ciudad en cuestión, pero sabe encontrar en el presente lo que mantiene esa llama encendida con músicos actuales como Zac Brown, Gary Clark Jr o Trombone Shorty, los nuevos hijos pródigos. Y es que Dave Grohl (director, entrevistador, cantante, guitarrista, baterista, compositor y además buen tío) está encontrando su propia voz en el campo del documental musical. Primero fue en 2012 con Sound City, contando la historia enternecedora del mítico estudio de Los Angeles dónde se gravaron desde cd’s de The Doors hasta el Nevermind de Nirvana y ahora sigue su camino particular como director con esta serie de la HBO. Como en Sound City, Dave Grohl da rienda suelta a su fetichismo espacial, rindiendo culto a los estudios y baretos musicales más legendarios de los Estados Unidos.

Podemos afirmar con rotundidad que con Sonic Highways, Foo Fighters experimenta. Se sale del cánon de grupo musical mainstream que se dedica únicamente a hacer álbumes como churros y videoclips más o menos interesantes y atrevidos. Esto es otra cosa. Esta historia es un trabajo periodístico en toda regla que por momentos transciende lo musical para hablar de otros temas como la industrialización de la sociedad norteamericana, el capitalismo o la gran cantidad de festivales de música masivos que desdibujan la esencia de algunas ciudades (como en el caso de Austin con el South By Southwest (SWSX)). Y todo se narra desde un punto de vista humilde, como el de sus protagonistas.

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Townes Van Zandt, Stevie Ray Vaughan en Austin o Willie Nelson y Johnny Cash en Nashville fueron descubrimientos maravillosos que no dejaron de ser una rareza en sus tiempos, y de eso precisamente trata la serie: de mantener todas estas ciudades dentro del concepto «weird». Eso es lo que las hace distintas, pero, según el documental, cada vez es más difícil mantener esa esencia. Al paso del tiempo, la escena underground se encuentra más desamparada porque no encuentra locales para hacer sus bolos y la figura del músico está más vinculada a la imagen de un rockstar acomodado en su mansión de Los Angeles con farlopa, alcohol y orgías en el jacuzzi. Ese posible tópico es precisamente el que quiere romper Sonic Highways. El músico tradicionalmente se conforma con lo básico, es decir, algo de drogas, algo de sexo, algo de comer, SÍ, pero sobre todo quiere MÚSICA, quiere ACTUAR y vivir mínimamente de ello.

Photo: Andrew Stuart

Sonic Highways nos cuenta que todo tiene su origen. Y éste siempre es local. Sin los artistas locales no hay principio de nada. La visión de las grandes discográficas y la sensación de que todos los buenos artistas son internacionales es pura falacia. Nada ni nadie empieza siendo internacional ni es mejor cuando pasa a ser conocido mundialmente. Jimi Hendrix era Jimi Hendrix antes de tocar en el Woodstock del 69, al igual que Elvis Presley ya era Elvis cuando rondaba por los baretos de Nashville. La fama internacional de estos artistas no nos puede hacer olvidar dónde empezaron. Y Dave Grohl se encarga de recordarlo a base de contar el origen de artistas de las ciudades de Chicago, Arlington, Nashville, Austin, Los Angeles, New Orleans, New York y Seattle que acabaron tocando en grandes escenarios, pero que no serían nadie sin haber pisado antes antros de su propia ciudad. Aquí se habla de artistas que crean tendencia antes de ser un molde industrial, no de robots programados para SÓLO ganar pasta.

Y eso pasaba en los años 60 y pasa, aunque no salga en las portadas de la Rolling Stone, actualmente. La escena underground seguirá existiendo y seguirá dando artistas anónimos que al final, acabarán siendo el trigger para futuros músicos como en su día fueron The Meters, Dr John, Zappa o Pentagram.

– Trailer:

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