'Orphan Black': "Send in the clones" - Serielizados
'Orphan Black'

«Send in the clones»

Tributo y homenaje a Tatiana Maslany, la intérprete más camaleónica del momento. Su trabajo en 'Orphan Black' le valió el Emmy a mejor actriz de drama en 2016.

Admitámoslo: estar situado en el mapa justo al lado de la presunta primera potencia mundial tiene sus inconvenientes. En Estados Unidos, no contentos con haberles arrebatado la condición de «norteamericanos» a sus vecinos de arriba y de abajo, le han cogido el gusto a cachondearse de los canadienses casi tanto como de los mejicanos. Primero fueron los deslenguados Terrance y Philip en South Park, serie que nos muestra a los habitantes de Canadá con la cabeza ovalada y partida en dos; más adelante, incluso Cómo conocí a vuestra madre, una serie que no está pensada precisamente para escandalizar, servía algunos chistes a costa del personaje de Robin, interpretado por la canadiense Cobie Smulders. Harían bien los estadounidenses (nos impondremos la obligación de no llamarles norteamericanos) en recordar que en Canadá nacieron actores tan importantes para su industria como Donald Sutherland (al fin y al cabo, pongámonos de pie, el padre de Jack Bauer), Sarah Polley, Christopher Plummer o Leslie Nielsen.

Bueno, de acuerdo, Justin Bieber es de Ontario. Nadie es perfecto… Pero los canadienses siempre tendrán un gran as en la manga: David Cronenberg, uno de los directores más perturbadores del cine contemporáneo, maestro en mostrar las posibilidades más aterradoras del progreso científico aplicado sobre la carne humana. Y aunque no llega a crear las atmósferas malsanas propias del cine de Cronenberg, Orphan Black, coproducción de BBC America y la canadiense Space, es un thriller de ciencia-ficción conspiranoico que no anda muy lejos de este ilustre referente. La acción vertiginosa de cada capítulo se acompaña de inquietantes interrogantes sobre la experimentación genética, los límites de la clonación y la búsqueda de la propia identidad.

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‘Orphan Black’ es un thriller de ciencia-ficción conspiranoico que no anda muy lejos del ideario de David Cronenberg

Esta serie es un motivo más para tomarse muy en serio a los canadienses. Fue una de las mayores sorpresas de 2013, una historia de género altamente adictiva y con una inusual capacidad para generar «cliffhangers» de infarto. Por sus características, Orphan Black está a medio camino entre el «blockbuster» y la serie de culto. Por un lado, tiene suficiente mitología a su alrededor como para dar lugar a innumerables foros de discusión en Internet, con todo tipo de análisis e interpretaciones. En ese sentido su alambicada trama podría situarse en la estela de Perdidos: donde estuviera la Hanso Foundation y la Iniciativa Dharma ahora tenemos el Dyad Institute, los Otros han sido sustituidos por neolucionistas y proletianos… Incluso la famosa Estación Cisne de la isla que tantos quebraderos de cabeza nos provocó tiene su reflejo en el Proyecto Leda y el enigmático Hombre Cisne, que sólo conocerán aquellos que vayan por la segunda temporada de la serie. Pero mientras que Perdidos parecía estar rodada casi con urgencia y bajo los dictados de un producto para las mayorías (más que digno, pero para mayorías), Orphan Black ofrece un cuidado en su planificación visual y un humor excéntrico que la emparenta con otras joyas recientes producidas fuera de los Estados Unidos, producciones británicas como Black Mirror, Utopia o The Shadow Line.

A medio camino entre el ‘blockbuster’ y la serie de culto

Las almas creativas detrás de esta afortunada colección de huérfanas son el guionista Graeme Manson, coautor del guión de Cube, la claustrofóbica y abstracta vencedora del Festival de Sitges del 97, y el director John Fawcett. Orphan Black está rodada íntegramente en Toronto, aunque sus creadores tienen la intención de no mostrar localizaciones muy reconocibles (no esperéis planos turísticos de la famosa torre del chiste).

El principal atractivo de Orphan Black es evidente. Como diría Jesulín, se resume en dos palabras: Tati-ana. A lo largo de la serie Tatiana Maslany se ha puesto en la piel de nueve clones (sin contar tres que sólo hemos visto en foto) y de rebote se nos ha puesto en el bolsillo a nosotros, pasmados espectadores, con su amplio repertorio de matices. Dejando de lado el impresionante trabajo de caracterización, maquillaje y vestuario, Tatiana se transfigura en cada papel, aporta unos gestos, un acento, una manera de moverse absolutamente diferentes. Nos olvidamos de que estamos viendo a la misma actriz, a menudo interactuando con sí misma: Tatiana Maslany no HACE DE estas chicas, Tatiana Maslany ES cada una de ellas.

Tatiana Maslany no HACE DE estas chicas, Tatiana Maslany ES cada una de ellas

Cuentan que Maslany creó diversas listas de música, acordes con la personalidad de cada uno de los diferentes clones que interpreta: The Clash para Sarah Manning, Tiger Lillies para Helena o la música electrónica de Metronomy para Cosima. Incluso la fugaz Katja Obinger, la alemana vista en el primer capítulo, tiene su propia lista, en la que figura Rammstein. No hay ninguna duda de que en la generación mp3 esto puede ayudar bastante a diferenciar los personajes; pero por Hollywood corren más de una y de dos presuntas estrellitas (¿eh, Kristen Stewart? ¿eh, Sarah Jessica Parker?) que no podrían hacerse pasar por otra persona ni empapándose todos los estados de ánimo de Spotify.

¿Y quién es esta chica? ¿De dónde ha salido Tatiana Maslany? Sabemos que nació en Canadá hace casi 29 años, pero que tiene ancestros ucranianos, polacos, alemanes, austriacos y rumanos. De hecho habla inglés, francés, alemán y algo de español (afortunadamente, José Luis Moreno no descubrió a tiempo que esta chica podría haber interpretado todos los papeles en la escalera de vecinos de Aquí no hay quien viva). Ha participado en numerosas series de televisión en su país, la hemos podido ver en un par de episodios de Parks and recreation y, cerrando el círculo, puede presumir de haber estado en un film de Cronenberg, Promesas del este. Pero que nadie la intente encontrar, porque tan sólo prestó su voz al personaje de la adolescente embarazada que llegaba sangrando al hospital donde trabajaba Naomi Watts y que desencadenaba el inicio de la trama, un personaje curiosamente llamado Tatiana.

Por su trabajo en Orphan Black Tatiana Maslany ha ganado algún premio, como el Television Critic’s Choice. Pero la envergadura de su trabajo es tan grande que haber sido nominada a los Globos de Oro nos sabe a poco. Esta prodigiosa actriz se merecería todos los reconocimientos y premios de interpretación de la temporada. De cada temporada de aquí hasta el final definitivo de la serie (dicen que Graeme Manson, ambicioso él, piensa en ocho temporadas y una película). Apuesto que el primer galardón se lo darían los productores de la serie, ni que fuera por lo que ahorran en sueldos. No conocemos qué cobra Tatiana, pero seguro que no es un salario proporcional resultante de multiplicar por cada uno de los cinco papeles principales que encarna a lo largo de la serie. Es por ello, como tributo y homenaje a la intérprete más camaleónica del momento, que vamos a jugar a imaginar qué actrices hubieran podido ser cada uno de los clones protagonistas de Orphan Black (espero no ofender a nadie si no digo «las clonas»). Todas ellas darían el tipo físico y psicológico para interpretarlas: lo podrían haber hecho igual de bien que Maslany, pero en ningún caso mejor.

-Tres clones, un plano. Vídeo:

Sarah Manning

Consigue entender a golpes la importancia del «nosotros» frente al mucho más habitual «yo»

Es nuestro hilo conductor, la Ariadna que nos guía a través del laberinto de una intriga que se ha ido embarullando por momentos (en la segunda temporada, quizás un poco demasiado). Sarah es el primer clon que conocemos, una estafadora aficionada, hija adoptada e inadaptada que al conocer la verdadera naturaleza de su origen evoluciona desde el egoísmo más recalcitrante, que la ha llevado a estar separada de su propia hija durante un largo período, a la preocupación sincera por los demás. La protagonista de Orphan Black consigue entender a golpes la importancia del «nosotros» frente al mucho más habitual «yo». Todo hay que decirlo, puede que esa evolución de la rebelde con causa de estética post-punk a la heroína altruista sea algo precipitada, forzada por exigencias del guión desde el primer episodio. Precisamente por esa dureza latente una «cover» estupenda para Tatiana en el papel de Sarah sería Michelle Rodríguez, actriz conflictiva dentro y fuera de la pantalla, que ha demostrado sobradamente su fortaleza en la saga Resident evil o en la serie Perdidos (volvemos a la isla). Pero no nos engañemos: esa perpetua cara de cabreo de la Rodríguez, por lo menos cuando está actuando, no conseguiría transmitir las contradicciones de un personaje más frágil de lo que está dispuesto a admitir. Tatiana lo borda. Y además no la multan por conducir borracha durante el rodaje.

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Alison Hendrix

Una mujer al borde de un ataque de nervios del siglo XXI

Este clon le ha permitido a Maslany explotar su vena cómica, adentrándose sin complejos en el vodevil teñido de negro. Alison es una «soccer mom», expresión poco conocida fuera de Norteamérica que se refiere a esas aplicadas madres de familia de clase media, con casita en los suburbios, que dedican gran parte de su apretada agenda a acompañar a sus hijos (adoptados, en este caso) a sus diferentes actividades extraescolares, especialmente a las deportivas. Vaya, que es una mujer al borde de un ataque de nervios del siglo XXI. Por su perfil, es la que lleva una doble vida más clara: lo mismo acude a los ensayos de teatro de su compañía amateur, que prepara una fiesta para los niños o trama estrategias para enfrentarse a sus enemigos, reales o imaginarios. Como se encuentra cómodamente instalada entre dos mundos, sus referentes pueden ser muy variados. Nos viene a la cabeza la Kathleen Turner a quien John Waters le exprimió toda la mala leche posible en Los asesinatos de mamá.  Pero, por su tipo físico y su eficacia a la hora de transmitir el estrés de personajes ajetreados, la británica Emily Mortimer hubiera sido una buena Alison. A Mortimer la hemos visto en películas como Notting Hill y Match point, pero los seriéfilos la reconocerán como la agresiva productora ejecutiva del informativo presentado por Jeff Daniels en The Newsroom. El nervio necesario para lidiar con los miembros de una redacción no está tan alejado del que ha exhibido Alison a lo largo de las dos primeras temporadas.

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Cosima Niehaus

Podría ser interpretada por Laura Prepon, Alex en la serie ‘Orange is the new black’

El clon más dicharachero, la preferida de muchos seguidores de la serie por su capacidad de empatizar con los demás y su simpatía natural. A pesar de ser una sesuda científica, estudiosa de la biología evolutiva (evo-devo para los amigos), Cosima mantiene una inocencia conmovedora. No basta con convertir a Tatiana en una gafapasta y ponerle unas rastas; una vez más la actriz consigue crear con su trabajo una personalidad totalmente nueva y diferenciada. En este caso, sobre todo por una semejanza física que ya ha sido subrayada en Internet, Cosima podría ser interpretada por Laura Prepon, Alex en la serie Orange is the new black. Lo único que no le pegaría al personaje sería su voz grave, de contralto. Por lo demás, resulta curiosa esta conexión entre dos series actuales que no tienen complejos a la hora de abordar el lesbianismo, sin falsas moralejas ni mojigatería (esta es otra de esas palabras que algún día quería colar).

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Helena

Una bestia salvaje adoctrinada para hacerse daño a sí misma y a los demás

La hogareña Alison no es la única con la que Tatiana Maslany da rienda suelta a la comediante que lleva dentro. Helena es la más irracional en el «dream team» de los clones, una bestia salvaje adoctrinada para hacerse daño a sí misma y a los demás. Este carácter silvestre, imprevisible, alucinado, le da la oportunidad a la actriz de jugar con un registro entre La Fura dels Baus y los payasos de la tele. A lo largo de la serie, uno de los personajes más temibles ha acabado siendo también uno de los más alocados, como se puede comprobar en algunos gifs que circulan por la red. Helena fue criada en un convento de Ucrania… dato suficiente para relacionarla con la actriz y modelo ucraniana Mila Jovovich, que de comportamientos animales ha aprendido lo suyo en los diferentes Resident Evil. Eso sí, como actriz Jovovich no le llega a Maslany ni a la punta de los rizos. Y nadie como Tatiana para pronunciar «sistra» (la versión ucraniana de la palabra «sister»), con acento propio de una película de espías de la Guerra Fría…

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Rachel Duncan

Rachel podría haber tenido el rostro de Jodie Foster

No vamos a revelar muchos detalles de este clon, que aparece un poco más adelante respecto a los otros. Sí que diremos que por su carácter más bien frío y controlador y su corte de pelo, Rachel podría haber tenido el rostro de Jodie Foster. No hay muchas dudas respecto a la capacidad de Foster para retratar este tipo de personajes: lo demuestra su papel en la reciente Elysium 

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Pues ya podemos empezar a calcular: si tenemos en cuenta las exigencias económicas que podrían presentar estrellas como Mila Jovovich o Jodie Foster, está claro que Tatiana Maslany resulta mucho más rentable. Teniendo cubierto el apartado de las clones, tampoco podemos olvidarnos del resto del reparto (porque sí, hacen falta otros actores), obligado a lidiar con las dobles tomas que permiten incorporar a dos o tres Tatianas en la misma escena. Jordan Gavaris es Felix, el hermano adoptivo de Sarah, contrapunto cómico a la gravedad de la trama principal, un joven amanerado que parece haber viajado en un DeLorean desde los tiempos del glam-rock. Él dice que se inspiró en Iggy Pop y Mick Jagger, pero sus modelos más bien parecen ser Freddie Mercury o el David Bowie de la etapa Ziggy Stardust. Matt Frewer, por último, interpreta al inquietante doctor Aldous Leekie. Se trata de un actor que en su juventud le dio rostro, virtualmente alterado, al mismísimo Max Headroom. Treinta años después, Tatiana Maslany es la mayor demostración de que ningún ser artificial puede superar la proeza de una actriz entregada en cuerpo y alma, no a uno, sino a cinco personajes. Como diría Stephen Sondheim, que entren los clones.

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