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Estados Unidos es una auténtica gincana para aquellos que no temen que sus compañeros de viaje les miren con extrañeza por dedicar una mañana a encontrar el punto exacto en el que se rodó tal o cual escena. Aunque podríamos hacer una ruta de punta a punta del país, os recomendamos coger la maleta y dedicar vuestro tiempo a la zona del Pacific Northwest, que comprende los estados de Washington y Oregon. Un área más desconocida para los turistas y llena de curiosidades para los forofos de la series.
Buscando al Dr. Crane en Seattle
La primera parada la hacemos en esta ciudad en la que, según nos enseñó Algo para recordar, “llueve nueve meses al año”. Parece que la afirmación de David Hyde Pierce en la película de Nora Ephron no es del todo cierta y existen posibilidades reales de disfrutar de ella con buen tiempo. Curiosamente, el actor tiene una conexión directa con la ciudad ya que interpretó durante más de 10 años al Dr. Niles Crane en Frasier, serie en la que Seattle era el telón de fondo.
«‘Frasier’ es un canto al cartón piedra. Las vistas del skyline desde el apartamento de lujo del psiquiatra son pura invención»
Como suele ser habitual, la sitcom se filmó casi íntegramente en platós de Los Angeles y sólo un episodio, «The 1000th Show», se gravó en la ciudad del norte de Estados Unidos. En el capítulo vemos a Frasier Crane (Kelsey Grammer) caminar, por primera y única vez, por las calles reales de Seattle y pisar lugares icónicos como Pike Place Market, que nunca antes había aparecido. Más allá de esto, la sitcom es un canto al cartón piedra. Las vistas del skyline desde el apartamento de lujo del psiquiatra son pura invención, ya que no existe ningún edificio des del que se pueda obtener la imagen exacta que vemos a través de los ventanales. En realidad, se trata de un montaje, una fantasía fotográfica creada para conseguir que el Space Needle, símbolo de la ciudad, se viera de una forma más prominente. Pero si a pesar de este baño de realidad seguimos empeñados en conseguir la misma vista, o la más parecida posible, nos tendremos que dirigir hacía al norte, al barrio de Queen Anne, donde seguramente viviría el psiquiatra. Tras subir una buena cuesta llegaremos a Kerry Park, desde donde se ve el skyline completo de la ciudad e incluso el Mount Rainer. La fotografía que obtendréis será bastante similar a la siluetada en los títulos de crédito de la serie de la NBC.
Otro de los puntos neurálgicos de la serie era el café Nervosa, punto de reunión de los hermanos Crane. Para crearlo, los diseñadores se inspiraron en el actualmente desaparecido Elliot Bay Café, la cafetería de la librería de referencia de la ciudad. Para sobrellevar la pérdida de esta localización nos podemos pasar por su sustituto, el Oddfellows Coffee Bar, un espacio que ha tomado el relevo en el interior de la librería y en el cual no nos cuesta imaginarnos a los hermanos y psiquiatras debatiendo sobre teorías freudianas.
Twin Peaks o North Bend
Si sois de los que preferís la extrañeza de David Lynch a la socarronería de Frasier os tenéis que dirigir al este de Washington, rumbo a North Bend, nombre real del pueblo en el cual se gravaron muchas de las escenas de Twin Peaks.
La primera parada la haremos en Snoqualmie Falls, cuyo torrente de agua aparece ya en los títulos de crédito, y en Salish Lodge & Spa, los exteriores del cual sirvieron para dar forma al The Great Northern Hotel, donde el padre de Laura Palmer recibe la noticia de la muerte de su hija. En este paraje podéis empezar a sentir la brumosa atmosfera que destilaba la obra de Lynch e incluso encontraréis las muescas de fans que han aprovechado para dejar constancia de su adoración por la serie.
«El ambiente de Tweede’s Café destila aromas de América profunda y los propietarios no tienen ningún problema en reconocer que deben parte de la buena salud del negocio a la serie de Lynch»
Cuando nos coja el hambre, debemos dirigirnos a Tweede’s Café, en la entrada de North Bend, y darnos el capricho de disfrutar del mismo cherry pie que comía con gusto el agente Dale Cooper (Kyle MacLachlan). La tarta es más que decente, el ambiente destila aromas de América profunda y los propietarios no tienen ningún problema en reconocer que deben parte de la buena salud del negocio a la serie de Lynch. La estructura interior del local es prácticamente igual que la que podéis ver en la ficción, sin embargo, los paneles de madera han sido substituidos por múltiples fotografías del rodaje e incluso un pequeño mural celebrando la tercera temporada que se está preparando para el 2016. No hay duda que el pueblo pone velas a la Virgen para que la nueva entrega sea un producto de culto como lo fueron las dos primeras temporadas.
Alaska está en Washington
Otro punto álgido de la ruta es Roslyn, o Cicely para los fans de Doctor en Alaska (Northern Exposure en la versión original). Toda la vida creyendo que el Dr. Fleischman estaba en las tierras de Sarah Palin, cuando en realidad se encontraba en un pueblo del oeste americano donde se viven con pasión los rodeos.
«Roslyn mantiene vivo el recuerdo de la conocida comedia de los noventa con una pequeña tienda de souvenirs»
Durante la visita es casi de mal gusto no hacerse la foto delante del mural de Roslyn Café, el mismo que servía de trasfondo al paseo del majestuoso alce de los imágenes de introducción de la serie. El pueblo mantiene vivo el recuerdo de la conocida comedia de los noventa con una pequeña tienda de souvenirs en la que encontraréis todo tipo de merchandising junto a otros elementos de la más variada procedencia. Solo entrar os encontraréis al doctor Joel Fleischman (Rob Morrow) y a Maggie O’Connell (Janine Loraine) vigilándoos desde las paredes. Y es que, aunque quizás a primera vista no lo recordéis, la tienda sirvió como localización de la oficina del protagonista. Para dejar constancia de ello, podréis observar el nombre del doctor escrito en el escaparate.
Prácticamente en la misma calle -el pueblo no tiene muchas más travesías- pero un poco más adelante veréis reproducida la emisora de radio KBHR, desde de la cual Chris Stevens, interpretado por un John Corbett pre-Sex and the City, combinaba música con reflexiones filosóficas de todo tipo.
Portland, la meca de los hipsters
“The dream of the 90s is alive in Portland”. Si sois seguidores de Portlandia empezaréis a cantar esta canción nada más poner el pie en esta ciudad de Oregon. La capital de lo orgánico y el “hipsterismo” es la auténtica protagonista de la serie y, por tanto, la mayoría de los escenarios y localizaciones son reales. No hay tiempo que perder y la primera parada es Vera Katz Eastbank Esplanade, una zona de relajo para caminantes y ciclistas en el lado este del río Willamette, la división natural de la ciudad entre lo que mola y lo que no mola. Es en este paseo donde toca cantar a pleno pulmón la canción con la que se inicia la serie ya que es donde se gravó el descacharrante número musical.
Voodoo Doughnuts (22 SW 3rd Ave) es una institución en la ciudad y como tal también tuvo su protagonismo en Portlandia. Si vuestra intención es atracaros a dulce ir cargados de paciencia ya que, tanto en su tienda en el centro como en el centro, encontrareis una larga cola, solo apta para verdaderos devotos de los donuts.
Los gags que suceden en la librería feminista “Women & Women First” son de los más recordados de Portlandia. Su localización real es In Other Words (14 NE Killingsworth), un espacio sin ánimo de lucro dedicado a las mujeres y que ofrece todo tipo talleres. Su carácter reivindicativo es evidente, desde los escaparates, donde encontraréis mensajes y llamadas a la acción, hasta su calendario de actividades. Su personal es mucho más amable y razonable que el de la librería ficticia y es un buen lugar para impregnarse del carácter singular de la ciudad.
De una librería independiente podéis dar el salto a Powell’s City of Books (1005 W Burnside St), la meca de los amantes de las letras. Su icónico cartel sirve de trasfondo, junto a las calles de Pearl District y tiendas de todo tipo, a la carrera loca de un ciclista enfurecido con el mundo en general y los conductores de coche en particular. Jackpot Records, la tienda de vinilos que aparece en el sketch “Wanna come to my DJ Night”, también merece una visita.
«Solo con un pequeño paseo os daréis cuenta del culto que profesan en Portland a la torrefacción»
Por último, es casi un pecado irse de Portland sin tomarse un buen café, la única y auténtica religión de los habitantes de la ciudad. Solo con un pequeño paseo os daréis cuenta del culto que profesan a la torrefacción. Fred Armisen y Carrie Brownstein no podían dejar pasar este elemento esencial de la cultura local y se han mofado con ganas del “postureo” que rodea el mundo de las cafeterías, punto de reunión ineludible de cualquier “portlander” de pro. Entre los gags más celebrados, el de “Coffee land”, grabado en Urban Grind Coffee House (911 northwest 14th Avenue) o Coffee Shop Manifesto, rodado en The Clearing Cafe (2772 NW Thurman St). En este último un grupo de «baristas» se reúne para crear las reglas definitivas que les encumbren a la categoría de artistas, tal y como se merecen. El gag definitivo para entender Portland y todas las modas «hipsters» que tarde o temprano llegarán a nuestras tierras.