Odi et odi
Personajes odiosos

Odi et odi

¿Para qué centrarnos en la belleza del amor pudiendo hacerlo en la horripilante oscuridad del odio? Ahí va una breve lista de los más buscados por los sicarios de los espectadores.

El mundo de la televisión es un lugar complejo y extraño. Las series y sobre todo los personajes que las pueblan pueden despertar sentimientos tan dispares como el amor platónico más masturbatorio o el odio visceral que trasciende los límites de la pantalla. Como decía Hobbes «homo homini lupus» y por eso vamos a centrarnos en aquellos personajes televisivos que despiertan rabia, asco, desprecio y unos instintos homicidas de cuidado. Tiembla mundo, aquí llegan los jinetes del Apocalipsis –bueno, alguno de ellos–.

Ted Mosby

¿Por qué empieza a contar a sus hijos la historia de cómo conoció a su mujer contándoles a sus hijos que tenía impulsos sexuales hacia lo que él mismo llama «vuestra tía Robin»?

Tengo que admitirlo, soy uno de los pobres desgraciados que han rozado la esquizofrenia con los llantos de Ted Mosby. Este mojigato no sólo debería perder la custodia de sus hijos para someterlos a una larga tortura más cruel que la Gota China o la Pera, sino que también merecería desaparecer de la faz de la tierra desintegrado por cualquier arma bacteriológica. ¿Por qué empieza a contar a sus hijos la historia de cómo conoció a su mujer contándoles a sus hijos que tenía impulsos sexuales –que luego se consumaron– hacia lo que él mismo llama «vuestra tía Robin»? En serio, Ted, eso es retorcido y muy extraño. Aparte de lloriquear por cada mujer que no se convierte en su amor verdadero, el gran problema de Ted es la gente que le rodea: Lily es una especia de ninfómana divertida, Robin está buena y sale en Los Vengadores, Barney es Dios y Marshall, bueno, todos queremos ser Marshall –¿o todos queremos ser Barney? No lo sé–. Lo que nos queda es absolutamente nada que es lo que es Ted Mosby. Ni un adicto a los prostíbulos está tan necesitado de amor como Mosby.

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Dra. Tancredi/Lori Grimes

«Gracias a Dios la justicia divina existe y tanto Tancredi como Lori se llevaron su merecido»

Sarah Wayne Callies hizo algo muy malo en su vida anterior porque, como poco, está maldita. Los dos últimos papeles televisivos que ha interpretado serán recordados por ser dos de las mujeres más enervantes del mundo de la ficción. En Prison Break vimos a Sarah Wayne Callies en el papel de Doctora Tancredi, la encargada de sanar las heridas de navajazos caseros en la Penitenciaría Estatal Fox River. He visto muchos doctores en series de televisión, pero ninguno tan odioso como ella. Hipócrita, drogadicta, estúpida e ingenua. Después de dar vida a la vergüenza de la profesión médica estadounidense, el agente de Sarah Wayne Callies tuvo la brillante idea de ofrecerle el papel de Lori Grimes porque, para qué nos vamos a engañar, un agente tiene que conocer los putos fuertes de sus clientes. Sí, en efecto, el de Sarah es interpretar a gente que no se merece vivir. Lori es despreciable, odiosa, mala mujer y mala madre. No voy a decir mucho más porque no quiero ganarme una denuncia. Todos los fans de Prison Break lloraron primero de emoción, al final de la primera temporada, cuando descubríamos que la cabeza de Tancredi reposaba muy lejos de su cuerpo y en una caja impregnada de sangre, y luego de tristeza cuando se descubría que era todo un montaje. Tampoco hace falta insistir en el hecho de que todos los seguidores de The Walking Dead rezaban para que los zombies se llevasen a la mujer de Rick de la peor manera posible. Gracias a Dios la justicia divina existe y tanto Tancredi como Lori se llevaron su merecido. La primera se quedó viuda y la segunda murió de mala manera (para los detractores de Lori que no sigan el cómic de TWD les recomiendo que le echen un ojo al 7 tomo. Delicioso).

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Marie Schrader

«La mujer de Hank es soporífera a la par que pánfila y le encanta meter sus narices donde no la llaman»

Si no fuese por los acontecimientos de los últimos compases de Breaking Bad, Marie y su hermana Skyler estarían disputándose el premio a «mujer más coñazo del planeta». Para bien o para mal, la mujer de Walter se redimió demostrando una entereza encomiable a la hora de defender a su familia, mientras que Marie se ha convertido en una de las caracterizaciones televisivas más deleznables de la mujer. La mujer de Hank es soporífera a la par que pánfila y le encanta meter sus narices donde no la llaman. Pero si hay algo que hace de Marie Schrader un ser despreciable es esa sensación de mirar por encima del hombro a todo aquel que no sea su marido y su perfecta vida. En serio ¿quién se cree que es para dar lecciones de moral cuando prácticamente tienen que atarla de manos para no volverse envuelta en un rampage de robos estúpidos? Por si ser mala hermana no era suficiente para ella, Marie se saca un doctorado en lo de ser mala mujer cuando Hank se encuentra en proceso de rehabilitación después del traumático incidente con los gemelos Salamanca. La de veces que Hank habrá tenido intención de pedir el divorcio cada vez que su mujer confundía su amor por los minerales con simples piedras de nada. Gracias a que Vince Gilligan es un hombre tocado por los dioses, Marie acaba recibiendo su merecido y eso tal vez sea lo mejor de Breaking Bad.

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Joffrey Baratheon

«Es un pervertido que se excita torturando a prostitutas buenorras y machacando psicológicamente a su (casi)futura esposa Sansa Stark»

Éste es el caso más exagerado que conozco. Temo por la integridad física de Jack Gleeson porque de verdad creo que el odio que el mundo seriéfilo siente por Joffrey puede trascender el mundo televisivo. La gente ve a Gleeson y le culpa por los pecados de Joffrey. Las atrocidades cometidas por el rey son muchas, pero más allá de ordenar la ejecución de Ned Stark y de todos los posibles bastardos de Robert Baratheon, es en los pequeños detalles donde la maldad de este pequeño engendro sale a la superficie, para despertar en todo espectador un odio tan grande capaz incluso de unificar a merengues y culés. Joffrey da asco, es un pervertido que se excita torturando a prostitutas buenorras y machacando psicológicamente a su (casi)futura esposa Sansa Stark. Entre esto, el poco ingenio que tiene para dirigir su gobierno y las demás vejaciones a las que somete a todo aquel que no obedezca a sus caprichos, el poseedor del Trono de Hierro se merece descubrir que es un horror genético nacido de un incesto de libro y luego morir, claro. Gleeson amenaza con dejar el mundo de la interpretación escudándose en la decisión de querer convertirse en una Cruz Roja andante. Pero ¿será que él también se ha dado cuenta de que su vida corre peligro? George R. R. Martin no solo ha hundido las esperanzas fans con capítulos como el de la «Red Wedding», convirtiéndose en el mayor genocida de la ficción, sino que ha enganchado una diana enorme en la espalda del pobre Gleeson.

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Dana Brody

«Es el clásico retrato de la adolescente pseudo rebelde infumable que hace la vida imposible a sus progenitores»

Morgan Saylor en pocos años se ha ganado por méritos propios un lugar de honor en este lista. Dana Brody es la hija retarded de Nicholas Brody, una de las piezas fundamentales de la frenética Homeland. Dana es el clásico retrato de la adolescente pseudo rebelde infumable que hace la vida imposible a sus progenitores. Vale, lo entiendo, que tu padre sea un terrorista tiene que ser jodido, pero ¿todo el mundo tiene que pasarlo mal por tu culpa? No quiero ni imaginarme como sería el Facebook de la hija de Nicholas, lleno de frases con significados ocultos y supuestamente profundos. Dana tiene las aptitudes necesarias para hacerse con todos los títulos de «ser más despreciable sobre la fez de la tierra» con esas caras de oler a mierda que ni Kristen Stewart, esa odiosa manera de decir «¿Dad?» y la estúpida e insoportable frase de «I can’t be Dana Brody anymore». Además Dana ha conseguido lo imposible: hacerme sentir asco por primera vez en la vida al ver a una mujer hacerse una selfie semidesnuda. Sé que es feo decirlo, pero todos los que miramos Homeland deseábamos con todas nuestras fuerzas que a Dana se le hubiese dado igual de bien dar el coñazo que cortarse las venas. Una última pregunta ¿por qué no deja de tocarse los dedos en todas las escenas? Perturbador es poco.

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Odiar a personajes televisivos es fácil, ponerlos a todos en una lista es complicado. Como suele pasar, muchos se han quedado: Jack Shephard (Lost), el combo de DCI Erin Gray + DSU George Stark (Luther) o el nuevo blanco de mi bilis, Hirishi Hatake (Helix). Pero ésta no es razón para dejar de odiar a nadie. Así que, cabronazos, hacedme compañía en el lado oscuro.

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