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¿Se tambalea el edificio de Netflix?
Netflix pierde fuelle y atractivo. Tan solo hace falta ver un vistazo al Top10 de títulos más vistos para darse cuenta del cambio de paradigma que vive la plataforma. Con más suscriptores que nunca, más contenido global que nunca, pero lejos de aquellos días en los que su series propias eran la vanguardia del sector.
Además, la competencia de nuevas plataformas, cada vez más potentes a nivel de contenido y oferta, está empezando a hacer tambalear un castillo de naipes que parecía inderrumbable. Es evidente que no se puede crecer siempre. Sabíamos que, tarde o temprano empezaría a llegar la pérdida de suscriptores con la que nos encontramos ahora. De cara al cierre del primer trimestre fiscal, y con la obligación de mostrar resultados a los accionistas, Netflix ha confirmado una pérdida de suscriptores que ascienda hasta 1.290.000 bajas, sumando distinta regiones. Un numero que se compensa por el incremento de 1 millón de usuarios en la región de Asia-Pacífico. Lo cual deja el balance en alrededor de 290.000 bajas en suscripciones.
Su valoración en bolsa cayó primero hasta un 26%, y más tarde hasta rozar el 40% respecto al día anterior
No es la primera vez que Netflix pierde usuarios, pues ya en 2021 perdió terreno en Estados Unidos. Pero es sin duda preocupante, porque ya indica una dinámica negativa y además, global. Por regiones, los números han sido los siguientes: 640.000 bajas en Norteamérica, 350.000 en Latinoamérica y 300.000 en Europa, Africa y Oriente Medio.
Una sangría que, como suele ocurrir, ha afectado a la valoración en bolsa de la compañía, desplomándose, primero hasta un 26% menos y llegando a rozar el 40% en días posteriores. Una pérdida de confianza de los accionistas ante unos números que no concuerdan con las expectativas anunciadas por Netflix. Pues la plataforma preveía un crecimiento total de 2 millones de suscriptores para este trimestre.
Es cierto que algunos de sus estrenos más potentes han sido a final de trimestre, como Los Bridgerton y la película Proyecto Adam. Por lo que su efecto positivo podría verse más adelante. Aún así, cuidado, porque en el próximo segundo trimestre habrá una pérdida asegurada de unos 700.00 suscriptores a consecuencia de la guerra en Ucrania y la salida de Netflix de Rusia.
Primera solución: una suscripción con anuncios
Reed Hastings, co-fundador y actual Co-CEO de Netflix lanzó una entrevista grabada para valorar las cifras de cierre de trimestre y lanzar un mensaje de confianza a sus inversores. Se tomarán medidas y Hastings ha admitido que, por primera vez, la plataforma está valorando implementar un plan de suscripción más económico, que incluiría anuncios. Algo que choca con la filosofía «premium» que siempre ha tenido la plataforma y que rompe con las declaraciones previas de otros ejecutivos, siempre contrarios a esta medida.
Pero los tiempos cambian. Y la saturación de ofertas en plena era del Peak TV y las Streaming Wars seguramente provocará situaciones impensables hace tan sólo un par de años. Sin ir más lejos, los servicios AVOD, aquellos que ofrecen contenido gratis con publicidad, han experimentado un gran crecimiento en varias regiones. Y una plataforma como HBO Max, clasificada como SVOD (es decir, basadas en suscripción pagada) ya anunció que en Estados Unidos lanzaría una suscripción más barata con anuncios. Llega un punto que se hace difícil acumular tantas suscripciones. Como el bolsillo lo nota, muchos usuarios no ven mal aguantar con algunos anuncios –como se ha hecho toda la vida– y así aligerar un poco las cuentas.
Es innegable que es una solución atractiva. Tanto para usuarios como plataformas como potenciales anunciantes, que podrían acceder a un pastel de millones de personas que, precisamente, han perdido en los últimos años de cambio de paradigma. En palabras de Hastings, la medida está orientada a mejorar las opciones de cada usuario. Algo fundamental para Netflix: «Los que conocen la filosofía de Netflix saben que siempre he estado contra la complejidad de tener anuncios y soy muy fan de la simplicidad que ofrece la suscripción. Pero por muy fan que sea de eso, soy aún más fan de las opciones de los usuarios. Permitir a aquellos usuarios que sean tolerantes con la publicidad una opción más barata, tiene mucho sentido».
Segunda solución: adiós a compartir contraseña
He aquí el gran elefante en la habitación de las plataformas de streaming: compartir contraseña. Es un secreto a voces que muchos usuarios comparten contraseñas con familiares y amigos. Que tire la primera piedra quién esté libre de pecado. Legal, ilegal o alegal, es una práctica tan habitual que, visto desde la perspectiva de las plataformas, las priva de una serie de ingresos potenciales. Si el hecho que compartir contraseña ha ayudado a las mismas plataformas a petarlo es un debate para otro día. Una de esas situaciones de «el huevo o la gallina».
Se calcula que 100 millones de hogares comparten contraseña
Pero todas las plataformas están con la mosca detrás de la oreja con este tema. Pues saben que, pese a que medidas más restrictivas podrían hacer disminuir un cierto número de suscriptores, el incremento de ingresos podría ser sustancial. Suficiente como para que les compense tomar esta decisión lógica pero impopular.
Netflix, en su mensaje de cierre del trimestre a inversores ha comentado este fenómeno, reconociendo que calculan que 100 millones de hogares realizan esta práctica. Por ello, la plataforma ha anunciado que a lo largo del año implementará un sistema –del que aún no ha comentado cómo funciona– que terminará con el compartir contraseñas.
Iremos viendo cómo se van implementando estas medidas de Netflix, así como de otras plataformas similares que tienen sentido en un momento económico mundial complicado y en un estado del modelo de negocio totalmente saturado. Se avecinan cambios importantes que nos afectarán a todos. Está claro que los días de compartir contraseña están cerca de desaparecer y es algo con lo que los usuarios deberíamos mentalizarnos ya.
Tercera solución: ¿una compra en toda regla?
Esto ya es especular por especular. Aunque algunos analistas e insiders han planteado este escenario nada descabellado en una era y un sector, el de las tecnológicas, donde las compras están a la orden del día. Si no, que se lo digan a Elon Musk y su reciente compra de Twitter por 44.000 millones de euros.
¿Podría Apple TV+ absorber Netflix en su servicio?
Las grandes corporaciones se han lanzado a tener plataformas de streaming. Algunas con mejor suerte (Apple, Amazon) que otras (Facebook, Google) y por eso se podría dar la casuística necesaria para que Netflix cambiara de propietarios. Al fin y al cabo, uno de los fines más habituales de toda start-up tecnológica es ser vendida. Y aunque hace décadas que Netflix dejó de ser una start-up, su venda puede ser muy lucrativa si se produce en el momento adecuado. Antes de que todo se desplome definitivamente.
En este sentido, las narices de los insiders olfatean a dos compañías bien posicionadas para acometer una posible compra de Netflix: Apple y Universal/Comcast. En el caso de la primera, su enorme bolsillo da sentido a la idea aunque teniendo ya una plataforma propia cuesta imaginar la estrategia. ¿Sería para absorber Netflix en su servicio? ¿Mantenerla independiente? ¿o abandonar Apple TV+ para centrarse en Netflix?
En el caso de la segunda, la unión tiene más sentido industrial. La compañía de comunicaciones Comcast tiene en propiedad la major Universal y la cadena de televisión NBC (y un catálogo histórico con comedias como Friends, Seinfeld o The Office, poca broma). Además, la plataforma propia de Universal y NBC, Peacock, no está funcionando tanto como querrían en Estados Unidos y fuera de sus fronteras tiene un encaje difícil. La unión Universal + Netflix tiene lógica y es factible, además que significaría una unión de sinergias audiovisuales que asegurarían mucho contenido y recorrido.
Aún así, todo esto son rumores. No hay nada real en todo ello más allá del sonido del río, oyéndose a lo lejos, pero dejándose notar. Avecinando, quizás nuevos tiempos futuros en los que la burbuja de las plataformas explote y todo el sector se reoriente para acabar, como suele ocurrir, en propiedad de muy pocas manos.
Escrito por Guillem F. Marí en 25 abril 2022.