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Si hubiese un premio al mejor fandom de una serie, es probable que el de La monja guerrera se llevara la palma.
Después de una exitosa segunda temporada gracias a una mejora en la calidad de la serie y el deseo de los fans de ver juntas a dos de sus personajes (Ava y Beatrice), la decisión de Netflix de cancelar la serie provocó mucho revuelo entre sus seguidores, los cuales no tardaron en organizarse en una efusiva campaña para rescatarla.
Acciones como una petición online con más de cientos de miles de firmas, el uso de hashtags como #SaveWarriorNun en redes sociales, o la creación de la web Savewarriornun.net (gracias a la cual financiaron la colocación de una enorme valla publicitaria con el mensaje ‘Save Warrior Nun‘ visible desde las oficinas de Netflix), parece que han dado sus frutos.
Este miércoles, meses después del inicio de la campaña, Simon Barry, showrunner de la serie, acudía a su cuenta personal de twitter para anunciar las buenas nuevas: «Hoy estoy feliz de informar oficialmente que gracias a sus voces combinadas, la pasión y los esfuerzos increíbles – La monja guerrera volverá y será más EPICA de lo que os podáis imaginar. ¡Más detalles en breve! ¡PRONTO! ¡Gracias!»
https://twitter.com/SimonDavisBarry/status/1673923368381448192?s=20
A pesar de que esta es la única información que hay al respecto, y aún no se sabe que plataforma acogerá la serie, que los fans hayan conseguido su objetivo es digno de mención.
Las dos primeras temporadas de La monja guerrera estuvieron protagonizadas por Alba Baptista en el papel de Ava, una joven de 19 años que despierta en un depósito de cadáveres con una nueva vida y un artefacto divino incrustado en la espalda. Ahí descubre que forma parte de una antigua orden encargada de luchar contra los demonios en la Tierra, y que poderosas fuerzas que representan tanto al cielo como al infierno quieren encontrarla y controlarla.
Por muy alocado que parezca, La monja guerrera está inspirada en una historia real. Su personaje principal proviene del cómic, Warrior Nun Areala, creado por Ben Dunn y publicado por primera vez en 1994. Pero este cómic se originó cuando Dunn leyó un artículo en el New York Times, en 1994: ‘Black Belts and Blessings for East Harlem Nuns‘.
En él se cuenta la historia de un grupo de monjas que formaban parte de la Fraternidad Notre-Dame, y que en 1991 se les dio la tarea de abrir un comedor social en el barrio de Harlem. Debido a la inseguridad de sus calles, la hermana Marie Chantal decidió convertirse en cinturón negro de judo y taekwondo. Algo que empujó a todas sus compañeras a seguir su ejemplo y apuntarse a clases de defensa personal y artes marciales.
Después de leer sobre esa historia, Ben Dunn se puso manos a la obra y desarrolló el famoso cómic, el cual años después sería adaptado a la televisión por Simon Barry. Y ahora solo nos queda esperar más información sobre su futura tercera temporada. Ganas.