Comparte

Luisito Rey y Paulina de la Mora. Imagen: Netflix.com
Son polos opuestos, pero en los últimos meses se han convertido en dos íconos de la televisión mundial a pesar de que sus series, de origen mexicano, hacían pensar en un público mucho más reducido.
Luisito Rey y Paulina de la Mora han pasado a ser algo así como el alfa y el omega de Netflix: él es el padre de Luis Miguel en el biopic homónimo sobre el cantante y ella es la hija mayor de la familia de la Mora, el desquiciado clan protagonista de La casa de las flores.
Dos personajes que con sus frases lapidarias han demostrado ser carne de memes y gifs y han hecho sobresalir sus series entre la ingente oferta de la plataforma norteamericana.
Producida por Telemundo y distribuida internacionalmente, Luis Miguel explica la trayectoria profesional y vital de Luis Miguel, ídolo de masas en todo el mundo y protagonista de un romance con Mariah Carey que nos dejó patidifusos.
Con estas credenciales, la serie no auguraba ser mucho mejor que una telenovela de tres al cuarto, sin embargo se las apaña para llevar la contraria a los que estaban predispuestos a menospreciarla.
La vida de Luis Miguel es un drama de tomo y lomo, en buena parte ocasionado por Luisito Rey, su padre, un señor capaz de todo con tal de poder seguir explotando a su hijo, que empezó a cantar cuando aún era menor de edad para que su progenitor se hiciera rico sin dar palo al agua.
Solo hacen falta un par de escenas para sentir repulsión, pero también fascinación, por Luisito Rey y eso es gracias a Oscar Jaenada, que sabe extraer todo el poso canalla y chulesco del personaje. El poder de seducción de Luisito Rey es tan grande que, pocas semanas después de estrenarse la serie, comenzó a proliferar todo tipo de ‘merchandising’ dedicado a él, desde camisetas a muñecos, con la exclamación ‘Coño, Micky!’, la frase que el padre del artista utiliza para amonestar a su hijo cuando se sale del camino que le ha marcado.
Con estas dos palabras -que en la serie no suenan tantas veces como cabría esperar dada su meteórica popularidad-, y momentos memorables, como cuando aparece con una pata de jamón para congraciarse con Luis Miguel, Luisito Rey se convierte contra todo pronóstico en el amo de la serie.
A pesar de ser una serie coral, en ‘La casa de las flores’ sobresale Paulina de la Mora, con su hablar lento y casi inexpresivo
Algo similar pasa con Paulina de la Mora en La casa de las flores, donde, a pesar de ser una serie coral, sobresale esta mujer de hablar lento y casi inexpresivo provocado por su adicción al Tafil, un fármaco utilizado para el control de la ansiedad y el pánico, y su extracción social, ya que se trata de una parodia de les clases adineradas de México.
El elemento más distintivo de esta serie, que ha dado lugar al fenómeno viral #PaulinadelaMoraChallenge y a tropecientosmil memes, nació de forma casual y inesperada, según ha confesado la actriz Cecilia Suárez, que interpreta al personaje. En una entrevista con ‘Time Out México’, explicaba que, cuando empezaron a rodar la serie, Paulina no hablaba con su característica cadencia relajada, tal y como se puede comprobar en el primer ‘teaser’ que la plataforma lanzó de esta vodevilesca serie.
El inesperado hallazgo, surgido mientras rodaban la escena central del funeral, obligó a doblar algunas de las secuencias ya filmadas. A pesar de las dudas de la actriz y el director Manolo Caro, la decisión de cambiar la manera de hablar de Paulina es la mejor que podrían haber tomado: es imposible ver La casa de las flores y no imitar al personaje y su ‘Ol-vi-dé can-ce-lar el ma-ria-chi’.
Al poco tiempo de estrenarse la serie comenzaron a circular los rumores que aseguraban que Netflix había impuesto una cláusula en el contrato de Cecilia Suárez por la cual la actriz no podía reproducir la manera de hablar de Paulina fuera del set de rodaje.
La propia Suárez lo desmentía durante una reciente visita a España y explicaba que más que una prohibición se trataba de una recomendación. Y es que, teniendo en cuenta que en cada entrevista le piden que haga la gracia, Netflix considera que es necesario preservar ese ‘don’ para no romper la magia del personaje y acabar por quemarlo.
Más allá de la anécdota, Paulina enamora por ser la antítesis de Lusitio Rey. Con todos sus neurosis y problemas, que son muchos, desde un padre en prisión a un exmarido transexual del que aún está enamorada, la mayor de los de la Mora consigue ser irresistiblemente divertida (aunque seguramente ella protestaría porque no vería donde está el chiste).
Uno de los muchos motivos para dar las gracias por la existencia de Netflix y otras plataformas es que abren la puerta a que productos, en principio, locales como La casa de las flores o Luis Miguel se acaben convirtiendo en fenómenos globales y que podamos afirmar que, después de los tacos al pastor y los margaritas, Luisito Rey y Paulina de la Mora son dos de las mejores cosas que no ha dado México.