'Los Anillos de Poder’ llega con una temporada 2 más equilibrada
Crítica de la segunda temporada

‘El Señor de los Anillos: los Anillos de Poder’ encuentra su razón de ser en una temporada 2 más equilibrada

La segunda entrega de la gran superproducción de Prime Video lima algunas de las asperezas de sus primeros episodios, vistos hace ya dos años, y sabe profundizar en las razones por las que Sauron logra forjar los anillos que le dan título.

Robert Aramayo es Elrond y Morfydd Clark es Galadriel en 'Los Anillos del Poder'.

Los villanos siempre resultan más atractivos que los héroes. De hecho, puede decirse que la medida de un héroe está en el calibre del villano al que se enfrente. En El Señor de los Anillos, Sauron es un enemigo a quien apenas se ve, pero cuya influencia se siente por todas partes. Los Espectros del Anillo que recorren la Tierra Media, los orcos, los planes de Saruman y, por supuesto, la propia aura oscura del Anillo Único construyen una amenaza tal, que Frodo, Aragorn y el resto de la Compañía han de ser las mejores versiones de sí mismos para derrotarla. En parte, que de Sauron solo haya, en su mayoría, vistazos contribuye a elevar más el peligro que conlleva; el enemigo que no ves siempre es el que imaginas como más grande e invencible.

La segunda temporada de El Señor de los Anillos: los Anillos de Poder, que se estrena el jueves en Prime Video, se enfrenta por tanto a un dilema que puede encumbrarla por encima de sus dubitativos primeros capítulos o hundirla bajo el peso de las expectativas de unos fans que esperan una mejora. Ese dilema descansa en el peso que JD Payne y Patrick McKaye, los dos showrunners, han decidido darle a ese Sauron encarnado en Halbrand.

La historia se cuenta en muchas subtramas paralelas, y las que se ven al borde del abismo –y por lo tanto, dispuestas a aceptar una ayuda que suena demasiado buena para ser verdad–, son las que ganan en interés

Una vez que los tres anillos de los elfos están forjados, el siguiente paso son los siete de los enanos, pero Sauron ha de adoptar otra estrategia para conseguirlos. Y seguir muy de cerca al villano puede restarle mística y “villanía”: si vemos el camino de Sauron hasta este punto y nos familiarizamos tanto con él, puede ser más difícil que nos creamos el miedo atroz que muchos personajes le tienen. Es un dilema resuelto a medias: Sauron funciona cuando está pergeñando sus engaños, pero la serie sobreestima lo interesante que puede ser su psique (spoiler: no lo es). En los matices no es donde vive este personaje.

Sin embargo, sí es donde otros encuentran, por fin, su camino. Al igual que en la primera temporada, la historia se cuenta en muchas subtramas paralelas, y las que se ven al borde del abismo –y por lo tanto, dispuestas a aceptar una ayuda que suena demasiado buena para ser verdad–, son las que ganan en interés. Elfos y enanos representan bien lo que Los Anillos de Poder quiere mostrar, que es cómo la arrogancia, el ego, el orgullo y la creencia de estar en posesión de la única verdad corrompen más que cualquier anillo mágico. Las joyas únicamente dan el último empujón. Al mismo tiempo, es inevitable recelar de ellas. ¿Qué consecuencia indeseada se esconde bajo sus dones?

Los Anillos del Poder temporada 2

Charlie Vickers es Sauron en ‘Los Anillos del Poder’.

Lo que sí y lo que no

La tentación del Anillo Único y lo que provocaba en quienes entraban en contacto con él era una de las columnas vertebrales de la obra de Tolkien, y la serie profundiza en ello de una manera que, para quienes sepan el destino de, por ejemplo, Khazad-Dûm, resulta atractivo de ver. Aspectos que se apuntaban en la primera temporada, como la soberbia de los elfos, la tozudez patológica de los enanos o la manía persecutoria y la cerrazón de Númenor, pasan al frente en una temporada en la que los conflictos llegan a un punto de ebullición.

Los lugares donde los que está en juego se ha elevado exponencialmente son lo mejor de la primera mitad de la temporada, pero sigue habiendo otros en los que cuesta estar tan interesado, como la peripecia de Nori y el Extraño o las dificultades de Isildur y Arondir. También da la sensación a veces de que McKaye y Payne introducen nuevos personajes extraídos de los libros solo porque les gustan, y no porque tengan un sentido dramático verdadero, sino porque quieren ver cómo los fans reproducen el meme de Leonardo DiCaprio viéndose en la tele de Érase una vez en Hollywood.

El rodaje abandonó Nueva Zelanda y se trasladó al Reino Unido y a España, manteniendo la misma intención de abrumar al espectador con los lugares donde transcurre la acción y la ambición de su narrativa

También resulta curioso que, aunque este año no se emita a la vez que La Casa del Dragón, su fantasma sobrevuele sobre la trama de Númenor y su pelea por la sucesión al trono porque ambas terminaron sus primeras entregas con los reyes moribundos diciendo algo crucial a las personas equivocadas. En el primer caso, eso desemboca en una guerra fratricida. En el segundo, las maniobras por el poder son, francamente, menos interesantes porque hay unos cuantos personajes que deberían ser astutos que acaban pareciendo bastante idiotas, aunque la ceguera provocada por el concepto de sí mismos que tienen estos personajes es otra rama de este tema central de la serie.

Los Anillos del Poder temporada 2

Peter Mullan es el Rey Durin III en ‘Los Anillos del Poder’.

Por supuesto que a Sauron le resulta relativamente fácil forjar los anillos y entregárselos a sus destinatarios porque ninguno es capaz de ver más allá de la punta de su nariz, de sus deseos y preocupaciones. Todos se creen con derecho a lo divino. A veces, de todos modos, parece que el tema le queda un poco grande a la serie, dejándose llevar por lugares comunes y algunos diálogos un poco sonrojantes. Probablemente, si el rodaje no hubiera coincidido con la huelga de guionistas se habrían pulido.

Una serie más espectacular

Lo que sí sigue viéndose grande es la escala de estos episodios. Para la segunda temporada, el rodaje abandonó Nueva Zelanda y se trasladó al Reino Unido y a España, en concreto, a Canarias, y mantiene la misma intención de abrumar al espectador con los lugares donde transcurre la acción y, sobre todo, con la ambición de su narrativa. Pierde parte de la espectacularidad de los paisajes neozelandeses, eso sí. Al menos, no ha desechado sus preciosos títulos de crédito y la banda sonora de Bear McCreary aún es más fantástica.

Este regreso de Los Anillos de Poder ha aprendido, en gran parte, de los errores de su primera temporada. La confianza rota entre Elrond y Galadriel, la terquedad y el orgullo mal entendido de los enanos en medio de una grave crisis y la capacidad de Sauron para tocar las teclas adecuadas de su plan son algunos de los puntos álgidos del arranque de la entrega, que promete ganar en intensidad en su recta final. Pero una cosa sí debe de aprender la serie: nadie quiere conocer las motivaciones de los villanos como Sauron. Le quitan toda la grandeza y la maldad.

Los Anillos del Poder temporada 2

Cynthia Addai-Robinson es la Reina Regente Míriel en ‘Los Anillos del Poder’.

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