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En los ochenta se produjeron dos fenómenos paralelos. Por un lado la creación de la cadena Fox que pacientemente fue rompiendo el oligopolio de las tres grandes cadenas generalistas (NBC, ABC y CBS). Por otro, el nacimiento de la actual The CW —procedente de la fusión de WB y UPN—, y de forma casi simultánea, por la entrada en la producción de series de ficción de las cadenas de cable, que hasta ese momento vivían de repetir los contenidos de las tres cadenas principales o de la emisión de películas de todo tipo.
El máximo exponente es Home Box Office —HBO desde 1981—, una cadena de cable premium que vive de las suscripciones de sus abonados. Gracias a su apuesta por una televisión de calidad, se ha convertido en el santo grial de muchos seriéfilos, que adoran y veneran casi todos los productos que empiezan con el ruido de nieve en la pantalla y la aparición del logo.
El crecimiento y las series de HBO han sido objeto de innumerables artículos. Por eso, continuando con mi tendencia a hablar de series fuera del ámbito anglosajón, este artículo va a comentar la estrategia de expansión mundial de la HBO, con la creación de sus filiales por todo el mundo y a presentar alguna de las series más emblemáticas de esos mercados emergentes.
La estrategia de expansión del grupo
HBO fue la primera cadena por cable que empezó sus emisiones vía satélite en 1975, para entrar en el campo de la producción cinematográfica emitiendo su primera película propia en 1983, The Terry Fox History, y su primera serie de ficción propia también ese mismo año, Phillip Marlowe, private eye.
En 1989 fueron otra vez pioneros, esta vez crearon un canal especialmente dirigido a los hispanos de EEUU, con toda la programación en español, doblada o comprada en México, Colombia o Argentina, que llamaron ‘Selecciones en español de HBO y Cinemax’. En 1991 suscribió un acuerdo de fusión con el operador de cable venezolano Omnivisión, para lanzar la primera cadena de cable premium (con suscriptores) de Latinoamérica, con el nombre oficial de HBO Olé (el acrónimo corresponde a Home Box Office/ Omnivision Latinoamerica Entertainment).
La cadena siguió su expansión por Latinoamérica creando nuevos canales multiseñal tanto de la cadena madre HBO, como de su filial Cinemax, hasta que en 2000 decidieron cambiar el nombre de HBO Olé por el actual de HBO Latinoamérica y cuatro años después decidieron apostar por la ficción original, como veremos más adelante, con su primer estreno en 2004.
Su estrategia de expansión siguió por los mercados emergentes asiáticos creando su filial HBO Asia en 1993, que durante veinte años se dedicó únicamente a emitir las señales de la matriz estadounidense, entrando en China en 2004, pero con una programación fuertemente censurada, en especial en lo referente al sexo, lo que obligaba a editar las series reduciendo su contenido erótico, para que las conservadoras autoridades de los países permitieran su emisión. En 2013 entraron en el apartado de la producción propia, como veremos más adelante.
Para completar su expansión mundial, HBO fijó su siguiente objetivo en los mercados del Este del Europa, recién salidos de la dominación soviética, donde la penetración de unos nuevos canales de calidad, destinados a la creciente burguesía y nuevos ricos, era mucho más factible que entrar en los mercados occidentales, ya consolidados y maduros, tanto desde el punto de vista de calidad como de hábitos de consumo.
«Para completar su expansión mundial, HBO fijó su siguiente objetivo en los mercados del Este de Europa, recién salidos de la dominación soviética»
Su primera pica fue en Hungría, donde crearon su primera filial en 1991 y siguieron expandiéndose por el resto de países de la zona, hasta alcanzar actualmente once países, que constituyen todos los de la región. La lista de países de HBO Europa no contiene ni a Albania ni a los países provenientes del desmembramiento de la URSS, que son la gran asignatura pendiente del gigante norteamericano, excepto Moldavia, debido a su gran influencia rumana.
De forma análoga a la filial asiática, ha empezado recientemente a producir series originales, estrenando la primera en 2013.
La última pieza de la expansión en Europa, ha sido la creación de sus filiales HBO Nordic y HBO Netherlands en 2012, como estrategia de entrada en los países occidentales, aunque por ahora se limitan a emitir los productos originales estadounidenses, su intención es desarrollar series de ficción en ambas zonas geográficas a medio plazo.
Cabe mencionar su filial canadiense HBO Canadá, creada en 2008, que funciona básicamente como una plataforma para la emisión de los estrenos estadounidenses, pero que debido a la ley de cuotas televisivas canadienses, que obliga a emitir un porcentaje de producciones locales, recurre a la trampa de comprar producciones de otras cadenas o productoras para emitirlas por primera vez, y así cumplir la ley.
Tras este largo preámbulo vamos a presentar cada una de las filiales y lo que más nos interesa, sus series de ficción originales, que son una forma muy interesante de conocer miradas diferentes a la omnipresente cultura anglosajona.
HBO Latinoamérica: la apuesta por un producto diferente
La filial latinoamericana de HBO es sin lugar a dudas la más importante a nivel de cantidad y calidad de producción, principalmente porque es la que lleva emitiendo productos originales desde hace más tiempo.
El target de la filial es claramente las clases altas y adineradas de todos los países al sur de los Estados Unidos de América, que están dispuestas a pagar un dinero extra para acceder a las producciones estadounidenses tanto de cine como de televisión y, no nos engañemos, diferenciarse del resto de la población en el capítulo del entretenimiento, que se debe contentar con los culebrones que forman la dieta casi exclusiva de las cadenas de la región.
Una vez fidelizados con sus series americanas, decidieron en 2003, dar el paso adelante y empezar a producir ficciones locales, atrayendo al mejor talento local que pudieran obtener, dotándoloas de unos presupuestos generosos y en formatos de series cortas con principio y final muy definidos.
Las series tienen como denominador común una producción lujosa, una estética muy cuidada tanto en el vestuario como en el despliegue de escenarios donde se desarrollan, con abundantes escenas de sexo y violencia, que se pueden mostrar al tratarse de un canal codificado y de pago, buscando siempre esa identificación de las clases efluentes con lo que ven en la pantalla.
Otro factor importante fue la entrada en vigor en Brasil de leyes proteccionistas que obligaban a que una cuota de la programación fuera original y local, para ayudar a la industria nacional. La magnitud de su mercado les acabó de convencer para empezar a encargar sus primeras series originales, en las que desde el principio ha llamado la atención la escasísima representación de la población de color del país, siendo casi todos los personajes de raza blanca y aspecto impoluto.
La serie que rompió el hielo fue una producción argentina, Epitafios, que se estrenó en 2004, una brillante serie de suspense en la que un policía retirado intenta capturar a un brutal asesino que anuncia sus próximos crímenes dejando pistas en epitafios enigmáticos publicados en los diarios. Podéis ver el tráiler a continuación:
«Con ‘Mandrake’, Brasil demostró que podía producir series de calidad fuera del formato de la telenovela’
La gran calidad de la serie, con actrices conocidas como Cecilia Roth, la llevó a ser distribuida por medio mundo, incluyendo la española Canal Plus, aunque en nuestro país pasó muy desapercibida. La serie duró dos temporadas de 13 episodios cada una y su emisión no sería una mala opción para algunos de los canales temáticos existentes.
En paralelo se gestó la primera serie brasileña, Mandrake, basada en los best-sellers escritos por Rubem Fonseca, sobre un abogado criminalista de Rio de Janeiro especializado en casos de chantaje de las grandes esferas de la capital carioca, pero mezclando hábilmente el drama con toques de comedia.
Sus dos temporadas cortas de ocho y cinco episodios, estrenadas en 2005 y 2007 respectivamente, fueron un auténtico bombazo en Brasil, y demostraron que podían realizar series de gran calidad y prestigio fuera del formato de la telenovela habitual.
Una vez introducidos en el mercado de habla castellana y portuguesa, las producciones que les siguieron mantuvieron el marchamo de calidad. En Brasil encadenaron grandes series como Alice, sobre un chica de pueblo que llega a Sao Paulo para descubrir la gran ciudad; Preamar, la historia de un banquero responsable de un fraude piramidal que debe buscarse la vida en la playa de Ipanema; o Hijos del Carnaval, sobre una familia que regenta una lotería ilegal en el submundo del carnaval carioca.
El tercer país protagonista fue México, que vio como en 2008 se estrenaba el drama carcelario femenino Capadocia, una versión femenina del éxito de la HBO Oz, con el hilo de una mujer acomodada que de forma circunstancial se ve metida en plena vorágine carcelaria, tan cruda y salvaje como la versión masculina con violencia y sexo por doquier. Sus tres temporadas fueron todo un éxito y asentó a la HBO en el campo de la ficción original en los tres países principales latinoamericanos.
El siguiente paso fue iniciarse en el campo de la comedia en su laboratorio brasileño con la serie Mujer de Fases, que describía los esfuerzos de una alocada treintañera por encontrar al hombre de su vida, o FDP (filho do pute) una comedia sobre un arbitro brasileño de primera división y sus esfuerzos para poder pitar en el Mundial de 2012 en su país, con resultados más discretos en ambos casos.
«Por encima de todas ellas destaca la chilena ‘Prófugos’, del realizador Pablo Larraín»
Debido a las quejas de la escasa diversidad étnica de sus series, HBO produjo dos ficciones sobre los problemas de los inmigrantes para adaptarse a la realidad brasileña en sus dos grandes conurbaciones, llamadas Destino: Sao Paulo y Destino: Rio, emitidas en 2012 y 2013, y con el claro objetivo de lavar su imagen exclusivamente blanca hasta la época.
Dejando de lado las series de alto contenido erótico como Sexo Urbano o Roommates, destinadas al público adulto y emitidas mas allá de la medianoche, en la actualidad su nivel de producción de series en emisión es muy elevado. Empezando por las brasileñas O Negocio, sobre un grupo de prostitutas que decide independizarse y montar su propio negocio y PSI, las aventuras de un psicólogo poco convencional en Sao Paulo. Su vertiente mexicana la tienen bien cubierta con Sr. Ávila, las historias de una asesino a sueldo profesional que utiliza una funeraria como tapadera en una gran muestra del humor macabro mexicano.
Pero por encima de todas ellas destaca la chilena Prófugos, que ha unido lo mejor y más florido de Chile delante y detrás de las cámaras, empezando por el realizador Pablo Larraín, ganador del Oso de Plata en Berlín con El Club, mostrándonos de forma trepidante la huida de cuatro prófugos por toda la longitud del alargado país, con una espectacularidad en las escenas de acción impresionante.
Los proyectos en curso para este año son muy interesantes, destacando sobre todo la brasileña Magnifica 70, sobre la producción de una película pesudoerótica de bajo coste en los años 70. La uruguaya El hipnotizador, con Leonardo Sbaraglia como especialista que hipnotiza a las personas por encargo para descubrir sus más íntimos secretos, y la mexicana Dios Inc, sobre el mundo de las sectas religiosas televisivas.
HBO Canadá: bajo la sombra del hermano mayor al sur del paralelo 48
La segunda zona por orden cronológico en producción de ficciones propias fue la filial canadiense de HBO. Pero en este caso, a diferencia de las demás, es por un tema estrictamente legal, para cumplir la cuota de producción que exigen las leyes canadienses para tener la licencia de emisión.
El truco que han utilizado ha sido la fusión de dos canales, The Movie Network y Movie Central, para emitir con algo de antelación sus series y películas propias que no son producidas directamente por HBO y que les sirve para cumplir la ley.
La verdad es que las series de HBO Canadá apenas son conocidas fuera de su país de emisión, porque su nivel es bastante ínfimo y nombres de series de ficción como Bloodletting & Miraculous Cures, Good Dog, Good God, Less than kind, Living in your car, The Yard o Funny as Hell, no han pasado precisamente a enaltecer la gloriosa escudería de series de HBO y son la prueba de que la basura televisiva es común a todos los países e incluso a las cadenas.
La única excepción que presenta algo de interés es Call me Fitz, una comedia de humor muy negro sobre un vendedor de coches usados que es un auténtico cabronazo y que ve su comportamiento alterado por la llegada de un nuevo vendedor que es la bondad personificada. Ganadora de los premios canadienses a la mejor comedia y al mejor actor protagonista, un famoso que seguro que vais a reconocer en cuanto veáis el tráiler de la serie.
HBO Europa: en el lugar justo en el momento adecuado
Como hemos indicado en el prólogo, la entrada de HBO en el mercado del Este de Europa de forma simultánea al resto de operadores, la ha colocado en una cierta posición de privilegio en los mercados emergentes, con especial atención a las clases medias-altas y las nuevas fortunas que han ido surgiendo en estos países.
«El primer acierto de HBO Europa fue la checa ‘Hořící keř’ (Burning Bush), de Agnieszka Holland»
Por ello, no es de extrañar que tras su asentamiento en la zona, decidieran seguir la estrategia utilizada en Latinoamérica, de iniciar las series de producción propia con unos standards similares de producción, atrayendo el mejor talento posible de cada país y aprovechándose de la baja calidad de las televisiones locales, trufadas de copias de realities y de culebrones de toda condición y pelaje.
Su primer intento acertó plenamente en la diana con la checa Hořící keř, (Burning Bush) en su traducción inglesa, un relato impactante que narra la historia real de Jiri Palach, un estudiante checo que se inmola frente a las tropas soviéticas en la ocupación de Praga en el año 1969 y de la lucha posterior de su abogada Dagmar Buresova, en un juicio contra los ocupantes soviéticos.
Realizada por la prestigiosa cineasta polaca Agnieszka Holland, que saltó a la fama por su gran película Europa Europa del año 1990, y que en el campo televisivo ha dirigido el episodio piloto y el final de Tremé.
Los siguientes esfuerzos del gigante se encaminaron en hacer nuevas ficciones en otros países, y de esta forma han estrenado dos producciones de elevado nivel de calidad, la polaca Wataha y la rumana Umbre.
Wataha (La manada), narra la historia de un remoto puesto fronterizo en medio del bosque entre Ucrania y Polonia, donde empiezan a suceder cosas inexplicables y que deben resolver los aduaneros del puesto sin ayuda exterior, debido al aislamiento en que viven. Bellísimamente filmada y con escenas impactantes de miedo y terror, es otro excelente ejemplo de lo que puede llegar a hacerse si aunamos talento local y un presupuesto generoso.
En cambio, la rumana Umbre (Sombras) tiene un componente mucho más urbano. Un taxista que se gana un sobresueldo ayudando a un mafioso local se ve metido en un asesinato del que ya no puede dar marcha atrás y entra en su descenso particular al infierno. Inspirada en la serie australiana Small time gangster, es una serie dura y lujosamente realizada, además de ser otro buen ejemplo de las series de calidad que se hacen en bastantes países.
En paralelo, han realizado tres versiones locales del éxito mundial En Terapia, adaptando los casos y los personajes a las características locales en Polonia, Hungría y Rumanía, y han encargado una versión checa de la serie noruega Mammon para producirla este año, por lo que es una filial a seguir muy de cerca en los próximos años.
HBO Asia: el mercado mayor de expansión futura
La entrada en el mercado asiático de HBO a través de su filial ha sido muy exitosa. Influenciada en gran parte por la enorme admiración hacia todo lo ‘yanqui’ que tiene la juventud del gran continente, tremendamente activa en temas tecnológicos y en redes sociales y que venera todo lo que les ofrece la matriz estadounidense.
«‘Seragoon Road’ tuvo una gran acogida pero desavenencias entre los productores no hicieron posible una segunda temporada»
Debido a estas razones y a la ingente cantidad de producción local que llena todas las televisiones nacionales tanto públicas como privadas, han seguido una estrategia conservadora en lo referente a las producciones de ficción propia. Hasta que se decidieron a probar suerte en 2013, en coproducción con la cadena australiana ABC, con la serie Serangoon Road, una excelente muestra de serie negra ambientada en el Singapur de los años 60.
La ficción muestra los turbulentos tiempos de esa época de la ex-colonia inglesa que buscaba independizarse de Malasia a través de los ojos de un empresario australiano afincado en Singapur que empieza a colaborar con una detective privada para esclarecer algunos casos que les afectan directamente a ambos.
La serie tuvo gran acogida en toda Asia y grandes críticas, pero desavenencias entre los socios productores no hicieron posible una segunda temporada por el nulo interés mostrado por HBO en continuar, debido a su preferencia por realizar sus proyectos en solitario a partir de la experiencia adquirida.
Su segunda y por ahora última producción es una miniserie de terror puro y duro realizada en Singapur, llamada Grace, de solo cuatro episodios, y que fue estrenada en Octubre de 2014, con un enorme éxito debido a la popularidad del género en toda Asia. En este caso la serie trata sobre un padre de familia que oculta un gran secreto, que amenaza a sus seres más cercanos, a los que solo puede salvar buscando su redención personal.