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The CW, tras su formación en 2006, centró su foco en captar una audiencia de mujeres jóvenes, un demográfico huérfano en la televisión en abierto de la época, e hizo su parrilla inicial con una mezcla de series heredadas de UPN y The WB – por tanto, producidas por las dos dueñas de The CW, CBS Studios y Warner Bros -.
Muy pocas lograron la renovación tras ese primer año, pero tres de ellas serían clave para crear la marca identitaria que distinguió a The CW de sus competidoras.
One Tree Hill, una serie sobre de instituto que muchos consideraban la heredera de Dawson Crece en el género, daría paso a series como Gossip Girl, Riverdale, All American, o incluso Crónicas Vampíricas, que mezclaba el género de instituto con el género fantástico – en este caso los vampiros – que tan bien le funcionó a la cadena con otra de sus series heredadas de The WB, Sobrenatural, un procedimental fantástico sobre dos hermanos que cazaban demonios y otros seres sobrenaturales que se convertiría en la serie más larga de la historia de la cadena con quince temporadas.
En sus primeros años de vida las series que pasaron de su primera temporada se pueden contar con los dedos de las manos
Por último, no existiría el Arrowverse, un universo televisivo comenzado por Arrow y compuesto por seis series – o más, si tenemos en cuenta el multiverso -, sin Smallville, un drama sobre la adolescencia de un joven llamado Clark Kent, que, spoiler, se acabaría convirtiendo en Superman.
Sin embargo, en sus primeros cinco años de vida las series que pasaron de su primera temporada se pueden contar con los dedos de las manos: las ya mencionadas Gossip Girl y Crónicas Vampíricas, Sensación de Vivir: La Nueva Generación, cuarta serie de la franquicia Beverly Hills, Nikita, basada en la película de Luc Besson, Reaper y Una Vida Inesperada, canceladas ambas tras solo dos temporadas, y la comedia deportiva The Game, que fue movida a BET tras cuatro temporadas y que ha regresado recientemente con nuevos episodios en Paramount+.
Esa crisis creativa y de audiencia llegó a su fin en 2011 con la llegada de Mark Pedowitz a la presidencia. Uno de sus primeros cambios fue la modificación del demográfico objetivo de la cadena, que pasó de ser de mujeres jóvenes, a jóvenes de ambos géneros, poniendo en desarrollo Arrow para volver a recuperar una audiencia masculina que había sido abandonada a pesar del éxito de Smallville y Sobrenatural. Sin embargo, esta captación del demográfico masculino no iba a hacer que la cadena mejorase radicalmente sus audiencias y superase a grandes como CBS o ABC.
Por ello, en ese mismo año se firmó el que se podría considerar el primer gran acuerdo del streaming: Netflix pagaría a The CW mil millones de dólares a cambio de que sus series llegasen automáticamente a la plataforma en Estados Unidos, una semana después de la emisión del final de temporada en la cadena.
Este acuerdo era beneficioso para ambas partes, por un lado Netflix, que todavía no había comenzado su producción original, obtendría en su catálogo una gran cantidad de series en exclusiva durante ocho años, y por otro lado The CW obtendría una gran cantidad de dinero gracias al cual sus series serían rentables. Además ganaría la posibilidad de que, con una segunda ventana en Netflix, sus series ganasen espectadores de una temporada a otra, algo que ocurrió con Riverdale, cuya audiencia media entre la primera y la segunda temporada incrementó de 1,7 millones a 2,1 millones, o All American, que pasó de 900.000 espectadores en su primera temporada a 1,2 millones en la segunda y 1,4 millones en la tercera.
The CW siempre había sido una paradoja. Sus series de instituto como Gossip Girl o Riverdale, su universo televisivo de superhéroes o su trilogía de vampiros iniciada en Crónicas Vampíricas eran extremadamente populares entre el público adolescente, y sin embargo, las bajas audiencias siempre dejaron a The CW por detrás del resto de cadenas en abierto, ABC, CBS, NBC y Fox. La popularidad de sus series era evidente, pero esta no se veía reflejada en los datos de audiencia. La razón es más simple de lo que parece: sus series no se veían en directo por televisión, sino en Netflix.
La gente de mayor edad ve la televisión y los jóvenes ven streaming
Uno de los datos más sorprendentes de The CW es que su audiencia media es de 58 años, algo llamativo cuando su demográfico objetivo se encuentra entre los 18 y los 34 años. La razón, generalizando y simplificando, es que la gente de mayor edad ve la televisión y los jóvenes ven streaming. The CW es una cadena para gente que no ve la televisión en televisión, lo que no quiere decir que los espectadores de sus series tengan 58 años, sino que los jóvenes que ven series de The CW no las ven en The CW, y por ello su audiencia no coincidía con su popularidad y conversación en redes.
En la última década, The CW empezó a ser conocida como la cadena que lo renovaba todo. Si una serie renovaba por una segunda temporada, tenía garantizado llegar mínimo a la cuarta. Había series que renovaban no gracias a su audiencia, sino a unas buenas críticas que daban prestigio a la cadena, siendo ejemplos de esto Jane the Virgin o Crazy Ex Girlfriend. Costaba entender, sin embargo, por qué, año tras año se renovaban series con audiencias extremadamente bajas y sin críticas especialmente buenas como Dinastía o In the Dark, habiendo incluso renovaciones antes del estreno de la temporada.
La respuesta la tuvimos cuando Nielsen comenzó a publicar sus audiencias de streaming en 2020, y Netflix las suyas propias en 2021. En ellas, series de The CW con muy bajas audiencias en abierto lograban ser las más vistas, superando incluso los números de las mejores series originales de Netflix – All American y Dinastía lograron semanas con 44 y 48 millones de minutos vistos respectivamente -.
Las series de The CW funcionan tan bien en Netflix que hasta la plataforma comenzó a hacer las suyas propias
The CW renovaba todo porque con sus visionados en Netflix le salía rentable producirlas, y emitía las series de menor audiencia hasta la cuarta temporada porque, además de que una serie tiene más valor si cuenta con final cerrado, usualmente es ahí cuando llega el momento de renovar contratos y pagar más dinero a los actores – la razón también por la que tantas series de Netflix finalizan en la cuarta temporada -.
Las series de The CW funcionan tan bien en Netflix que hasta la plataforma comenzó a hacer las suyas propias. Ejemplos como Destino: La Saga Winx, Outer Banks, La Monja Guerrera o incluso algunos de habla no inglesa como Élite o Jóvenes Altezas son series que podrían haberse emitido perfectamente en The CW. Y la plataforma incluso compró y emitió series descartadas por la cadena en su fase de desarrollo, como Insatiable o Las Escalofriantes Aventuras de Sabrina.
De hecho, era habitual que al referirse a la baja calidad de producción de una serie se dijese que parecía de The CW, pero ahora se escucha más y más decir que parece una serie de Netflix, y se podría decir que la cadena es una de las culpables de que la plataforma comenzase a priorizar la cantidad frente a la calidad y a lanzar series con bajo nivel de producción.
El comienzo de la era del streaming supuso también el principio del fin de The CW, al menos de cómo la conocemos. Ante el éxito de Netflix, y en menor medida de otras plataformas como Hulu o Prime Video, todos los estudios decidieron hacerse su propia plataforma en la que tener sus series disponibles, en lugar de vender sus derechos a terceros.
Warner, una de las propietarias de The CW, pone en marcha HBO Max, y la otra, Paramount – que tras varias fusiones adquirió CBS Studios -, Paramount+. Por ello, en 2019 se decide no renovar el contrato con Netflix, lo que supondría que las nuevas temporadas de las series que se habían estrenado durante los ocho años del acuerdo seguirían llegando allí en exclusiva, pero las que se estrenasen a partir de esa fecha llegarían a la plataforma de su respectivo estudio o serían vendidas al mayor postor. Al desaparecer tanto el dinero de Netflix como el de cadenas y plataformas internacionales – HBO Max está en casi todo el mundo, por lo que no vende sus series a otros países, sino que las incorpora a su catálogo -, las series de The CW dejaron de ser rentables y se convirtieron en simple fondo de catálogo.
Ante los rumores de una posible venta cada vez más fuertes, en mayo de 2022 The CW canceló diez series -más de la mitad de su parrilla-, dejando varias con final abierto. Algo que llevaba años sin ocurrir en la cadena y que era indicativo de que algo estaba a punto de cambiar. Unos meses más tarde, Nexstar se convirtió en la nueva dueña mayoritaria de The CW adquiriendo un 75% de sus acciones.
Es muy posible que así sea la futura programación de The CW: series pequeñas de bajo presupuesto
La cadena llevaba sin ser rentable desde 2006, año de su creación, y suponía tal pérdida económica para Warner y Paramount que no solo se la dieron gratis a Nexstar para quitársela de encima, sino que tras liquidaciones fiscales los nuevos dueños, ganaron 54 millones de dólares con la adquisición de la cadena sin gastarse ni un solo centavo.
La aparente única condición es que, en la actual temporada televisiva, la 2022-2023, emitiesen las series que ya se encontraban en producción. Sin embargo, The Flash, Riverdale, Stargirl y Nancy Drew ya han anunciado su final, y todo parece indicar que no serán las únicas, y que únicamente sobrevivirán Walker y su precuela Walker: Independence, unas series que encajan con la ideología conservadora de Nexstar.
Nexstar tiene el objetivo hacer rentable a The CW a partir de 2025, y eso es algo que no se puede hacer sin amplios recortes presupuestarios. Para encargarse de ello han nombrado nuevo presidente a Brad Schwartz, un ejecutivo que intentará hacer en The CW lo mismo que hizo en POP cuando era su presidente. POP es una pequeña cadena de cable que ganó prestigio con la emisión en Estados Unidos de la comedia canadiense Schitt’s Creek, la cual arrasó en los Emmys en su última temporada gracias a la visibilidad proporcionada por Netflix. POP se caracterizó por sus comedias de bajo presupuesto como Nightcap, Let’s Get Physical, Florida Girls o Día a Dia tras su cancelación en Netflix, y es muy posible que así sea la futura programación de The CW, series pequeñas de bajo presupuesto. Hasta ahora las series de The CW costaban dos millones de dólares por episodio, pero Nexstar pretende reducirlo a la mitad, algo llamativo si tenemos en cuenta que ya era la cadena en abierto con menor presupuesto.
En una época en que las franquicias valen oro, The CW deja en su camino muchas IP de gran valor. Gossip Girl ya cuenta con un revival en HBO Max, Sobrenatural tiene con una precuela en la propia cadena que todavía tiene opciones de sobrevivir, y otras como Riverdale o Crónicas Vampíricas acabarán regresando tarde o temprano.
Y por supuesto, una vez lleguen las inevitables cancelaciones, existe la posibilidad de que plataformas como HBO Max, Paramount+ o Netflix den nuevas temporadas a esas series. Lo que está claro es que, aunque no ha muerto, ya no será esa cadena que todos hemos amado y disfrutado, que no tenía miedo a arriesgar y experimentar, y que siempre puso a su audiencia como lo primero.
En 2006 The CW nació, en 2011 evolucionó gracias a Netflix, y en 2023 empezará una nueva vida más barata, pero ojalá igual de entretenida.