Las 5 claves del éxito de 'Masters of Sex'
La ciencia del sexo

Las 5 claves del éxito de ‘Masters of Sex’

Showtime nos pilla por sorpresa con 'Masters of Sex'.

Sexo. Una palabra que despierta muchas imágenes en nuestra mente y en nuestros televisores. Desde las estampas erótico-festivas de True Blood -reconozcamos que seguíamos la serie sólo por esos grandes momentos calenturientos- a los polvos sabidos pero no mostrados de The Good Wife, el sexo está presente en casi todas las ficciones actuales, pasadas y futuras. Sin embargo, nunca, hasta la aparición de Masters of Sex, había sido tan claramente el hilo conductor de una trama y menos enfocado desde un punto de vista científico. Y el experimento funciona bien, mucho más que eso, ha dado resultados excelentes.

«¿Qué ha hecho posible que una serie que parecía destinada a estamparse haya salido victoriosa?»

Fuimos muchos los que al leer la sinopsis de la serie protagonizada por Lizzy Caplan y Michael Sheen entornamos los ojos y suspiramos. “Esto va a ser una mamarrachada” o “Se la van a pegar” era lo primero que se nos venía a la cabeza. El argumento, que gira en torno al trabajo realizado a partir de los años 50 por el ginecólogo William Masters y su ayudante Virgina Johnson para explicar la sexualidad humana desde su vertiente fisiológica, se centraba en una historia interesante pero totalmente desconocida para el gran público. Precisamente la temática era uno de los grandes riesgos de esta producción: la posibilidad de caer en el abismo del ridículo estaba presente desde el momento de su estreno. Para sorpresa de todos, la serie, basada en el libro de título homónimo, ha conseguido sortear los peligros de adaptar a la pequeña pantalla la evolución del estudio científico y sus responsables y se ha convertido en uno de los grandes descubrimientos del último tramo de 2013.

¿Cuáles son las claves de su éxito? ¿qué ha hecho posible que una serie que parecía destinada a estamparse haya salido victoriosa?

1. El morbo justo

El estudio de Masters & Johnson lo tiene todo para dar rienda suelta al morbo y, de hecho, sería el camino más fácil. Por suerte parece que se ha impuesto esa teoría que reza que los más fácil no es siempre lo mejor y los responsables de la serie han optado por mostrar las relaciones sexuales, tanto las ligadas al estudio como las de la vida diaria, de una manera elegante y huyendo del festival de carne. Las complejidades y paradojas de la sexualidad humana son retratadas de una manera directa sin caer en la vulgaridad.

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2. Lizzy Caplan, la mujer perfecta

A simple vista la actriz californiana no parecía la elección más evidente para interpretar un personaje de época, aunque sea de un pasado reciente. Su imagen, vinculada sobre todo al mundo indie, nos impedía imaginárnosla como esa aspirante a científica de pasado disoluto de los años 50. Nuestros prejuicios se rompen desde el episodio piloto. La actriz sabe darle a Johnson un halo de icono desde el primer minuto y nosotros nos olvidamos de golpe del rollo “guay-moderno” que siempre ha marcado la imagen pública de Caplan. La ficción juega a su favor: el libro en el que se basa la serie está escrito desde el punto de vista de Johnson y por tanto da una imagen mucho más favorable de ella que de su compañero.

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3. Michael Sheen da forma al interrogante Masters.

Cuando el actor británico no está ganando cuatro perras con productos adolescentes como la saga Crepúsculo, demuestra ser un gran intérprete. En Masters of Sex realiza un trabajo muy mesurado y sutil, bregando con un papel que de buenas a primeras cae antipático pero que le sienta como un guante (no en vano Sheen es también productor de la serie). William Masters se presenta como un gran interrogante, no sólo para el espectador sino también para el resto de personajes, y Sheen es capaz de aportar los matices necesarios para ir revelando poco a poco qué se esconde tras su personalidad de tintes misántropos y sus obsesiones científicas. Su interpretación reclama premio y parece diseñada para entrar en la liga de los papeles dramáticos de relumbrón.

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4. La química entre Masters & Johnson

La dinámica entre los dos protagonistas es uno de los grandes atractivos, el motor que excita nuestra imaginación a medida que avanza la serie. Si sois de los que no podéis vivir con dudas, seguramente ya habréis hecho pesquisas por la red para saber qué pasó con ellos. Da igual que ya sepamos la respuesta a una de las grandes preguntas de la serie, como se suele decir, el camino hasta el destino es la mejor parte del viaje. En este caso es una de las delicias más grandes del nuevo drama de Showtime.

Episode 101

5. Cuando los secundarios no son simples comparsas

Con dos protagonistas tan potentes había el riesgo que los secundarios quedaran como simples comparsas de relleno. Sin embargo, Michelle Ashford, creadora de Masters of Sex, ha dotado a cada uno de ellos de una personalidad y una historia con entidad, eligiendo a grandes actores para interpretarlos. Tramas que avanzan paralelas al estudio de Masters & Johnson y que nos ayudan a entender de una manera más gráfica y tangible cómo se concebía el sexo y el amor, dos aspectos que, como bien nos enseña la pareja de investigadores, no tienen necesariamente que converger.

Episode 106

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