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En 'Laëtitia o el fin de los hombres' Sophie Breyer (Izq.) interpreta a Jessica Perrais y Marie Colomb a Laëtitia Perrais.
Jean-Xavier de Lestrade, el cineasta francés ganador de un Oscar por el documental Un coupable idéal y conocido por la docuserie ‘true crime’ The Staircase, regresa al género de ficción con Laëtitia o el fin de los hombres para abordar un terrible feminicidio que trastocó todos los estamentos de la sociedad francesa hace una década.
El director firma una impecable serie de ficción que pone de relieve la necesidad de alejarse del sensacionalismo y dar el protagonismo del relato a las víctimas. Un caso real muy mediático y crudo, que sirve a Jean-Xavier de Lestrade para hacer una radiografía de la violencia enquistada en nuestra sociedad.
A lo largo de los seis episodios de Laëtitia o el fin de los hombres, todos los pormenores de la vida de Laëtitia Perrais y su entorno, toman protagonismo para acercarnos a una cruda realidad: el ciclo constante de violencia en el que crecen tantas mujeres desde edades muy tempranas. Hemos podido charlar con el cineasta, con motivo del estreno en exclusiva en Filmin de su nueva serie:
Pregunta: Tanto el libro como la serie exploran el papel de los distintos estamentos de la sociedad en relación al crimen de Laëtitia. ¿Qué crees que debemos aprender como sociedad de un caso como éste?
Respuesta: Es una pregunta complicada porque de hecho, lo que a mi me interesaba no era el asesinato de Laëtitia en sí mismo, sino lo que se escondía detrás del mismo. La vida de Laëtitia y su hermana gemela Jessica era mucho más interesante para mí. Así como también la vida del asesino, Tony Meilhon. Ya que para la serie era muy interesante explorarla, aunque fuera solo un poco. Por supuesto, cuando miras la vida de estas tres personas, descubres un mundo irrigado diariamente por la violencia. Es casi una violencia invisible en la que la gente está inmersa. Para mí, Laëtitia o el fin de los hombres es más bien una exploración del origen de la violencia que no tanto del hecho violento en sí.
«Como cineasta, mi intención es ir más allá del espectáculo y el sensacionalismo y encontrar el porqué sucedió un crimen así».
Por supuesto la pregunta principal es “¿Realmente protegemos a aquellos que deben ser protegidos? Especialmente los menores de edad. Si miras la vida, tanto de Laëtitia como Tony Meilhon, tuvieron una infancia similar. Fueron víctimas del mismo tipo de violencia, con un padre muy violento. Por eso creo que llegado el momento, Laëtitia decidió desgraciadamente irse con él la noche que fue asesinada. En cierta forma reconoció en Tony Meilhon, a un infante que también fue abusado.
P: Por desgracia, el caso de Laëtitia es similar al de otros feminicidios en países del llamado “primer mundo”. Aquí en España hemos tenido casos parecidos a nivel de impacto mediático. ¿Qué crees que hace especial este caso?
R: Lo primero que llama la atención de los medios en este tipo de casos es el hecho del asesinato. Y normalmente, cuando pensamos en la víctima, pensamos en la forma en la que fue asesinada. Y no en la forma en la que vivió y en quién era. En el caso de Laëtitia era obvio.
En su momento, en 2011, cuando sucedió el caso en Francia, la atención mediática fue tan enorme que todo el mundo conocía los detalles atroces de su muerte. Sin embargo, nadie sabía qué tipo de adolescente era: una chica amable, soñadora y maravillosa. Conocíamos mucho más sobre el asesino, incluso tiene una entrada en Wikipedia. Pero Laëtitia, no. Y realmente yo quería devolver el relato hacia ella.
P: Sus obra generalmente se aleja del sensacionalismo y en Laëtitia o el fin de los hombres es muy evidente el respeto hacia la víctima, que pasa a ser protagonista total de su relato. ¿Es importante encarar así una historia como esta?
R: Sí, por descontado. La naturaleza de estos casos tan terribles hace que el público y los medios de comunicación se fascinen por los elementos más morbosos. Como cineasta, mi intención es ir más allá del espectáculo y el sensacionalismo y encontrar el porqué sucedió un crimen así.
«En una democracia moderna tienes que proteger a las personas que más lo necesitan, en especial la infancia. No creo que hayamos progresado mucho en este aspecto en Francia».
Y por supuesto, mi empeño está en conseguir que veamos a Laëtitia no como una víctima, porque ella es mucho más que eso. Para mí, su vida y la de su hermana gemela Jessica, son vidas heroicas. Están marcadas por las muchas tragedias que sufrieron desde pequeñas y que fueron superando como heroínas. Eso para mí era muy importante.
P: Pese a ser un caso muy conocido en Francia y del que es fácil informarse en internet, en la serie has optado por una narración no lineal, que va dando saltos en el tiempo y nos presenta toda la historia en forma de puzle. ¿Cómo llegó a esta decisión narrativa?
R: Se trata de dar un nuevo sentido a lo que pasó. Siempre di mucha importancia a que la familia de ellas estuviera involucrada en el proceso de creación de la serie. Así, recuerdo que, en la sala de montaje, enseñé toda la serie a los tíos de Jessica y Laëtitia. Y al final, el tío me dijo: “No he aprendido nada nuevo de lo que estás contando. Ya lo sabía. Pero creo que ahora entiendo mucho mejor lo que nos ocurrió”.
Eso es lo que buscaba con esta forma de presentar la narración. La construímos alrededor de tres líneas temporales diferentes: el presente, la vida de Laëtitia y Jessica y el día del asesinato. E ir a través de estos tres tiempos es una manera de confrontar hechos. De dar a la audiencia elementos para entender el conjunto del caso. De una forma, las tres líneas temporales hablan entre sí. En una serie como esta tienes que lanzar cuestiones al espectador. Quien mire la Laëtitia o el fin de los hombres, en cierto modo, tiene que poner de su parte para participar de la reflexión.
P: He leído que comparas el libro original de Ivan Jablonka con Los Miserables de Víctor Hugo. ¿En qué se parecen? ¿Y en qué crees que no ha cambiado tanto Francia desde la novela de Víctor Hugo?
R: En cierta manera, la vida de Laëtitia y Jessica no son muy distintas a la de los personajes de Víctor Hugo en 1862. La violencia que existe en la vida de Laëtitia y Jessica, la manera en la que se comportan los adultos, la forma en la que son tratadas, a mi parecer, no distan mucho de lo que describió Víctor Hugo en su libro.
Por supuesto, en una democracia moderna tienes que proteger a las personas que más lo necesitan, en especial la infancia. Pero no creo que hayamos progresado mucho en este aspecto en Francia. Tenemos muchas leyes, iglesias, centros de acogida, pero realmente no estamos consiguiendo proteger a los más necesitados de protección. Por descontado, muchas cosas han cambiado desde el siglo XIX, pero no tantas como deberían.

A la derecha de la imagen, el director Jean-Xavier de Lestrade junto a Michael Petersen, el protagonista de ‘The Staircase’.
P: Tu carrera se ha desarrollado mucho dentro del género del ‘True Crime’. ¿Por qué cree que los ‘True Crime’ fascinan tanto al público actual?
R: No es tanto que sea un fenómeno nuevo. Si echas un vistazo a los periódicos de otras épocas, los crímenes violentos están en todas partes. La fascinación del público por este tipo de historias viene de lejos.
«Como cineasta, mi mayor preocupación es no añadir más dolor a la tragedia de los protagonistas reales».
Lo que es nuevo, creo, es la manera de contarlas. La manera en la que utilizamos el drama y la narrativa para contar estas historias hoy en día, es muy potente. Especialmente en el formato documental. Por eso las plataformas están llenas de este contenido.
P: ¿Qué diferencias has encontrado entre hacer una obra de ficción como Laëtitia o el fin de los hombres a una obra documental como The Staircase? ¿En qué cambia tu trabajo?
R: Quería contar la historia de Laëtitia, pero era imposible, a mi entender, hacerlo en un documental. Por desgracia está muerta y además, teníamos muy pocas imágenes de su vida. Así que para darle a Laëtitia su historia, su relato, tuve que irme hacia la ficción. También creo que con la ficción podíamos alcanzar a un público más amplio.
Sin embargo, la forma de trabajar no cambia mucho entre ficción y documental. Durante la fase de escritura y documentación, trabajé como lo he hecho en documentales. Me entrevisté con jueces, testimonios e investigadores. Me leí el sumario de 2000 páginas del caso y tuve acceso a todo el material documental existente.
En este sentido, la diferencia es poca. Pero la gran diferencia como cineasta, sin duda, es que al realizar este tipo de proyectos en el que las personas afectadas siguen vivas –el caso de Laëtitia es muy reciente–, no quieres añadir más dolor a sus tragedias. Y esa fue mi principal preocupación con la serie. Tener mucha cura con ellos y especialmente con Jessica.
P: Para terminar, y por pura curiosidad, ¿estás involucrado de una forma u otra en el remake en ficción que Hollywood está preparando de The Staircase?
R: Un poco. He estado en contacto con el showrunner, Antonio Campos, desde que él empezó con la idea del remake, hace casi diez años. Ahora por fin se convertirá en una serie de ficción para HBO. Me he reunido con él muchas veces y le he dado acceso a mis materiales y archivos. Hemos hablado mucho del caso real pero no estoy involucrado en ningún aspecto creativo de la serie.
P: Muchas gracias por atendernos y por el excelente trabajo con Laëtitia o el fin de los hombres.
R: Gracias a vosotros, ha sido un placer charlar de la serie.
Escrito por Guillem F. Marí en 25 mayo 2021.
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