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Una serie tiene su fin, y tiene que tenerlo. Todas y cada una de ellas. Tenga un misterio final o no, nada dura eternamente, y es un favor para todos que algo se acabe cuando le llega el momento.
Nadie se salva, no lo hizo El cor de la ciutat y no lo harán Los Simpson. Y ¿cuándo recordamos una serie como buena? Cuando ha tenido un final digno, uno que haga honor a todo su recorrido y no se quede en un bajón. No se puede comenzar una serie con uno de los pilotos más caros de la historia estampando aviones en islas y acabarla con un agujero en una roca de cartón-piedra, y en eso se ha quedado ahora Lost, en espectadores aún debatiendo ese final y no la inmensidad de sus tramas. Si un piloto ya debe ser espectacular para captar audiencia, el final tiene que ser lo siguiente, emotivo, que la gente odie al productor en cuestión por acabarla, un final a lo Breaking Bad. También Justified se acabó por decisión creativa. No queremos más finales Lost por aquí, queremos finales dignos y épicos y en el momento oportuno.
«You either die a hero, or you live long enough to see yourself become un culebrón.»
Te miro a ti, Homeland. Una serie con unos inicios magníficos, con giros de guión constantes que movían la trama de tal manera que en la primera temporada Brody es diez veces bueno y otras tantas malo malísimo, hasta el cliffhanger hacia la segunda donde ya empieza a retorcerse la cosa. Pero cuela. Cuela hasta la tercera donde ya nada tiene sentido, vemos a Brody en contadas ocasiones ya que se supone que no era un protagonista de la serie pero, ¿cómo no va a serlo si lo hemos tenido dos temporadas en el punto de mira? En unos inicios Brody sólo tenía que salir en la primera y dejar la serie a Carrie, pero le vieron gancho y siguieron en ello. Pues bien, ahora para el espectador la serie ya es tan suya como de Carrie; Homeland no es un procedimental de una agente de la CIA, es la relación entre ellos, de amor y odio, de vida y muerte. (SPOILER ALERT) Y es la muerte lo que los separa, y lo que debería dar la serie por acabada. ¿Necesitamos a Carrie en Istambul? ¿Queremos saber qué hará? No especialmente. Carrie no persiguiendo a Brody será otra serie, no será Carrie sin que nadie le crea, esos eran los buenos tiempos. Ahora (probablemente) serán sólo las aventuras y las desventuras de Carrie con el hijo de Brody en un país nuevo con un malo malísimo nuevo que dejará a Abu Nazir como un juego de niños, y así podremos seguir hasta que dure la audiencia.
Pero desgraciadamente este mundo es así de cruel, y hay otros casos de cadenas y productores que no aceptan que debe acabarse su querida serie, fuente de tan elevadas audiencias. Es el clarísimo caso de How I met your mother, que al haber ya agotado todos los recursos tras hacer más temporadas de las que debían y acercarse a una fecha donde si Ted y la madre no se conocieran habría un salto temporal con el nacimiento de su hija, han aceptado por fin cerrar esa etapa. Pero ¡atención! Sólo para abrir otra, con How I met your father. Eso no es un spin off, es una copia barata de sí mismos por no aceptar que esa etapa debe cerrarse, y no acabar de destrozar la memoria de How I met your mother, que mucha gente rechazó sólo por el hecho de no acabarse nunca. Ha llegado su hora, y por eso este homenaje a toda la serie que es la última temporada. Por lo menos tanto tiempo y tanto bajar el nivel de guión da para cerrarla bien.
«Una serie que lo pasa mal toda su vida, pero no se cancela, se acaba dignamente»
A todos esos casos de series eternas, aprended de las sufridoras. Series buenas que no gozaron de tanta fama pero que aguantaron hasta el final. Las series caídas que tuvieron que luchar cada temporada por aguantar en antena y ser renovadas, las que sólo aguantaban porque, aun teniendo audiencias desastrosas, iban mejor que otras, o esas que no veía nadie pero la crítica adoraba. Algunas cayeron por el camino pero, ¿qué mejor que una serie que consigue el final que le da sentido al conjunto? Una serie que lo pasa mal toda su vida, pero no se cancela, se acaba dignamente. No lo consiguió Firefly y se hizo notar el enfado de sus fans. Pero sí lo consiguió 30 Rock, lo consiguió Fringe y Community (six seasons and a movie!); lo pueden conseguir otras.
¿Y por qué acabar con algo que funciona y nos gusta? Por una razón obvia, para que no llegue el día en que deje de gustarnos, que cambie la serie, que cambiemos nosotros, que no recordemos la serie por lo que fue sino por lo que se ha convertido, por no tener que hacer el esfuerzo. Para no ver cómo esa serie que tanto conocemos y queremos se convierta en una copia absurda de sí misma, y sino ¿qué es lo que le ha pasado a Los Simpson? Sus tramas están ya tan liadas entre sí que no va a más. Sus guionistas están intentando encontrar puntos sin conectar. “¿Qué pasaría si liáramos a Karapabbel y Ned Flanders?” “¿Qué animal no ha tenido Bart aún?” Por suerte sólo hay una cosa que nunca podrá tener: un dinosaurio.