Festival de Göteborg: el paraíso del nordic noir
TV Drama Vision - Festival de Cine de Göteborg

El paraíso del nordic noir

Las series nórdicas están de moda. ‘The Killing’ antes fue ‘Forbrydelsen’, al igual que ‘The Bridge’ nació como ‘Bron/Broen’. Que no nos engañen. Crónica del TV Drama Vision de Göteborg, la cuna del género negro. ¡Viva Escandinavia!
Midnights Göteborg betu martínez serielizados

La palabra “paraíso” según el Antiguo Testamento (qué mal empieza esta crónica) es el jardín de las delicias donde Dios colocó a Adán y Eva. Si cambiamos Dios por NRK, DR o SVT (las cadenas públicas de Noruega, Dinamarca y Suecia) y Adán y Eva por Forbrydelsen y Bron/Broen estaremos hablando de que el jardín de las delicias de las series de televisión se encuentra en el norte de Europa, en Escandinavia. Una muestra de cómo la televisión pública y también la privada apuestan no solo por hacer ficción potente, sino por abanderar y exportar como nadie el noir. SU género. Ya lo habían hecho con la literatura y ahora ya se puede decir que se han convertido en los ases del noir europeo seriéfilo.

BioPalatset Göteborg betu martínez serielizados

BioPalatset, sede del Congreso

El paraíso donde se reúnen productores, actores, distribuidores, guionistas, realizadores, en definitiva, toda la industria de TV nórdica se encuentra en el TV Drama Vision de Göteborg (Suecia) durante los días 1 y 2 de febrero. Una ciudad recordada por muchos (sólo uno) como el lugar donde un jugador del Barça, Pichi Alonso (éste es el que lo recuerda cada vez que tiene la oportunidad) marcó tres goles en un partido de fútbol del año de la catapún, en no sé qué categoría, pero diría que la UEFA o la Copa de Ferias. Perdonad este momento Jimmy Jump que se acaba de colar en el texto.

Volviendo a lo importante. Este congreso que nació en 2007 está enmarcado dentro del histórico Festival de Cine de Göteborg, con 40 ediciones ya, y está pensado para alimentar la coproducción y para generar vínculos entre todos los productores y creadores de series del norte de Europa. Es la cumbre más importante de la TV nórdica, donde nacen y empiezan a cocinarse las nuevas series. Göteborg, una ciudad tranquila con calles decoradas a lo Roca Village, se prepara para recibir a las mentes de los guionistas y productores más oscuros y perturbadores, que solo piensan en relatar historias llenas de sangre, muertos y misterio en medio de un ambiente gélido. Y allí en medio, entre el malrollismo y el escenario congelado estaba yo, el único mediterráneo en la sala.

Saliendo del aeropuerto hacia el centro neurálgico del TV Drama Vision, compartí asiento en el coche con un productor checo de cine europeo, que tardó dos segundos en decirme: «yo vengo aquí porque creo que las series están matando el cine y tengo que saber de qué va todo esto. Tengo que serializar mi empresa. Tengo que adaptarme.” Un primer encuentro casi de risa, teniendo en cuenta que el señor se dirigía a un congreso repleto de expertos en series de televisión, pero también una observación muy honesta y significativa: las series están haciendo virar la industria. Abran paso, señores.

Llegamos a Biopalatset, la sede del Congreso. Un edificio que desde fuera parecía un casino de pueblo, pero una vez entrabas y no olías el combo de hedores clásico de humo+whiskey+sudor+cobre, sabías que no estabas en un espacio destinado a lavar dinero proveniente del tráfico de coca, sino en una planta con diferentes salas, mesas, sillas y muchos croissants y agua con pepino. Todo listo para el atraco-a-tarjeta-armada-a-lo-American-Psycho, es decir, al Networking: una manada de 300 afortunados con una acreditación que les daba licencia para meterle la chapa a Ivar Kohn, responsable de drama de la televisión pública noruega (Skam, Nobel) o a Anne Thomopoulos, productora de seriones de HBO como Oz y Roma, entre otros mandamases.

anne thomopoulos Göteborg betu martínez serielizados

Dos días llenos de charlas, adelantos de lo que va a venir el próximo año y presentaciones de proyectos que buscan financiación. Todo en un ambiente muy ameno gracias a su presentadora-moderadora-entrevistadora: Andrea Reuter. Un todoterreno de mujer que se comía el escenario. La auténtica alfombra roja del Festival. Lejos del hieratismo nórdico, Andrea, la Mick Jagger de los moderadores, consiguió que un congreso industrial no fuera ni aburrido, ni poco dinámico, ni redundante. Perdonad por tanto elogio, pero realmente me sorprendió su capacidad de improvisación y el savoir faire constante, sacando de su zona de confort sin incomodar a ponentes del nivel de Hanne Palmquist, vicepresidenta de HBO Nordic o Gudrun Guddings, productora ejecutiva de la industria de Hollywood. Moderar a personajes tan educados, y a veces algo encorsetados en su papel de representante institucional, hablando de temas profesionales con tono de colegueo me pareció heroico, como mínimo.

El primer día de congreso pintaba bien. En aquel coche donde había conocido al distribuidor pureta y honesto de cine europeo, una mujer de unos cuarenta años, que viajaba en el asiento del copiloto, estuvo girándose y mirándome con cara de mala leche, no sé si porque iba más abrigado que un esquimal o porque mi bigote le resultaba demasiado robusto. El hecho es que me auscultaba de forma hostil. Algo no iba bien. Yo le pregunté qué hacia en el Festival y ella simplemente me respondió: “Soy amiga de los organizadores y he venido a ayudar”. “Ok», fue mi respuesta. La sorpresa llegó más tarde, durante la charla con los guionistas de los cuatro proyectos seleccionados a Mejor Guión, el único premio que el TV Drama Vision entrega y que está valorado en 20.000 euros. Andrea Reuter pidió a los creadores que subieran al escenario, y esa “amiga de los organizadores” se levantó y fue a sentarse al sillón que le tocaba. Reuter la presentó, nada más y nada menos, como la guionista responsable de Nobel, la última perla noruega según nuestro gourmet Lorenzo Mejino y el propio Congreso que, finalmente, acabó otorgándole el premio a Mejor Guión. De ayudante a guionista de una de las series escandinavas más aclamadas. No sé cómo no me lo pude imaginar, esa mirada gélida y hostil solo podía venir de una master and commander del género negro.

«El ‘cocktail-cena’ fue un momento que sirvió para hacer conexiones entre el sur y el norte de Europa»

A partir de allí todo fue a mejor. Me acostumbré a las miradas a lo Äkta Människor y decidí convertirme en uno de ellos para poder comunicarme y llegar a conocer a las personas que me había propuesto atracar a punta de tarjeta de presentación. Y para hacerlo, el Festival te lo pone fácil. A pesar de que hubiera 300 personas y de que el sitio no fuese muy grande, hubo momentos como el cocktail-cena de la primera noche o los breaks para comer croissants y beber agua hipster (¿quién decidió ponerle pepino al agua?) que sirvieron para poder relacionarse y traspasar la barrera idiomática y climatológica y hacer conexiones entre el sur y el norte de Europa.

Unas conexiones que tuve la oportunidad de hacer, a parte de con los profesionales del Congreso, con una pareja de voluntarios, estos sí, que me llevaron del hotel al aeropuerto de vuelta. Una pareja entrañable de yayos suecos enamorados de las Islas Baleares. Estaban muy interesados en que les hablase del Festival de Series de Barcelona, el Serielizados Fest -que se celebrará del 20 al 22 de abril en el CCCB– pero al final lo del festival fue lo de menos. Lo único que querían saber es qué cojones le había pasado a Ibiza, su lugar de destino hippie en los años 70, perfecto para el psicotrópico y el submarino estupefaciente. Discutimos bastante sobre las causas del cambio que ha sufrido la isla hasta la actualidad, pero al final coincidimos en que Ibiza dejó de ser lo que era cuando cambió el LSD y el naturismo por la cocaína y el EDM.

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