Comparte
SAdrià Espí (27 años), de Xàtiva (Valencia), graduado en Comunicación Audiovisual en la Universidad Pompeu Fabra. Le gustaría trabajar con Luis Buñuel o con Ryan Murphy, pero Kaurismäki es su director favorito de todos los tiempos. Además le gustaría dirigir una película con actores como Pepe Sacristán o Antonio de la Torre.
Betevé, la televisión local de Barcelona, estrenó el pasado 17 de noviembre su nueva ficción, El mort viu (El muerto vivo), también se podrá ver en Filmin a partir del 22 de noviembre. La serie fue premiada como mejor piloto según el jurado del primer Showcase de Pilotos de Ficción y después fue galardonada con un Premio Ondas el mismo año.
El reparto está formado por: Aimar Vega (Llàtzer), Xavier Ruano (Joan) y Arnau Vidal (Marc), pero también incluye a actores reconocidos como Rosa Cadafalch y Jordi Vilches. Jordi Llovet, Eric Balbàs y Blanca Valletbò completan el reparto.
Los creadores de la serie son: Adrià Espí como director; Lluís Ferrer, director de fotografía; Joan Losada, cámara; Martí Pavia, director de arte, y Jordi Porcel, coguionista junto con Espí, y con Marc Tinent y Hector Mas.
¿En qué o quién os inspirasteis para hacer ‘El Mort Viu’?
El mort viu nace para hacerle la contra al género de los zombies. Me gusta mucho trabajar los géneros pero trabajarlos de una manera peculiar. Por eso la idea madre era crear una familia desestructurada y un tío que moría y resucitaba.
Y dijimos vamos a crearlo sin la convención del género: es decir que no iba a comer gente ni cosas que caracterizan a los zombies de hoy en día. Teníamos esa premisa y juntamente con los creadores nos pusimos a darle vueltas. En su momento pensamos mucho en retratar una sociedad muy desencantada con la crisis económica y esto se ha ido transformando un poco, y ahora va más hacia la fe. En conclusión diríamos que pensamos en alejarnos del género e ir a trabajar una familia desestructurada.
¿Crees que tu estilo es romper con los géneros?
Yo creo, personalmente, que lo más difícil para ser un autor es tener estilo propio. Y especialmente creo que todavía lo estoy buscando. Sí que hay cosas que me interesan como combinar géneros, más que romper con los géneros, y sobre todo combinar drama y comedia. Simplemente por el hecho de que emociona mucho cuando ves una serie que en el minuto uno te estás partiendo la caja y en el minuto treinta estás llorando. Como, por ejemplo: Fleabag, Atlanta, Master Of None o Californication.
Todas estas series que mayormente son de 30 minutos te hacen viajar emocionalmente porque te partes el culo y al mismo tiempo te emocionas con el relato. Creo que esto es bastante universal y a lo que yo me adscribo. Lo que sí creo que busco por encima de todo, es tener un tono peculiar a partir de la planificación: con pocos planos, con movimientos concisos de cámara, con coreografía interna y un acting no muy histriónico, intentando contener a los actores, que es por donde me muevo bien.
Si tuvieras que describir la serie en pocas frases, ¿cómo lo harías? Y, ¿qué es lo que tenemos que pensar mientras miramos ‘El mort viu’?
Es una serie que está a medio camino entre una comedia y un drama, con mucho humor negro, muchos elementos fantásticos, mucho realismo y con un cierto aire festivo mediterráneo berlanguiano.
En parte tienes que pensar que todo el equipo, en general nosotros, no trabajamos de una manera conceptual. Es más yo creo que lo que tiene que pensar la gente es que queríamos transmitir libertad creativa, es decir que vean y que piensen que estos chavales han hecho lo que han querido. Y que al final es lo que hemos hecho.
Y me sabrías decir, ¿qué crees que es lo que le ha faltado a ‘El mort viu’?
El mort viu ha sido un proyecto ambicioso, teniendo en cuenta que es una serie muy pequeña en producción y muy loca. Porque tiene muchos actores, muchas localizaciones y que pasan muchas cosas.
Una de las cosas que menos me ha gustado de cómo ha quedado la serie y que aún falta es el espíritu mediterráneo de los valencianos y catalanes. Somos gente animada que salimos a la calle, que hacemos fiestas, que tenemos este espíritu de la vida en la calle, con el buen tiempo. Y creo que esto tenía que salir más, esta característica muy berlanguiana de la gente en la calle, de todo el mundo hablando es una de las cosas que me hubiera gustado profundizar más pero era muy complicado teniendo en cuenta que contábamos con pocos recursos. En definitiva me hubiera gustado que fuera más cirquense, más carnavalesca y más festiva, pero claramente no se ha podido tener todo.
Y sobre los actores. ¿Habéis conseguido lo que queríais con los actores? Partiendo de la base que los proyectos pequeños como el vuestro cuesta encontrar buenos actores.
Yo creo que no es que cueste encontrar buenos actores. Ni mucho menos. Tenemos unos actores increíbles. Pero creo que en España arrastramos mucho el tema del prime time televisivo español, de 70 minutos, que estira mucho las series y obliga a que las grabaciones vayan tan rápido que no hay tiempo de ensayar.
Mi opinión personal es que lo básico y la clave es ensayar. Y esto es lo que nosotros hicimos. Ensayamos muchísimo, y construimos los personajes dando mucha libertad a los actores durante el rodaje pero habiendo ensayado mucho previamente. Yo creo que es más una cuestión de cómo abordas la preparación con el actor, no que los actores sean malos.
Y entrando más en los personajes, háblame de la familia Gifra. Por ejemplo, ¿por qué en el momento en el que Marc descubre la muerte de Llàtzer no cumple más con el papel de hermano y se preocupa por él?
Claro, Marc es el práctico, el que piensa que la vida en casa sería mucho mejor si no estuviera Llàtzer. Y claramente había pensado matarlo en más de una ocasión. Y el acto de su padre le muestra una puerta abierta que representa el quitarse un peso de encima.
Hay una frase que representa a la perfección lo que te acabo de decir -en el momento en el que Joan, el padre, mata a su hijo- Marc dice: “no pensaba que lo acabarías matando tú”. Y lo volvemos a ver en el momento en que se dan cuenta de que está vivo y Marc repasa “no lo hemos matado bien”, y claramente tiene esa mentalidad más fría y que luego visiblemente el problema se le hará una montaña.
Por su parte, Joan es el espiritual y el que cree en la resurrección de su hijo como una oportunidad.
¿Cómo trabajáis la muerte de Llàtzer?
Nosotros trabajamos la resurrección y la muerte de una manera cómica. Lo que no puedes esperar es que haya muchas explicaciones. No pretendíamos explicar, ni cómo ha muerto ni porque ha muerto o si está realmente muerto. No es una serie de esto. No nos interesaba nada esta parte. Nosotros lo matamos, lo resucitamos y ya está. Te lo tienes que creer para que te guste la serie.
Puede ser que haya algo que puede estar relacionado con las pastillas del camello, que tienen una pinta horrorosa. ¿Puede ser que influya en la resurrección?, puede ser. ¿Puede ser que Dios influya?, puede ser. Pero a mí personalmente me gusta pensar que todas las respuestas son válidas para la resurrección de Llàtzer. Hay muchos elementos milagrosos a los que a veces no nos gusta dar respuesta y creemos que nos funciona.
Tras acabar la carrera y el TFG, ¿cuál fue el siguiente paso para conseguir estar hasta donde estáis ahora?
Empezamos pasando El Mort Viu por betevé, por el programa Tube d’Assaig y después ganamos el Ondas en 2015. Estuvimos intentando vender el primer piloto pero terminamos en betevé otra vez. Es decir betevé siempre ha sido la casa de El mort viu. Y en cierta forma nos ha venido bien porque nos han dado mucha libertad. Probablemente en una cadena más grande nos podían haber bloqueado muchas ideas y por haber sido nuestro primer proyecto nos ha resultado muy gratificante el poder disfrutar de esta libertad. Sinceramente creo que nunca lograremos conseguir hacer una serie con tanta libertad de expresión.
Y de todo este proceso ¿cuál ha sido la parte más complicada?
Claramente la parte más complicada ha sido levantar el dinero para hacer el proyecto. Encontrar la oportunidad y la manera de hacer dinero para una serie tan pequeña, que también tiene un target pequeño, es difícil. Muy difícil. Por otra parte, a nivel creativo hay muchas cosas complicadas.
Ahora que hablamos de las partes difíciles, ¿cuánto habéis tardado en acabar la serie?
El proceso de la serie han sido cuatro o cinco años. Ganamos el premio Ondas en 2015 y entremedio el proyecto, como nuestro personaje principal, ha muerto y ha resucitado varias veces. Y al final ha resucitado del todo, pero ha sido un proceso muy, muy largo. Y como ya he comentado levantar una serie tan gamberra es complicado.
¿Tenías pensado acabar el proyecto antes de todos los premios que habéis conseguido?
No teníamos nada, teníamos el piloto escrito y teníamos algunas ideas de hacia dónde iría la serie. Pero en ese momento como se trataba de un Trabajo Final de Grado, tuvimos el tiempo justo para escribir el piloto y hacia donde más o menos ir. Pero una cosa llevó a la otra, los premios Ondas, Tube d’Assaig y llegando a la productora Compacto que profesionalizó todo, dándonos la posibilidad de sentarnos y debatir hacia donde iba a ir la serie. Durante todo este proceso pensamos que la serie tenía que funcionar por si sola, en una sola temporada. Teniendo en cuenta que no sabíamos si en el futuro se podría hacer una nueva temporada.
Entonces, ¿considerarías hacer una segunda parte en el futuro?
Mi prioridad en este momento es ponerme en un largometraje de comedia negra. Pero si existiese la posibilidad, sí querría hacer una segunda temporada, ya que hay una gran parte del universo que no está explotado. Pero por el momento no es algo prioritario. Pero ojalá pudiéramos hacerlo.
Siguiendo esta línea, ¿crees que seguirás explicando historias de este mismo mundo?
Acabo de publicar un libro de cuentos para adultos que se llama: La bona vida. En este libro hay algunas historias que pasan en Tort (Torcido), el pueblo de la serie. Porque es un tema que a mí me interesa mucho y que representa la serie con las características de la ruralidad, la vida entre lo cotidiano y lo extraordinario.
Como concepto de comunidad rara, de universo peculiar y la mezcla entre lo cotidiano y lo fantástico, El mort viu es un resumen de muchas cosas que me gustan a nivel cinematográfico. Por lo tanto, sí que me gustaría seguir explorando este mundo ficticio.
¿Qué crees que aportará betevé a tu serie y que aportará tú serie a betevé?
betevé le aporta a la serie prestigio y legitimidad. Es raro que una serie que ha salido a partir de un TFG acabe en un canal de televisión. Creo que eso es un voto de confianza para todos los estudiantes de audiovisual de Cataluña que hacen este tipo de trabajo final.
Y creo que nosotros le aportamos esa pizca de locura que considero que le hace falta a todas las cadenas de televisión: que se tienen que mojar más, y ser más atrevidas. En este sentido creo que a betevé le puede dar un factor diferencial, además de una oportunidad para abrir una línea editorial más gamberra y más loca, que otros canales de televisión no tendrán. Que pueden hacer más contenido original como otras series suyas como Oh My Goig o Les molèsties.
¿Cómo os sentís al haber ganado tantos premios y haber conseguido tantas oportunidades en este primer proyecto? Y, ¿Cómo crees que afectará a vuestro futuro?
Yo creo que estamos muy orgullosos porque haces un TFG, y de repente terminas sacándolo por televisión. Es muy gratificante. De hecho pienso que Serielizados y El mort viu hemos hecho caminos muy parecidos, de hecho estrenamos la serie en el Serielizados Fest en Barcelona y Madrid en septiembre de 2019. Y los dos proyectos nos hemos profesionalizado al mismo tiempo.
Desde el primer momento que decidimos hacer una serie teníamos la sensación de que era momento de hacerlo. Que las series se estaban poniendo de moda, cosa que las universidades lo potenciaban. Claramente teníamos una visión de que las series que se estaban haciendo en ese momento en la televisión no nos gustaban, y fue el momento en que pensamos: vamos a hacer algo que miraríamos nosotros. Así que se mezclaron dos sensaciones: orgullo y satisfacción, pero también que era el momento de hacerlo.
Espero que en un futuro el proyecto se dé a conocer en la industria y que las productoras y festivales sepan quienes somos en el momento que escuchen El mort viu.
La serie ya está disponible en betevé.