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1. Por ser (probablemente) el mejor documento visual de la Segunda Guerra Mundial
En seis episodios de una hora cada uno, esta magnífica producción francesa nos cuenta, rigurosa y detalladamente, la historia del caos en que se sumergió el mundo de 1939 a 1945. Si prefieres una versión ficcionada, espectacular y más próxima quizás tu mejor opción es la excelente Band of Brothers. Pero si realmente buscas un documental histórico, preciso, analítico y didáctico, Apocalipsis es la solución. Esta completíssima serie documental es una pieza indispensable, no solo para historiadores, cinéfilos o serielizados, sino para todo el mundo.

2. Por ser un monumental ejercicio de documentación
Documentación. Esta es la piedra angular de Apocalipsis. Todos conocemos – con mayor o menor detalle – los hechos que marcaron la Segunda Guerra Mundial, pero verlo con los ojos es absolutamente mejor. Este magnífico documental está compuesto únicamente de imágenes reales no clasificadas, en blanco y negro o coloreadas sobre el celuloide, que nos muestran diferentes caras de la guerra como nunca habíamos visto. Más allá de lo que capturaron los servicios cinematográficos o propagandísticos (desde John Ford en la guerra del Pacífico hasta Leni Riefenstahl en su mítica Triología de Núremberg), Apocalipsis: La Segunda Guerra Mundial hace un inmenso sobresfuerzo y reune el testimonio escrito y audiovisual de ciudadanos civiles. Esas escenas inéditas – junto a otros momentos memorables como ver a un Hitler sonriente al jugar con sus perros en su refugio de Berchtesgaden – aportan una sorprendente profundidad a la historia que nos cautiva y fascina de forma implacable. Un testimonio que humaniza y embellece las atrocidades de la guerra.
3. Porque nos hace amar la historia
Muchos se aburrían en classe de historia contemporánea, yo nunca lo entendí. Esta obra maestra del documental, pero, podría ser la solución definitiva para aprender y disfrutar como un loco de nuestro pasado. No sólo es una crónica rigurosa de los hechos bélicos sino que también se aporta un toque de análisis para comprender el contexto social, político y económico de cada una de las potencias involucradas. Desde los orígenes del imperio nacionalsocialista al nacimiento del nuevo orden norteamericano, pasando por el expansionismo nipón, la humillación versallesca de Francia o el doble papel de la Rusia estalinista. Sin duda alguna, la masterclass definitiva sobre la guerra más sangrienta de nuestra historia y una apasionante forma de gozar aprendiendo y entendiendo que sucedió. Claves necesarias para comprender el mundo actual, surgido de las cenizas de la guerra.
4. Porque huye del sensacionalismo vencedor
Apocalipsis: La Segunda Guerra Mundial es una producción francesa, pero no por ello patriótica ni interesada. La óptica del vencedor y vencido se deja atrás y se opta por una versión fría y descriptiva de los hechos y de los actores bélicos. Todos los flancos son analizados sin temor. Lógicamente – y sin caer en la dialéctica de buenos y malos – remarca el régimen del terror que reinaba en Alemania, Italia, Japón y la URSS pero no olvida puntos ambiguos de las potencias occidentales como el odio racial de los americanos en su guerra del Pacífico o el colaboracionismo francés.
5. Porque es un canto a la memoria
Como decía el filósofo Spinoza, “si no quieres repetir el pasado, estúdialo”. Apocalipsis: La Segunda Guerra Mundial es una maravillosa oda a esta cita, un excelente producto pedagógico que nos hace más conscientes de los errores cometidos por el hombre. Aunque el nihilismo de Rust Cohle en True Detective esté de moda, obras como Apocalipsis son sumamente necesarias para formar y informar, con el fin de prevenir los desastres que se originaron en una época no muy alejada a la actual.