'We got this' ('Una conspiración sueca'): Berlangsson
'We got this' ('Una conspiración sueca')

Berlangsson

'Una conspiración sueca' confronta la comedia con los géneros del drama, la realidad social y la policial, y con un estilo peculiar, alejado de un nordic noir muchas veces ya reiterativo.
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Hay pocos temas tan dolorosos en la Historia contemporánea de Suecia como el asesinato de Olof Palme en 1986. En su día, incluso fue un shock a nivel mundial. Por dónde y cómo ocurrió (un país supuestamente seguro y tranquilo, tanto que el primer ministro sueco fue asesinado yendo al cine con su esposa, sin guardaespaldas) y, también, por la posterior investigación sobre el asesinato, que fue una chapuza sospechosa que abría de par en par las puertas a la teoría de la conspiración.

En este sentido, la SVT (la televisión pública sueca) ya produjo En Pilgrims Död (2013). Basada en la trilogía literaria de Leif G.W. Persson, El declive del estado del bienestar (2002), cuenta cómo se revisan policialmente las fallas del caso Palme en una serie que recomiendo abiertamente. We Got This (2020) lo reabre otra vez y también de la mano de la SVT. Sólo que no es un policía quien lo hace, sino un excéntrico norteamericano (interpretado por Schiafinno Musarra), casado con una sueca y padre de familia, ahogado por una deuda con Hacienda. Al conocer que todavía hay una recompensa de casi 5 millones de euros por resolver el crimen, ve en ello la manera de arreglar sus problemas.

Berlanga en Suecia

El protagonista se topa con el caso desde la ignorancia (le tienen que explicar quién era Palme) y la casualidad. En su afán de ganar algún dinero busca un gato desaparecido por el que se paga recompensa. Y al encontrarlo y llevarlo a su anciana dueña, la encuentra ahorcada en su casa. Allí se topa con una pared llena de fotos, datos y pistas sobre el asesinato. Y comienza la investigación junto con un periodista en crisis ante la nueva prensa del click bait (que genera algunas de las mejores secuencias de la serie), una bibliotecaria al borde la de la jubilación y un experto estudioso del caso Palme. Tres personajes maravillosos y, en algunos momentos, descacharrantes. Porque, desde el guion y la interpretación (y a pesar de ser tres frikis) la sobriedad hace que el humor llegue a momentos especialmente brillantes.

A veces los dramas reales parecen escritos por un mal humorista, mientras que comedias como ésta muestran una realidad que te deja congelado

A través del cuarteto protagonista volveremos a constatar los puntos inconexos de la investigación, la existencia de quienes quieren ocultar la verdad: unos malos que se mueven en un tono más estrambótico que los protagonistas, lo que rebaja el nivel de la serie. Y poco a poco, la serie desvela una investigación policial tan sospechosa que, como dijera en su día un periodista experto en el caso, «usando la lógica del fiscal, se podría afirmar que Olof Palme fue asesinado por su esposa». A veces los dramas reales parecen escritos por un mal humorista, mientras que comedias como ésta muestran una realidad que te deja congelado.

We Got This se convierte en una serie especialmente brillante desde la idea y cuando se maneja desde la ingenuidad de sus protagonistas. Y no lo es tanto con el citado infantilismo de sus «malos» ni con un final en el que la peripecia, en vez de ser generada por sus personajes (como ocurre en los cuatro primeros capítulos, con situaciones geniales), arrolla a los mismos. We Got This es tan imperfecta y desigual… como genial, por cómo confronta la comedia con los géneros del drama, la realidad social y el policial la convierte en una serie notable y con un estilo peculiar, alejado de un nordic noir muchas veces ya reiterativo.

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‘Una conspiración sueca’ está al completo en Filmin desde el 4 de mayo.

No somos tan perfectos

Sin embargo, pese a ese estilo diferencial, We Got This forma parte de una manera nórdica (admirable) de hacer series que reflejan la realidad social del país y hacen autocrítica, mostrando el lado oscuro de países como Suecia, Noruega, Dinamarca, que han vivido muchos años con el orgullo de considerarse estados perfectos.

Este asunto ya está presente en la gran trilogía de series nórdicas (Folbrydelsen, Bron/Broen y Borgen) en muchas de sus capas narrativas. O en series no tan grandes, pero muy interesantes como Caza de Brujas (Heksejakt), Midnattssol, Nobel, Jordskott, Radherren (The Minister), La investigación…  Toquen el genero que toquen, parece una condición (envidiable) a la hora de producir series, sin duda marca de cadenas públicas como la sueva (STV), la danesa (DR) o la noruega (NKR).

Esencialmente las producciones nórdicas cuentan historias que importan, y anteponen la verdad y la voz de sus creadores por encima de los algoritmos

De esta última, en el mismo Serielizados Fest en el que se presentó We Got This, se pudo ver la que para mí es la última gran joya nórdica: 22.Juli, sobre los atentados realizados por un radical ultraderechista en 2011 en Oslo y Utøya. En ella, en cabecera, se muestra un informativo con la noticia de que Noruega es el lugar de mejor nivel de vida. Luego, capítulo a capítulo, se desgranan los fallos policiales que ayudaron a que el atentado se produjera, la defensa por la sanidad pública y se alerta sobre el racismo, la desigualdad social… Hasta conformar una serie que, en mi opinión, es una de la tres mejores del 2020, si no es la mejor.

Sin duda, los países nórdicos son vanguardia mundial en la ficción televisiva a través de sus cadenas públicas. No es un mal espejo en el que mirarse, desde luego, ya que la BBC (también admirable) se mueve en un status económico para nosotros inalcanzable. Esencialmente porque sus producciones cuentan historias que importan, y anteponen la verdad y la voz de sus creadores por encima de los algoritmos, los modelos ya gastados, el género por el género… Esencialmente porque saben que una serie, lo primero que tiene que hacer es entretener. Pero que nunca hay que conformarse sólo con eso.

Como hace, precisamente, We Got This, que tiene uno de sus momentos más brillantes cuando el protagonista, trabajando de profesor suplente, analiza el asesinato de Palme con adolescentes, mostrando su ignorancia sobre un hecho que cambió la vida de su país, de sus padres y de ellos mismos.

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