'Ted Lasso' y el Tiquitaca y el Tiquitaca: su temporada más futbolera
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‘Ted Lasso’ y el Tiquitaca

A las puertas del final, la tercera temporada de Ted Lasso nos ha dejado grandes guiños futboleros que hacen las delicias de cualquier aficionado al deporte rey.
Ted Lasso

Ted Lasso y los suyos celebrando un gol en la banda.

¿Una serie yanki sobre fútbol? La sola premisa inicial de Ted Lasso, poner a un entrenador norteamericano de football –o fútbol americano– a entrenar a un equipo inglés de fútbol –o para ellos, soccer– parecía un sacrilegio para los amantes del balompié. O siendo menos exagerados, un chiste.

Y de hecho, Ted Lasso empezó así. Siendo, literalmente, un chiste que la NBC, la cadena en la que se hizo famoso Jason Sudeikis en SNL, planteó como un vídeo promocional de sus retransmisiones de la Premier League. El tal Lasso aparecía de la nada –junto a un anónimo Coach Beard, por cierto– para entrenar al Tottenham. Dando lugar así a una cadena de confusiones entre soccer y football que hacía mofa del cliché que los estadounidenses no saben nada de nuestro fútbol.

Casi una década después del vídeo promocional resulta que esos mismos norteamericanos tienen la mejor serie actual sobre fútbol y la mejor comedia del momento. De forma muy inteligente, Ted Lasso (la serie) se olvidó pronto de las diferencias culturales entre soccer y football para tratarlas como mero recurso puntual. Como una jugada a balón parado.

De alguna forma, la serie de Apple TV+ está actuando como un agente evangelizador de un deporte mundial al que se le sigue resistiendo el país de las barras y estrellas.

Así, la serie se ha ganado el éxito gracias a centrarse en los personajes y sus relaciones y ver más allá del fútbol y este particular lost in translation futbolero. Con el paso de los episodios, Ted Lasso ha sido menos una comedia deportiva y más una comedia en la que resulta que los personajes se dedican al deporte. Igual pasa con los fans de la serie. Quienes en principio eran reticentes a la temática futbolera, se enamoraron de los personajes y se han mantenido fieles.

Pedagogía balompédica

Esta tercera temporada que se acerca ya a su final, ha intentado reconciliar las dos almas de la serie. Es, sin duda, la temporada en la que Ted Lasso pone más referentes futbolísticos sobre la mesa. De alguna forma, la serie de Apple TV+ está actuando como un agente evangelizador de un deporte mundial al que se le sigue resistiendo el país de las barras y estrellas.

La fraternidad y la camadería propia de un vestuario es una de las claves de ‘Ted Lasso’.

Pese al éxito de su selección femenina, los mundiales allí organizados (el del 1994 y el próximo del 2026) o el empeño de la MLS por atraer a estrellas como Henry, Ibrahimovic, Bale, Higuaín o Riqui Puig (sic) tras sus carreras en Europa, quien realmente está realmente enseñando a chutar el balón (esférico) a los yanquis es Ted Lasso. Y descaradamente, en esta tercera temporada la serie está bebiendo más que nunca de personajes y situaciones que nos son muy familiares a los futboleros del viejo continental. Repasemos algunos de los más destacados:

Cuando Ibra fichó por el Richmond

Uno de los puntos fuertes del arranque de la temporada fue el sorprendente fichaje por un recién ascendido como el Richmond de Zaza, una veterana estrella de la Serie A italiana. El ficticio Zaza (Maximilian Osinski) es un delantero de élite, entre los Top del mundo desde hace años, pero con fama de difícil personalidad e ir cambiando de equipo frecuentemente.

Zaza, un genio y figura como Zlatan.

Destacado por su altura y estilo de rockstar zen, es imposible no ver en Zaza a una parodia del ínclito Zlatan Ibrahimovic. El actual delantero del AC Milan, de 41 años, ha pasado a lo largo de su carrera por el Mälmo FC, el Ajax, la Juventus, el Inter de Milán, el Barcelona, el Paris Saint-Germain, Los Angeles Galaxy y el Manchester United en la Premier League.

Nos cuesta ver a Zlatan en un recién ascendido sin opciones al título. Sin embargo, el buen rollo de los de Richmond y el discurso brutal de Rebecca Welton (Hannah Waddingham en la serie) convenció a Zaza para escogerlos por delante de Chelsea y del odiado West Ham –y eso que es uno de mis equipos proletarios favoritos– ahora propiedad del rico exmarido de Rebecca. La revolución Zaza duró unos pocos episodios. Aun así sirvió para darle un buen meneo a las dinámicas del vestuario y hacer despertar el potencial de Jamie Tartt (Phil Dunster)

La Premier a todo color

Esta temporada empezó con toda una declaración de intenciones: Apple anunció un acuerdo con la Premier League. De esta forma, pasaba a tener acceso total a los estadios, instalaciones, logos, ropas y en general todos los elementos reales de los 20 equipos que forman la competición inglesa. Sin olvidar la presencia ocasional de esas magníficas canciones que cantan en los remozados estadios donde nació este deporte. Desde el ‘I’m forever blowing bubbles’ del West Ham al ‘Blue Moon’ del Manchester City.

¡Qué bien lucen esas nuevas zamarras!

Así, la serie ha ganado en realismo y autenticidad, siendo de paso una magnífica promoción para la Premier. Una liga reconocida como la más potente del mundo deportivamente hablando pero que saca matrícula de honor en marketing, imagen y modelo de negocio. Y Ted Lasso es la mejor prueba. Tebas debería tomar nota. Y no, no estamos hablando de Pollos sin cabeza (HBO MAX)…

El espíritu de Johan Cruyff impregna la serie para hacerle descubrir a Ted que el triángulo ofensivo del baloncesto de Tex Winter tiene traducción en el Fútbol Total de Rinus Michels y Cruyff.

Además, que el Richmond pase a vestir Nike y no la ficticia Verani Sports es un salto de calidad visual que los futboleros apreciamos. Pues, hasta la segunda temporada, los pupilos de Ted parecían ir vestidos con las típicas zamarras de marca blanca de un equipo de «futbito» de colegas. Detalles como este o la ridícula diadema que muchos de nosotros nos pusimos en los 2000 soñando ser futbolistas como Batistuta, Redondo, Maldini o Beckham y que aquí lleva Jamie Tartt, copiando a la que actualmente lleva Jack Grealish del Manchester City –y solo él, gracias a Dios– son una delicia que dan ese plus extra de guiños que le pedimos a la serie. Ah, y encima en el actual FIFA 23 se puede jugar con el Richmond y jugadores como Tartt, Sam Obisanya o Dani Rojas. Toma ya.

‘Ted Lasso’ y el Fútbol Total

Si a Ted Lasso le preguntas por el Dream Team, te dirá que fue el equipo de baloncesto de la selección USA que arrasó en los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992. Quizás no sabrá que ese mismo año y en esa misma ciudad había otro Dream Team, diseñado por Johan Cruyff y liderado en el campo por figuras como Koeman, Zubizarreta, Laudrup o Guardiola.

En el sexto episodio de la tercera temporada, los del Richmond juegan un partido amistoso con el Ajax de Amsterdam. En la ciudad holandesa, viven el ambiente del Johan Cruyff Arena (ese ‘Three Little Birds cantado a capella) y cada uno de los protagonistas principales viven experiencias particulares que les hacen crecer como personajes.

Ted, por su parte, experimenta un viaje psicotrópico que lo lleva a una epifanía total en las raíces del Fútbol Total que idearon en los Países Bajos en los 70. El entrenador Rinus Michels fue el padre de todo ello en el Ajax y en el Barcelona y Cruyff su ejecutor en el campo. Una filosofía de juego que quizás no asegura ganar pero sí dejar marca y hacer historia. Así le ocurrió a la famosa Naranja Mecánica, la selección neerlandesa que perdió dos finales del mundial seguidas pero asombró con su juego.

Zaza revoluciona el vestuario con su llegada.

El espíritu de Johan Cruyff impregna la serie para hacerle descubrir a Ted que el triángulo ofensivo del baloncesto de Tex Winter (véase El último baile, en Netflix), que tan bien aplicó Phil Jackson en los Chicago Bulls de Jordan y Pippen tiene traducción en fútbol. Sin ir más lejos, Jason Sudeikis estudió en Chicago en los 90 y es fan declarado de ese equipo (¡quién no!) por lo que no parece nada forzada esa epifanía en un pub yanqui de Amsterdam en la que del triángulo de Tex pasa al rondo de Cruyff y al Fútbol Total. Era ya hora para él de aprender fútbol de verdad y tomar las riendas del equipo.

Y aunque cree que ha inventado algo nuevo, ahí está el bueno de Coach Beard (Brendan Hunt) para recordarle que eso ya lo inventaron los holandeses en los 70. Otra buena lección de fútbol de la serie. Para la siguiente pueden ir más atrás incluso y descubrir el ofensivo sistema WM (un 3-4-3 actual) del inglés Herbert Chapman que tan bien plasmó el Arsenal de los 30, el trágico Grande Torino de los 40 o la selección Húngara de los 50 con Puskas, Czibor y Kocsis, entre otros.

La superliga de Floren

Ted Lasso no solo ha tenido la habilidad de hacer pedagogía con la historia del deporte –algo que, por cierto, hacen muy bien los yanquis con sus deportes y hacemos muy mal aquí, donde la memoria de pez domina las aficiones futboleras–, también ha acertado tocando uno de los “temazos” actuales que sobrevuela en el mundo del fútbol: la Superliga.

Ahí está la salsa del deporte rey. No hay Barça sin Madrid, Boca sin River, Roma sin Lazio, Sevilla sin Betis, Pep sin Mou o Ted sin Nate.

Aquí no aparece Florentino Perez, ni Joan Laporta, ni Agnelli ni los inversores (la mayoría norteamericanos, por cierto) que están detrás de la idea de la Superliga. La batalla económica por el control del fútbol no está resuelta aún. Sin embargo el viento parece soplar ahora mismo a favor de la Uefa y la Champions League. Todos recordamos aquel mal gestionado episodio mediáitco de ruptura que saltó en 2021 y que se saldó con la mayoría de los clubes escindidos retirándose de la Superliga ante las protestas de sus aficionados, principalmente en Inglaterra.

Ted Lasso Hannah Waddingham

¿Qué sería del Richmond sin Rebecca y Higgins?

Un episodio que ha explorado Apple TV+ de forma notable en la docuserie Superliga: guerra por el futbol y que ha inspirado una trama de Ted Lasso en la que un magnate africano, Edwin Akufo (Sam Richardson) quiere convencer a varios equipos de unirse a una Superliga que les hará aún más ricos. En el décimo capítulo de esta temporada, Rebecca se vuelve a sacar uno de sus discursos de la manga y termina ella solita con la creación de una Superliga que como la de la vida real, pretende romper el modelo actual de la competición y crear una competición cerrada y elitista para los clubs más ricos. ¿Conseguirá Florentino lo que no ha podido conseguir Edwin Akufo? Esta es una guerra que va para largo y seguramente sobreviva a Ted Lasso y cualquier otra serie de fútbol que esté por venir.

Fútbol en el armario

Otro tema con el que se atreve de frente Ted Lasso en su tercera temporada es el gran tabú de la homosexualidad en el futbol masculino. Al inicio de la temporada conocemos que Colin (Billy Harris), el extremo izquierdo titular del Richmond, es gay y no tiene más remedio que mantenerlo en secreto. Una contradicción vital que supone una carga emocional enorme para él. Un peso que finalmente se quita de encima cuando revela su sexualidad a sus compañeros en el descanso de un partido.

Ted Lasso Colin

Colin (Der.) junto a su pareja en una escena de ‘Ted Lasso’.

Pocos minutos antes, el capitán y mejor amigo de Colin, Isaac (Kola Bokinni), que ya conocía su secreto, se encara con un aficionado por un insulto homófobo. Aquello provoca la salida del armario de Colin frente al resto de sus compañeros. Para sorpresa de él, estos le tranquilizan y le aseguran que para ellos no supone ningún problema. Hasta aquí todo perfecto e ideal. No esperábamos menos de unos chavales y un entrenador que han demostrado ser tan buenas personas.

Sin embargo, aquí la realidad futbolística dista mucho del ideal que nos plantea la serie. Pues, como sabemos, sigue siendo casi una utopía, al contrario que sucede en el fútbol femenino, que un jugador de primer nivel salga del armario mientras está en activo. Los casos son muy pocos, siendo el del jugador checo ex del Getafe Jakub Jankto uno de ellos. Puede que, como apunta Ted Lasso el problema alrededor de este tabú no esté tanto dentro de las plantillas de fútbol sino fuera de ellas. En las gradas y la forma en la que ciertos aficionados solo entienden este bonito deporte como una excusa para insultar.

El rival de Ted: la metamorfósis mourinhista de Nate

La segunda temporada de Ted Lasso nos dio un giro final que se fue cocinando a lo largo de la misma. El afable Nate (Nick Mohammed), que pasó de utillero simplón a estratega imprescindible en el staff de Ted, no valoró la estima suficiente que sus compañeros y jugadores le tenían y se dejó llevar por el ego y la envidia. Junto a esos sentimientos tan vitriólicos surgieron las canas primero, el gusto por los trajes negros después y finalmente un salto a los banquillos marcado por la venganza y la rabia.

Ted Lasso

La sonrisa de Ted versus la amargura de Nate.

De traductor/asistente de Robson a primer entrenador, hasta convertirse en el “chosen one” – o el “puto amo, que diría aquél–, Mourinho ha sido el molde que han utilizado los guionistas de la serie para esculpir a Nate. Como entrenador del West Ham se apunta a la soberbia para erigirse, junto al exmarido de Rebecca, en el gran rival de unos protagonistas que están «creixiditos».

El fútbol es rivalidad, enfrentamiento, y también «teatro del bueno». Ahí está la salsa del deporte rey. No hay Barça sin Madrid, Boca sin River, Roma sin Lazio, Sevilla sin Betis, Pep sin Mou o Ted sin Nate. Esto también lo entendió bien Ted Lasso a pesar de que la evolución de Nate pudiera parecer forzada. Y a pesar también de las ganas (demasiado) buenrollistas y azucaradas de la serie de buscarle la redención y el perdón a Nate o a cualquier antagonista que se precie.

El cameo de Guardiola

Finalmente, la guinda al pastel futbolero de esta tercera temporada de Ted Lasso la puso el actual ganador de tres Premier Leagues seguidas, Pep Guardiola. En cierta forma, todos los caminos de la temporada más futbolera de la serie llevaban a él. El acceso total a las entrañas de la Premier, la relación de Tartt con el Manchester City o el descubrimiento del Futbol Total y el cordón umbilical que existe entre Cruyff y Guardiola eran pasos naturales para el esperado encuentro entre Ted y Pep.

Ted Lasso Guardiola

Jason Sudeikis i Pep Guardiola en un momento del rodaje de ‘Ted Lasso’.

Tras una victoria en el Etihad tiene lugar el esperado (y viral) apretón de manos entre Jason Sudeikis y un Pep Guardiola. El de Santpedor le espeta al de Kansas: “No te preocupes por ganar o perder, lo más importante es ayudar a tus jugadores a ser mejores fuera y dentro del campo”. El cameo definitivo y necesario para dar el broche final al esfuerzo de la serie por evangelizar en esto del fútbol. Cosas como estas, pueden hacer más por su éxito en Estados Unidos que el que cualquier fichaje galáctico pueda hacer. Con excepción quizás de Messi…pero eso ya se verá.

Por ahora, nos contentamos con la labor de una serie, Ted Lasso, que todo apunta que terminará por propio deseo de Jason Sudeikis. Hay quien comenta que han habido ciertas tensiones con el otro creador principal de la serie, Bill Lawrence. Pero eso lo dejaremos para los rumores típicos de un vestuario. Aunque ya sabéis, una de las frases tópicas del fútbol es aquello del “nadie es imprescindible” o “ningún jugador está por encima del club” así que no descartéis una Ted Lasso sin Ted Lasso, si así lo desean en Apple.

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