Comparte
Y el primer paso es aceptarlo. Esto es como el alcoholismo, el tabaco o las películas del Cosmopolitan por la tarde. Pero oye, vamos a ser claros, yo era uno de los vuestros, goodfellas, mi sofá también tiene un interruptor sináptico que inhibe mis neuronas tan solo con apoyar el culo. Así es normal que entre de todo. Menos Boardwalk Empire, eso ni así, oye. Os hablo desde el pozo de la drogadicción televisiva, el Triángulo de las Bermudas del buen gusto, el Marina d’Or de la televisión. Pedro Garcia Aguado, arrejúntate los machos.
En un primer momento es dificil dar el salto. Apartarte de las cálidas y previsibles manos de Horatio y pasar a True Detective es un paso arriesgado para usted, gran amigo de lo verdaderamente convencional. ¿Un caso que dura toda una temporada? Venga ya, ¡no hay tiempo! Si calculásemos un logaritmo para adivinar la cantidad de muertes en territorio americano que hay en relación a la cantidad de series policíacas que se emiten, el resultado sería una catástrofe mundial de proporciones eónicas, peor que la gripe española, la peste bubónica y el auge de las boybands pre púberes todas juntas. De hecho, pensemos que True Detective no sería posible si no tuviera detrás a todo el equipo de CSI: Miami, CSI: Nueva York, CSI: Marbella, CSI: Las Vegas; a los chicos de Navy: Investigación Criminal, Caso Abierto y Mentes Criminales ocupándose de los casos más mainstream para que los señores Rust Cohle y Martin Hart se tomen tranquilamente 8 capítulos para (OJO, SPOILER) atrapar a un (OJO, SPOILER) incestuoso gordaco con ínfulas de heredero del Maligno.
«Y es que siempre me lo he preguntado, compañeros televidentes, ¿todas estas historias ocurren en un mismo espacio y tiempo?»
No dejo de darle vueltas a la idea de que todas estas series molaría que compartieran un mismo universo rollo cómic de súperheroes, ¿sabes? Que de golpe, en un futuro, llegue “un día —como reza la leyenda— diferente a cualquier otro, en que los héroes más poderosos de la Tierra se unieron frente a una amenaza común. Así nació los Vengadores CSI: Investigación abierta criminal, para combatir a aquellos enemigos a los que ningún héroe policía podría vencer en solitario”. No obstante, queridos amigos de los suburbios televisivos, hasta que esto pase, seguid viviendo en vuestras utópicas vidas de casos perfectos, en los que un grupo de valientes policías se encargan de limpiar América de peligrosísimos criminales. El equipo A, en cambio, eso sí que era un equipo. América quizá no, pero los sueltas en el Vietnam y te lo limpian en menos de lo que Hannibal tardaba en fumarse un canuto de los suyos.
¡Pero todo esto de aquí no es lo peor, valientes amigos! Fijémonos por ejemplo en un subgénero de las susodichas series policíacas que no solo venden nuestra querida dosis de mierda, sino que además tratan de esconderlo detrás de un apuesto hombre, atractiva mujer o supuesta pareja. Series trampa, compañeros de lo inmundo. ¿Rick Castle? ¿Patrick Jane? ¿Huesos y Booth? Eso no mola. Claramente se avergüenzan de lo que son. Esas series son la oveja negra del rebaño policial. Son el Green Day del Punk Rock. Queremos crímenes, no personajes redondos. ¿Personajes interesantes, originales, chupa-cámaras? Bah, el buen aficionado sabe que en estas series el personaje más redondo siempre es el asesino, y eso es así. Fijaos en la cara de Gibbs o de Horatio cuando ven un cadáver, joder, podrían estar mirando a su hija el día de su boda y pondrían la misma cara. Esos tíos han visto mucha mierda, están vacíos por dentro. Eso sí que son policías de verdad. Por cierto, ¿sabían que la friki forense de las coletas de NAVY: Investigacion Criminal se llama de apellido Perette? Con algo así, sabes que tu serie va a triunfar. Déjate de escritores, mentalistas. #adoptaunperrette. Un apunte solamente, que con ese nombre una lo pasa o muy bien o muy mal en la vida, ya saben, todo sea dicho. A Gibbs le va más lo primero, porque su hija el día de su boda no pero la de los muertos… HOY CAE.
«Pero por favor, sigamos ahondando. Todos los que estamos aquí reunidos sabemos que las series policíacas son solo la corteza de esta gran bola de grasa televisiva.»
¿Qué pasa con las series de médicos? Mejor dicho, ¿qué pasa con Anatomia de Grey? ¿Tiene algo que ver con los libros de… esos? En serio, si no es así díganmelo ya, porque dejo de verme la serie ipsofacto. Me estaba pareciendo SÚPER floja. Y además mala. Para no ir de médicos, digo. Porque vamos, cualquier serie de hospitales va de todo menos de tíos y tías con bata… Si alguien sabe nombrarme siete diferencias entre Anatomía de Grey, Sexo en Nueva York y Ana y los siete Física o Química que hable ahora o se mastur… calle para siempre. Si es que os gusta sufrir, eh. Para ver este tipo de series hay mil páginas web que podéis utilizar. Es lo mismo, solo que le quitan la parte aburrida de la serie, sus problemas, el dramón y tal y solo dejan a sus protagonistas en la camilla. Oye, yo he ganado muchas horas de luz diurna (… y he perdido muchas horas nocturnas, también te lo digo). También van de médicos. Aunque se parece más a lo que jugabais de pequeños, guarruzos, que a los que veis por la tele. ESO ES ASÍ.
Y ahora ya, para ir acabando, lleguemos al meollo de la cuestión. Enserio, de verdad, VA, ¿qué pasa con Dos hombres y medio? ¿QUÉ ENGENDRO ES ESE? Y me refiero a la serie, no a Charlie Sheen. Ni al niño. Seamos sinceros, Dos hombres y medio lo único que tiene de divertido es pensar que está basado en los guionistas que necesitan para escribirla. Hasta Spiderman con cáncer lo haría mejor. Él al menos ha conseguido un meme. Charlie Sheen solo ha conseguido mil ETS. Y que conste que este chiste tan malo es el único que impulsa su carrera. Señores, vosotros, los cuales en su gran mayoría os quejáis de los desechos humanos que protagonizan Gran Hermano, entráis en una espiral de hipocresía al alabar dicha serie. Todo el mundo sabe que Charlie Sheen no se enteró hasta bien entrada la tercera temporada de que aquello era una serie, él simplemente hacia su vida. Eso no vale. Eso es ser de MIERDA.
La moraleja de todo esto, queridos amigos, es “no os creáis mejores que una serie de mierda, porque quizá es tan de mierda que es mejor que vosotros”. O ALGO ASÍ. En todo caso, apaguen sus neuronas, abróchense el cinturón de la risa y nunca, nunca sintonicen en ningún aparato Hawaii 5.0. Esa no es una serie de mierda, es un infraser de la televisión. Que a ver, yo aun no la he visto, pero os prometo, os doy mi palabra de que no merece ni el beneficio de la duda. Palabra de telemierder.