'Star Wars: La Remesa Mala': De lo malo, lo mejor
Star Wars: La Remesa Mala

De lo malo, lo mejor

Disney+ estrena 'La Remesa Mala', la última producción animada del Universo Star Wars. Un rincón de la galaxia en el que la animación 3D emerge como un medio ideal para seguir explorando la creación de George Lucas.
La Remesa Mala

'La Remesa Mala' está disponible desde el 4 de Marzo, con muevos episodios cada semana. | Crédito: Lucasfilm

La planificación de las mentes pensantes en Disney y Lucasfilm ha permitido que la celebración del día de Star Wars -May the Fourth– coincida con el estreno de una nueva producción original de la saga creada en 1977 por George Lucas, la serie de animación La Remesa Mala.

Mayo, además, solía ser siempre el mes de Star Wars. Todas las películas se estrenaron en ese mes que, tradicionalmente, hacía arrancar la temporada de estrenos veraniegos. Una vez que Disney compró a Lucasfilm esa tradición se rompió y desde entonces, las nuevas películas de Star Wars –a excepción de Han Solo: una historia de Star Wars– se han estrenado en diciembre, buscando aprovechar el tirón comercial de la franquicia en las compras navideñas. 

Y aunque el nombre pueda asustar de inicio a más de un incrédulo, en La Remesa Mala, lo bueno sobresale por encima de lo malo, por mucho que sus protagonistas sean anti-héroes de manual. La nueva serie es un spin off de Las Guerras Clon. Pero a su vez, está basada en una antigua idea original de George Lucas, que quería homenajear al film Doce del patíbulo, con un grupo de soldados clon díscolos. 

La Remesa Mala es una suerte de vuelta a los orígenes de la saga, que coincide con la vuelta al mes de mayo y con el retorno de la firma de Dave Filoni, el discípulo elegido a dedo por George Lucas hace ya casi 15 años. Otra vez más, y como demuestra el éxito de The Mandalorian, la facción televisiva de Star Wars marca el paso a seguir para conciliar a un fandom al que los nuevos dueños de Lucasfilm han mareado una y otra vez.

El ascenso del Imperio

Aunque La Remesa Mala surja de una serie como Las Guerras Clon, que tuvo 7 temporadas –la última, estrenada 6 años después de la anterior– lo cierto es que la nueva aventura explica una historia con la que será fácil entrar sin haber visto la serie anterior. Sí, el primer episodio de La Remesa Mala empieza precisamente con el logo de Las Guerras Clon pero rápidamente surgen unas llamas que queman el anterior título y revelan uno nuevo: La Remesa Mala. Una señal incuestionable de que estamos ante más que un mero spin-off. Ante algo diferente para una era diferente de Star Wars. 

El universo de Star Wars es tan vasto, tan enorme, que siempre viene bien que cada nuevo título se ancle en determinadas etapas de su cronología. De este modo, explorar nuevas historias que completen y expandan el canon actual, tiene más sentido. En La Remesa Mala ésa ancla es precisamente en una de las eras más opacas del canon. Una era muy mencionada pero poco explorada: el inicio del Imperio Galáctico.

La primera vez que vimos al Imperio en la Star Wars original –cuando entonces aquí se llamaba La Guerra de las Galaxias– el régimen del Emperador Palpatine llevaba ya dos décadas en el poder. Era un Imperio aterrador y robusto que empezaba a resquebrajarse gracias a la nueva esperanza que suponían Luke Skywalker, Leia, Han Solo y compañía. Pero, ¿cómo empezó el Imperio Galáctico?

No es nada casual que ‘La Remesa Mala’, tenga también mucho de fábula política para todos los públicos.

En La Venganza de los Sith, el episodio III de las precuelas de George Lucas, fuimos testigos de ese inicio Imperial aunque con las convenciones dramáticas –casi operísticas– que requerían las películas. Entonces, se nos explicó que las Guerras Clon eran una maniobra del líder de la República, el secretamente malvado Palpatine, para acaparar, para sí mismo, todo el poder. Una guerra manipulada que acabaría con la democracia parlamentaria y establecería una férrea dictadura marcial. 

Ahí estaba George Lucas en 2005 explicándole, a los “pipiolos” de mi generación, mediante clones, droides y sables láser, los peligros del autoritarismo dentro de las democracias. Eran los tiempos de la administración Bush, la ley patriótica y la falsa –¿os suena?– Guerra de Irak.

La Remesa Mala

El flamante Emperador Palpatine anunciando el inicio del primer Imperio Galáctico | Crédito: Lucasfilm

Para el creador de todo esto, Star Wars siempre fue una oportunidad única para explicar política a los espectadores más jóvenes. Lucas nunca escondió que la película original era una analogía del clima político de entonces, con una absurda guerra como la de Vietnam y un gobierno democrático, el de Nixon, espiando a sus rivales políticos, como si de un gobierno dictatorial se tratara. 

Así pues, no es nada casual tampoco, que La Remesa Mala, tenga también mucho de fábula política para todos los públicos. A través de sus episodios se irá arrojando algo de luz sobre la oscura etapa de esos primeros años del Imperio. La visión de un grupo pequeño de soldados en tierra de nadie, nos servirá para ver los mecanismos marciales y políticos que surgieron en esos primeros años de tiranía. 

Llega la Orden 66, el adiós a los Jedi y la Remesa Mala en medio de todo el lío

Los dos bandos de las Guerras Clon estaban controlados por Palpatine y en medio, los Jedi luchando por una causa con fecha de caducidad. Los antiguos defensores de la República eran, sin saberlo, una pieza en el tablero de un maquiavélico Palpatine, que decidió utilizarlos como chivo expiatorio. Les atribuye públicamente una falsa insurrección y en última instancia, los extermina a todos a través de la llamada Orden 66.

Una Orden 66 que activaba un comando en todos los soldados clon y daba pie a un doloroso exterminio en toda regla. Pocos Jedi se salvaron de las garras de unos clones que, hasta entonces, luchaban a su lado. La Orden 66 tuvo su momento de protagonismo doloroso en La Venganza de los Sith y en la última temporada de Las Guerras Clon pero en el primer episodio de La Remesa Mala juega un papel fundamental.

‘La Remesa Mala’ nos muestra en primera persona, cómo se vive un momento tan determinante en el canon de Star Wars. 

La nueva serie de Disney+ empieza con sus protagonistas en plena acción, en los últimos días de Las Guerras Clon. Ellos son la Fuerza Clon 99, formada por cinco clones defectuosos. Ninguno de ellos sigue el patrón genético de Jango Fett –”padre” de Boba– con el que se crearon todos los soldados clon. Pero sus defectos genéticos son precisamente, sus mayores virtudes. Pues gracias a sus desviaciones experimentales, cada uno de ellos posee características propias y un sentido de la jerarquía y la lealtad distinto al del resto de clones. Ellos son Hunter, Tech, Crosshair, Wrecker y Echo

Un grupo de cinco outsiders que se encuentran en medio del caos. Sus compañeros clones han recibido el comando para ejecutar la Orden 66 y delante de ellos empiezan a matar a Jedis sin dudas ni contemplaciones. Sin embargo, su defectuosa genética los inhibe de ejecutar esa misma Orden 66, que ni entienden, ni comparten. Una posición singular que la serie aprovecha fenomenalmente. Así, se nos muestra en primera persona, cómo se vive un momento tan determinante en el canon de Star Wars. 

Un inicio de serie estupendo que sobretodo, hace arrancar un periplo existencialmente complicado para unos protagonistas creados para ser armas de combate con patas. Tipos cuya existencia está justificada solamente por y para la guerra. Que, de golpe y porrazo, se encuentran con una guerra terminada y un momento de transición política cuya genética artificial no comprende.

La Remesa Mala

De izquierda a derecha, los miemobres de ‘La Remesa Mala’:  Crosshair, Echo, Hunter, Tech y Wrecker. | Crédito: Lucasfilm

Que La Remesa Mala siga la estética y códigos del cine bélico potencia aún más la disyuntiva vital en la que se encuentran sus protagonistas. Ahí radica la importancia de una primera escena que también se permite el lujo de recuperar un personaje emblemático de otra serie de animación 3D como fue Star Wars Rebels. Además de otras sorpresas y conexiones para los fans más acérrimos y habituales.  

En esa serie anterior a La Remesa Mala también se encontraba la firma de Dave Filoni como creador. Su nombre es clave para entender la parte televisiva de Star Wars. Primero en su faceta animada, luego en su participación como guionista, director y productor de The Mandalorian. El tipo al que George Lucas escogió como a su discípulo “oficioso” demuestra una vez más con La Remesa Mala que todo lo que en su día dio sentido al universo Star Wars, no está ni diluido, ni perdido. 

Paradójicamente, en la animación 3D de Filoni se encuentra el mejor espacio para albergar nuestras esperanzas para con la saga galáctica. La Remesa Mala es otro ejemplo de eso y también un título ideal para empezar con una rama del universo Star Wars, la animada, a la que muchos fans casuales de la saga, le tienen cierta aversión. Dejad de lado los prejuicios con la animación y aprovechad que os subscribisteis a Disney+ por The Mandalorian para dejar que la fuerza os siga acompañando con La Remesa Mala.

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