'Querida Marnie': el amor nunca muere
Crítica de la serie

‘Querida Marnie’: el amor nunca muere

Sharon Horgan y Michael Sheen protagonizan esta serie profundamente conmovedora sobre un tema candente, relevante y difícil, abordado con mucha atención y humanidad a través del dilema de una familia afectada por la enfermedad.

Imagen promociona de 'Querida Marnie'.

¿How do you let go someone who still laughs?
Because they’re in pain

Cuando Marnie, con a penas un año de vida, es diagnosticada de una enfermedad rara, sus padres, Andrew y Nicci, no pueden evitar angustiarse ante la idea de una vida dolorosa, complicada, corta y extraña. A los trece años, la vivaz niña de pelo rubio, ojos azules y ropa de colores ingresa en cuidados intensivos por un fallo prolongado en su ya debilitado cuerpo. A pesar de la familiaridad del proceso, esta vez sucede algo distinto: es posible que Marnie no se recupere de este altibajo.

Es entonces cuando el dilema ético-familiar se inicia: su médico de confianza cuestiona la continuación de su tratamiento y valora que, quizás, lo más humano sería dejar a Marnie morir. Esta decisión imposible producirá una división insalvable entre sus padres. Andrew, tras un duro proceso interno de aceptación y desconsuelo, considera que Marnie debe descansar; pero Nicci se resiste ante la idea de perderla e insiste en esperar.

La serie brilla en el retrato emocional de sus personajes. Su apuesta por mostrarnos las diferentes perspectivas […] permite que todos tengan un desarrollo, ayudándonos a conectar con sus dilemas

Ya en su primer capítulo, Querida Marnie te prepara para el dolor. Como si formáramos parte de un comité ético, todo indica la necesidad de posicionarnos en un bando, o si más no, de plantearnos infinitas preguntas. ¿Tiene sentido aferrarse a la esperanza ante un diagnóstico lapidario?, ¿debemos prolongar la vida de alguien que está sufriendo?… Pero a su vez, ¿seríamos, nosotros, capaces de afrontar dicha situación?, ¿qué haríamos?, ¿quién debería tomar la decisión final? Y sobretodo; ¿en interés de quién?

Sharon Horgan y Niamh Moriarty, madre e hija en ‘Querida Marnie’.

La ficción como espejo

Probablemente inspirada en la realidad – como serían el propio Covid o los conocidos casos de Charlie Gard y Archie Battersbee –, la serie estructura su narrativa alrededor de un suceso inevitable: el deterioro gradual tanto de Marnie, como de su familia. La serie brilla en su estudio (o más bien dicho retrato) emocional de sus personajes. Su apuesta por mostrarnos las diferentes perspectivas de una forma más independiente y distanciada, permite que todos ellos tengan un desarrollo gradual y justo, ayudándonos a conectar emocionalmente con sus dilemas. Todos nos parecen cercanos, imperfectos y profundamente humanos.

‘Querida Marnie’ no busca héroes ni villanos. Por buscar, no busca ni respuestas. Pero consigue abrir la puerta a un debate sobre la enfermedad, la vida y el valor de esta cuando todas ellas se mezclan.

Destacaría, en este caso, la historia de Katie (interpretada por la siempre estupenda Alison Oliver). El pesar de esta hermana mayor «olvidada» se convierte, prácticamente desde el primer momento, en el argumento más vivo y original de la serie. En su figura terciaria, más apartada del foco, reside la fuerza de todo aquello que sucede, convirtiéndose (a mi humilde parecer) en el personaje más cercano a nosotros. Katie lidia con todo lo que la situación de Marnie conlleva. El dolor de tener una hermana pequeña enferma, la culpa, la rabia, la apatía, el resquemor, el miedo…y la presencia. Porque Katie, aunque apartada, está presente todo el tiempo.

No me olvido obviamente de los padres. Interpretados por unos brillantes Sharon Horgan (¡que bien le sienta el registro dramático!) y Michael Sheen, ambos son los feroces conductores de este barco a la deriva. Sus apariciones en pantalla nos ofrecen una magistral y profundamente conmovedora radiografía de la agonía de unos padres atravesados por la desgracia.

Querida Marnie no busca héroes ni villanos. Por buscar, no busca ni respuestas. Pero consigue abrir la puerta a un debate sobre la enfermedad, la vida y el valor de esta cuando todas ellas se mezclan. Cuando pensamos que Nicci es una madre demasiado obstinada a dejar ir, ella nos muestra que el caso judicial es sólo una continuación de su lucha «por dinero, por sillas de ruedas, por equipos de respiración, apoyo nocturno, apoyo educativo… los que están en el poder intentan engañarnos para que no tengamos lo que nuestros hijos necesitan«.

Querida Marnie

Noma Dumezweni es la médico de Marnie en ‘Querida Marnie’.

Sello Jack Thorne 

Querida Marnie seguramente no habría funcionado si no hubiese sido creada por Jack Thorne, cuyos trabajos anteriores, como Cuando Bárbara conoció a AlanCasts Off (entre otros), ya abordaban con mucho tacto temas relacionados con la discapacidad. La serie podría haberse desviado fácilmente hacia el sentimentalismo forzados o la tristeza abrumadora, convirtiéndose en una prueba de resistencia para el espectador –bienintencionada pero equivocada–, pero consigue (a pesar de su crudeza) explicar una historia complicada en los mejores términos posibles abrazando la empatía.

Gracias a los conocimientos y la experiencia de Thorne, la serie es rica en detalles que humanizan y explican la experiencia de la familia, cómo todo aquello que sucede cuando la enfermedad no está en el centro

Thorne, defensor de los derechos de los discapacitados desde hace mucho tiempo, añade un factor que a menudo se pasa por alto: el papel que desempeñan en las decisiones que se toman sobre las  vidas de estas personas y los prejuicios que tenemos sobre ellas, especialmente cuando las circunstancias se complican y los gobiernos empiezan a considerar como «desechables» a todos aquellos que no son capaces de producir y rendir al máximo económicamente.

Gracias a los conocimientos y la experiencia del creador y guionista, la serie es rica en detalles que humanizan y explican la experiencia de la familia protagonista, como todo aquello que sucede cuando la enfermedad no está en el centro: la avalancha de recuerdos en los momentos tranquilos, Andrew comprando patatas fritas en la máquina expendedora del hospital, los cigarros cómplices entre amigas, el armario del baño lleno de medicamentos, el baile de las hermanas frente una cámara de ordenador o la primera cita de Marnie. Momentos donde lo doloroso queda en un segundo plano, demostrando que incluso cuando no existen repuestas a ciertas preguntas, la vida sigue, y el amor nunca muere.

Querida Marnie

‘Querida Marnie está disponible en Movistar Plus +.

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