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Es de conocimiento popular que en el mundo sobra gente. Así pues, siempre he sido del parecer que hay que matar gente. Hay que matar a la gente que al darte la mano te golpea la espalda enérgicamente, a los vegetarianos que comen pescado o a la que dice que Superman es el mejor súper héroe de todos los tiempos. Pero sobre todo, por encima de cualquier otra cosa, hay que matar al que escucha música de grupos que vendrán al Primavera Sound en 2040, demasiado “guays” para escuchar la mierda que TÚ escuchas actualmente porque, amigos, ellos viven en el futuro y TÚ no. Por eso TÚ eres una mierda. Pero, por si el «hipsterium» musical no fuera poco, querido amigo, esta situación se ha extrapolado desde los anales de la historia al mundo de la literatura, el cine, incluso de los videojuegos. Todo el mundo sabe que a Platón le jodía soberanamente que Sócrates le comentara la última película de Tarkovski cuando él aun tenía pendiente Los Vengadores.
¿Y ahora qué, eh? ¿Qué le espera a ese pobre individuo que disfruta leyendo Stephen King y Paul Auster, escucha Coldplay e Imagine Dragons, y nunca se cansa de Pretty Woman y ¡Qué Bello es Vivir!? Pues engancharse a Marvel’s Agents of S.H.I.E.L.D. y leer el artículo de Oscar Broc sobre las mejores series de 2013. (La mitad de la lista son series inventadas, eh, ahora tampoco se crean…).
«El verdadero reto para cualquier aficionado al arte seriado es engancharse a una serie de masas, esa que podrías ver tú, tu suegra, tu hermana de dos años y hasta tu perro.»
Y a eso vengo hoy, queridos lectores, a tomar parte en la batalla entre lo mainstream y casual contra lo indie, molón y que no conoce ni tu abuela. Todos sabemos que ver una serie que conoces tú, tu amigo y el creador de la serie es muy guay. Pero ese es el camino fácil. Molas mogollón y te podrás convertir en el “experto en series” para cualquier magazine de La 2 (Inciso: acabemos con la gente que ve magazines, sobre todo de La 2. Acabemos con La 2, amigos). Lo realmente difícil, el verdadero reto para cualquier aficionado al arte seriado es engancharse a una serie de masas, esa que podrías ver tú, tu suegra, tu hermana de dos años y hasta tu perro. No hay desafío mayor que defender una mierda para mentes blandas y decir aquello de “pero a mí me gusta”, saber que te miran con odio por la calle y tener que quitar la web de SERIELIZADOS de tu barra de favoritos. Yo lo he hecho. He bajado a los infiernos y he mirado a los ojos al mismísimo Diablo agente Phil Coulson. Y así fue cómo conocí a vuestra madre, me enganché a Marvel’s Agents of S.H.I.E.L.D..
Llegados a este punto me remito a otro cómplice de esta web, Marco Ascione. Y es que la serie de Whedon es más mala que el niño cabrón que te robaba el almuerzo en el patio del colegio. Y aún así la seguimos, semana tras semana, como ese niño cabrón sigue su camino hacia un centro de menores. Engancharse a Marvel’s Agents of S.H.I.E.L.D. es de loosers, y eso es así.
Pero antes de que salten de donde quiera que estén sentados, vamos a hacer desde ya de ya mismo un pacto ustedes, queridísimos lectores, y yo. Vamos a obviar la súper mega intriga alrededor de la muerte del susodicho Coulson, ¿De acuerdo? Spoiler alert: Está Muerto. Y la agente May lo sabe pero le da más penita que el caniche que no le dejaron subir al Jumbo avión de S.H.I.E.L.D. Fin. El fucking Badass de Loki lo reventó (A Coulson, no al caniche). Luego, o está muerto o si, milagrosamente no lo está, la serie demostrará ser más mala de lo que parece a simple vista.
«Teniendo en cuenta el tácito lema de “Vamos a hacer una serie de súper héroes sin súper héroes”, ¿Qué nos queda? Pues eso, CSI, Bones, El Mentalista, Caso Abierto, Mentes Criminales, Hawai 5.0…»
Dicho esto, y teniendo en cuenta el tácito lema de “Vamos a hacer una serie de súper héroes sin súper héroes”, ¿Qué nos queda? Pues eso, CSI, Bones, El Mentalista, Caso Abierto, Mentes Criminales, Hawai 5.0 (Bueno, éste último me da como repelús para ponerlo hasta de referente de una serie mala). En todo caso, la promesa con la que nos vendieron la serie, algo así como “SI TE SÚPER ENCANTÓ LA PEDAZO DE MAQUINARIA QUE TRAJO A LOS FUCKING VENGADORES A LA GRAN PANTALLA, TE ENCANTARÁ la súper normal vida de esos tíos que conducen el Triskelion…” se ha transformado en un monstruo aun peor de lo que parecía a priori (Inciso: que alguien mate a la gente que dice “a priori”, por favor).
Vamos a ver, ¿Qué nos ofrece? Pues tenemos dos pedazo de tramas horizontales que nos llevarán, espero, a un final la hostia de apoteósico con: 1) El innombrable caso de Benjamin Coulson y 2) La amenaza del Cienpiés, o lo que es lo mismo, vamos a mezclar los rayos gamma de Hulk, con el suero del súper soldado visto en Capitán América, aderezado todo con un poco de extremis de nuestro amigo Tony Stark. “¡Oh, yo sé lo que es todo eso, lo he visto en las películas!”. Sí, ese es el plan, cacho casuals. Pero tranquilos, jóvenes aficionados, que también tendremos cositas asgardianas por allí y otros cachivaches Chitauris por allá. Para que ningún espectador se pierda, ya saben. Todo masticadito y a dormir.
¿Soy el único al que le revientan las series con capítulos auto conclusivos que prometen tener una misteriosa trama a largo plazo que va desde el minuto cero al minuto final? Creo que es bastante obvio por donde nos la está metiendo el amigo Whedon. “No, enserio, que al final os explotará la cabeza, todo cobra sentido… ¿Han visto Lost?” No sé yo, pero temo que al final nos quede el cacas como el pecho de Coulson cuando se lo CARGA Loki en Los Vengadores. ¿Se acuerdan de aquel boquete? Cabía un Joss Whedon entero ahí dentro…
– “Oiga, ¿y si aprovecháramos esta serie para introducir alguno de los mil millones de conceptos, personajes, objetos o, llámeme loco, SÚPER HÉROES de los cómics?”
No, no, no, para qué, ni que esto fuera una serie basada en unos cómics. Aquí tendremos a Chuck Norris una china enigmática que pega hostias como panes, a Coulson…, a dos freaks científicos e inadaptados sociales que “uy, ¡no sé si acabaran liados o no! ¿O ya lo están? ¡Qué nervios!” y la gallina de los huevos de oro, Brenan y el agente Booth de Bones Skye y el Agente Ward y la típica súper relación de tensión sexual no resuelta que aún no tiene aburridos hasta la médula a los espectadores del mundo entero. Ah, pero que hay sorpresote, la china también está en el ajo. ¡Chan Chan! Tensión sexual no resuelta digievoluciona en… ¡Triángulo amoroso de la parra!. ¿Quién quiere tíos en mallas cuando tiene delante una pedazo de serie con todo lo que ya puede encontrar en otras 2.562.839.351 series actualmente en emisión?
Pues yo no, porque me he enganchado como un cabrón, oigan. Pero ojo, porque es de Joss Whedon y ya saben, que si él está detrás pues acabará siendo una obra del arte pop más actual y tal. Y joder, ¿qué pasa con Skye, eh? ¿Quién son sus padres? ¿Coulson? ¿May? ¿Un Chitauri? ¿¡Los tres!? Miren, yo la seguiré mirando, no vaya a ser que la deje por cansancio y al final me venga el típico gilipollas, metido hasta las cejas de Breaking Bad y The Wire y me suelte aquello de “Uala, Joss Whedon lo ha vuelto a hacer… blablabla… Firefly… blablabla… Buffy y su fucking mother” y le tenga que meter un Triskelion por el tracas. Que no me apetece, de verdad. Incluso prefiero ver el siguiente capítulo de Dora la exploradora Marvel’s Agents of S.H.I.E.L.D.