Comparte
Su papel de policía al margen de la ley, de la moral o de cualquier otra consideración humana en The Shield, sirvió a Michael Chiklis para conducirle en volandas al Olimpo de los cabronazos al que entregaríamos las llaves de casa aún sabiendo perfectamente que cuando llegáramos habría matado a la familia, al perro y prendido fuego al jardín.
De descargar camiones doce horas al día a competir en todos los deportes posibles, Chiklis empezó siendo un rostro habitual de los castings en Boston, para después largarse a buscar fortuna a Nueva York. Los más cinéfilos le recordarán por su controvertida actuación como John Belushi en la terrible Wired. La película era poco agraciada, pero sirvió para que algunos empezaran a fijarse en aquella mole de ojos azules que tiraba de cualquier cosa como un tráiler de dieciséis ruedas al que se le han roto los frenos.
Hasta que llegó aquel sociópata llamado Vic MacKey (The Shield), un policía de Los Ángeles al mando de una unidad de élite en la peor zona de la ciudad. Un Messi de la corrupción y la ira, que no dejaba nada en pie, obsesionado por destruir cualquier cosa que se cruzara en su camino; una versión con placa del caballo de Atila que robaba, mataba y mentía con la misma facilidad con la que otros respiraban o se fumaban un pitillo.
Hablamos con el actor de Massachusetts con motivo del estreno de su nueva serie, Coyote (disponible en España en la plataforma AXN Now), en la que encarna a un policía fronterizo que, por diferentes motivos que no desvelaremos, se ve obligado a trabajar con un cartel de México, haciendo toda clase de recados. Puro Mackey.
Al grano, ¿qué le hace decir que sí a un proyecto en general y qué te hizo decir que sí a este?
Bueno, primero y más importante, que tenía muchas ganas de trabajar con mi amiga Michelle MacLaren, a la que conozco desde hace 26 años. Pero ella estaba con Breaking bad y Juego de tronos, y yo yo estaba con The shield y luego con otros shows, pero queríamos trabajar juntos a toda costa. Hace dos años me llamo y me dijo, Michael, podríamos trabajar en esto. Lo vi y dije, ‘vamos directos al fuego’. Eso me excito porque un montón de gente ha tratado de hacer shows sobre la frontera. Algunos con éxito, otros no tanto. Así que quería involucrarme a fondo porque me fascinaba.
«Lo bueno de ‘Coyote’ es que no es un show político, porque llevamos un sujeto político hasta el lado humano: es sobre la gente»
No sé si es por mi ascendencia griega, pero yo lo veo como una odisea: la idea de -literal y figuradamente- caminar 100 millas en la piel de otro, no una milla. Cien millas. Es esa colisión de culturas en la que vivimos, porque en EEUU (y en muchas otras partes del mundo) son tiempos complicados. Todo está polarizado: o estás a favor de algo en contra de algo. Así que aquí teníamos la oportunidad de profundizar, de ir más lejos, de encontrar nuevas respuestas a algo. Lo bueno de este show es que no es un show político, porque llevamos un sujeto político hasta el lado humano: es sobre la gente, no sobre la política.
Coyote tiene mucho sentido del humor, y le funciona bien…
Bueno, Michelle y yo no queríamos tomarnos demasiado en serio a nosotros mismos, pero -de nuevo- es cierto que puedes encontrar humor en los sitios más oscuros y que cuando construyes estrés y tensión y necesitas descargar, y la carcajada puede ser un gran aliado.
El otro día vi los dos primeros episodios de Coyote, pero también el primero de The shield y pensé que hubiera sido muy difícil hacer un show como el primero sin el segundo, porque The shield abrió la puerta a un montón de nuevas series.
Bueno, son personajes muy distintos, tienes que tener en cuenta que este es territorio nuevo para mí. Vic Mackey es un antihéroe, un sociópata, hace lo que tiene que hacer para él y él es lo primero. Ben Clemens no es un héroe o un antihéroe: es un hombre obligado a mirar las cosas desde otra perspectiva, completamente distinta. Coyote sería como un show sobre la inmigración al revés, si me permites decirlo así.
¿Cómo sobrevive uno a un personaje de la talla de Vic MacKey?
Bueno, antes de Vic MacKey yo ya había hecho algo igual, en este caso con The commish, en la que interpretaba a un buenazo. Así que cuando la gente que hizo el casting de The shield oyó mi nombre, dijeron ‘no, este tío no, es un buenazo’. Se trata simplemente de ser el mejor actor que puedas ser y lo demás no me preocupa. No es solo confiar en uno mismo, es que a los diez minutos de que empiece Coyote se van a olvidar de The shield: van a olvidar a Vic Mackey.
¿Lleva usted 30 años en la industria, algún consejo para sobrevivir en ese mundillo?
Son 35 (sonríe). Y si, hay un montón: buscar a los grandes narradores, tener un buen guion. Pero bueno, las cosas han cambiado, yo tengo mujer e hijos, tengo que pagar las facturas y uno trata de buscar un equilibrio. Cosas que haces porque te gustan y otras porque te dan un cheque con el que pago la escuela de mi hija (risas). The shield fue una de esas cosas en las que se combinan todos los elementos y se chequean todas las casillas. Con Coyote estuvimos nos fuimos a rodar a la frontera con México y durante cuatro días tuvimos un pedazo de esa frontera cerrado para poder rodar. Es algo extraordinario poder hacer algo así en 2020. Espero que podamos continuar contando cosas, porque quedan cosas por contar… y los fans de The Shield van a amar este show.