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Nivel de spoilers: Muy Alto.
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¿De qué trata? La paranoia invade la AVT. Mobius y la Cazadora B-15 buscan a Loki y Sylvie.
El cuarto episodio de Loki empieza con una historia de origen en toda la regla. La de Sylvie, AKA la Variante Loki femenina. Sophia Di Martino como Sylvie se la explica a Tom Hiddelston como Loki momentos los minutos previos a morir en el Apocalípsis de Lamentis donde los dejamos en el capítulo anterior. Pero antes la hemos podido ver con nuestros ojos: una Loki de pequeña, jugando tranquilamente en Asgard hasta que Ravonna (Gugu Mbatha-Raw) la aprehende y se la lleva en nombre de la AVT.
Sylvie quiere acabar con la AVT y sabe que si revela la verdad, puede contar con más probabilidades.
Este arranque es inequívoco. No solo nos sigue desarrollando al personaje de Sylvie –cada vez más protagonista e importante–, también nos establece el tono de lo que queda de episodio. Y nos deja clara una cosa que ya olíamos, la AVT no es trigo limpio. También nos da el primer vistazo real a los Guardianes del Tiempo, que volverán en la magnífica secuencia del final del capítulo. Esa Loki de pequeña consiguió huir y de ahí, se ha pasado la vida saltando de Apocalípsis en Apocalípsis, escondiéndose de la AVT. Creciendo «en el fin de miles de mundos».
El trauma de saber que es una variante que nunca debió existir marca la vida de un personaje decidido a romper con todo esto y revelarse contra su condición. Conocedora de los métodos reales de la AVT, Sylvie quiere acabar con ella y sabe que si revela la verdad, puede contar con más probabilidades. Algo con lo que está de acuerdo Loki y que más adelante pondrá en acción.
Y ante la destrucción total y las confesiones, surge una llama entre los dos Lokis. Algo que podría parecer inevitable, pues ¿quien mejor para enamorar a Loki que la propia Loki? Un momento de conexión total que crea un evento del nexo tan fuerte que la AVT es capaz de localizarlos en el último minuto y salvarles la vida…para detenerlos.
Esa verdad es una semilla que va creciendo para desembocar en el conflicto final con Ravonna, a la postre la gran farsante de esto de la AVT.
A partir de ahí toda la acción del capítulo se centra en los despachos de la AVT, con los dos Lokis separados. A él lo vigila el añorado Mobius (Owen Wilson) y a ella, la Cazadora B-15 (Wunmi Mosaku). Vuelven las partidas póker entre Mobius y Loki, esta vez con mucho más en juego, ya que Loki sabe la verdad sobre los agentes de la AVT –son en realidad, variantes secuestradas por la autoridad, vía lavado de cerebro– y necesita que esa verdad desbloquee el libre albedrío de Mobius. El dios del engaño, el caos y la mentira utilizando la verdad como única arma.
Esa verdad, es una semilla que va creciendo tanto en Mobius como en B-15 para desembocar en el conflicto final con Ravonna, a la postre la gran farsante de esto de la AVT. B-15 necesita de una momento a solas con Sylvie para comprender mediante su encanterio que, en efecto tenía una vida anterior. Sylvie no puede crear recuerdos, no engaña en ese sentido, tan solo puede navegar entre los recuerdos reales de los individuos. Ahí es donde enseña a B-15 quien era realmente. Y era feliz, no una ejecutadora de una macroagencia temporal burocrática.
Mobius por su parte, prefiere ser Mobius e investigar con su labia habitual. Si antes ha conseguido calar a Loki con sus sentimientos profundos hacia Sylvie, luego busca encontrar el farol de Ravonna través del diálogo hasta que le da el cambiazo a su TemPad. Una vez termina de comprobar las evidencias en la TemPad de Ravonna ya no hay marcha atrás. Los cuatro –Mobius, B-15, Sylvie y Loki– deben ser ahora los que actúen contra la AVT.
Pero eso trae consecuencias. Siempre que nos acercamos a la jugada final acaban pereciendo algunas piezas, sacrificios necesarios en la partida. Giros que la serie necesitaba salvajemente para seguir sorprendiéndonos y manteniendo el impacto. Los últimos diez minutos de ‘El evento en el nexo’ dan para mucho. Para certificar sospechas o para derrocar teorías que triunfan en internet pero que tienen poca vida en la serie. O para quedarnos en shock ante lo visto.
Su existencia como traslación marvelita del Dios Nórdico original lo mantiene en un bucle total e infinito en el que siempre está destinado a perder.
En ese último tramo del episodio de hoy de Loki la partida final, de hecho, no se define, sino que se reestructura por completo. Como si alguien lanzara el tablero y tirara las fichas. O mejor aún. Como si alguien cambiara el tablero de un «Juegos Reunidos» y pasáramos de una partida de ajedrez a una de parchís. Primero, Mobius es borrado por completo por Ravonna. Adiós a Owen Wilson y el sueño de verlo montando en una moto acuática. Algún giro deberá haber escondido porque no podemos superar la idea de perder a este gran Mobius que ha creado Wilson.
La lucha final se cobra otras víctimas, principalmente los tres seres que supuestamente controlan la Sagrada Linea Temporal. Tres lagartos poderosos, tratados como deidades que se descubren como robots descerebrados que actúan de señuelo. Otro farol más de la AVT que ya nos olíamos a distancia y que por suerte se revela a dos capítulos del final, dando espacio para que la verdad –verdadera– detrás de todo esto se revele como es debido. Sylvie termina el capítulo como la heroína total y con Ravonna a sus pies y amenazada: «vas a contármelo todo».
¿Y Loki? ¿No era él el héroe/anti-héroe/lo que sea de la serie? Por descontado, pero la serie nos lo ha matado. O más bien, desintegrado como a Mobius. Un shock total que deja con la boca abierta a los espectadores pero que esconde algo más. La escena es genial, eso sí, Con Loki volviendo a intentar un acercamiento sentimental con Sylvie, conocedor de lo que siente realmente así como de las posibilidades que puede tener esta unión en el flujo temporal. Si dos variantes se juntan, el nexo que surja de ahí será incontrolable. Pero como de lo que se trata es de estirar al máximo esta tensión, va y la Ravonna desintegra a Loki. Dejándonos totalmente desconcertados.
Pero Loki ya lo ha avisado: él ha vivido muchas muertes. Su existencia como traslación marvelita del Dios Nórdico original lo mantiene en un bucle total e infinito en el que siempre está destinado a perder. A ser un agente del caos y la destrucción eterno. O visto de otra forma, a sobrevivir y salir siempre indemne, aunque perdedor. Mucha atención porque Loki gasta la primera de sus cartas comodín en forma de escena post-créditos para degustar al final del todo. Mantened la reproducción porque vale la pena.
Easter Eggs y teorías del MCU
Empezamos por el final y esa escena post-créditos en la que Loki aparece en un lugar indefinido y se pregunta si está en el infierno -Hel en la mitología nórdica–. «Aún no» responde una voz que, en inglés, reconocemos como la del gran actor Richard E. Grant. Solo él puede aparecer con tanto aplomo con esas desfavorecedoras telas chillonas y unos cuernos gigantes. Vestido como una variante de Loki claramente inspirada en los primeros cómics sesenteros del personaje. Una versión clásica o «viejuna» que está acompañada por otras tres variantes de Loki: un niño Loki, un cocodrilo Loki (sic) y un Loki fuerzudo, de piel negra y un martillo similar al de Thor.
Un grupúsculo de Loki(s) que serán la gran atracción de los capítulos finales y nos deberán dar respuesta a dónde está Loki y porqué ha acabado aquí. El fondo de la imagen revela un Nueva York post-apocalíptico con la famosa torre de Los Vengadores completamente derrumbada. Esta escena post-créditos pasará pronto al Top de las escenas post-créditos de Marvel.
Durante los momentos entre Mobius y Loki de este episodio, el agente de la AVT recurre a una prisión temporal. Un bucle infinito en el que devuelve a Loki a su hogar, Asgard para hacerle revivir una y otra vez el mismo evento. Lady Sif (Jamie Alexander) es recuperada de las películas de Thor –en la última ya no aparecía– para darle una buena hostia a Loki una y otra vez, después de que este le cortara el pelo para hacer una broma pesada. Un pasaje que viene directamente de la mitología original de los personajes y que en los cómics, Marvel ha recreado en más de una ocasión.
En otro momento del episodio, Mobius menciona que la AVT ha traído a Krees (raza alienígena vista en películas como Guardianes de la Galaxia o Capitana Marvel), titanes (Thanos es un titán) y hasta vampiros. Esto último una clara referencia a un héroe que está por llegar al MCU, Blade que será interpretado por Mahershala Ali (True Detective). También en el universo Marvel existe Morbius. Un doctor convertido en vampiro que suele ser rival de Spider-Man y que en 2022 tendrá su propia peli interpretado por Jared Leto. Aunque la película es de Sony y eso no deja muy claro hasta qué punto formará parte del MCU.
El universo del día: Y hablando de vampiros, esta vez destacamos el universo de la Tierra-3931 en la que Los Vengadores se convierten en Vampiros. Incluso el Capitán América.