Llegan anuncios a Netflix, no el fin del mundo
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Llegan anuncios a Netflix, no el fin del mundo

Netflix y Disney+ han anunciado en los últimos meses la llegada de anuncios a sus plataformas en España, más concretamente, de una nueva tarifa más barata pero con pausas publicitarias. ¿Es este el fin del streaming? ¿Estamos ante el regreso de la piratería? Que no cunda el pánico.

«Volvemos en cinco minutos». Esa era mi frase más odiada hace quince años, cuando era un niño que se quedaba despierto hasta altas horas de la noche viendo algunas de sus series favoritas como Los Hombres de Paco o Aída. Las pausas publicitarias de todas las cadenas eran abusivas, y todavía lo siguen siendo, pero en una época en la que no existían las plataformas, si querías ver tus series favoritas no te quedaba más remedio que soportar esos extensos intermedios. Una vez internet se asentó en todos los hogares españoles y comenzaron a aparecer páginas para ver series de forma online ilegalmente, se produjo un incremento de la piratería ya que los espectadores querían ver las series donde quisieran, cuando quisieran, y, sobre todo, sin una molesta pausa de publicidad cada diez minutos.

Por ello, la llegada de Netflix al mercado español en 2015 lo cambió todo, ya que por un económico precio tenías cientos de series sin publicidad que podías ver en cualquier momento del día. Siete años después, las plataformas ya no son la novedad, son la norma y raro es el hogar español con acceso a internet que no tiene contratadas una o varias de ellas.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, ya que al no tener una limitación en su parrilla, y querer siempre tener novedades que ofrecer, varias plataformas han priorizado la cantidad a la calidad, lo que se ha traducido, año tras año, en unas subidas de precio por unas series que la mayoría de usuarios nunca ven, ya sea porque no dan abasto entre tanta novedad o simplemente no les interesan por su temática o por su baja calidad narrativa, visual, actoral o de producción -algo que siempre suele ir de la mano-. Hay demasiadas plataformas, demasiadas series, y muy poco tiempo.

Aída, una de las series españolas más vistas de los 2000

Netflix y Disney+ han anunciado en los últimos meses la llegada de anuncios a sus plataformas en España, más concretamente, de una nueva tarifa más barata pero con pausas publicitarias. Más barata, pero con posible trampa, ya que Disney+ en Estados Unidos ya ha anunciado que subirá los precios en breve y por tanto la tarifa con publicidad costará lo que cuesta ahora mismo la estándar sin anuncios. Por ello, cuando llegue el momento habrá que valorar, individualmente y plataforma a plataforma, precios y la experiencia de usuario, que para mi es lo más importante. No es lo mismo una plataforma cuya publicidad sean pequeños cortes de entre treinta segundos y un minuto situados al final de una escena, que cortes automatizados siempre en el mismo minuto de reproducción, independientemente de lo que ocurre en pantalla y así cortando escenas -e incluso diálogos- a la mitad, algo que pasa en la televisión en abierto de España y que es una falta de respeto al producto y al espectador.

La piratería sigue existiendo, pero ya no está tan extendida como hace una década, hay tanta oferta de series que los usuarios prefieren las plataformas

Es común ver quejas en redes sociales de usuarios que amenazan con darse de baja debido a la inclusión de publicidad, pero en mi opinión se tratan de amenazas vacías que nadie cumplirá. Es más, creo que esta posible marcha de usuarios apenas afectará al incremento de la piratería porque eso es algo que se ha quedado atrás. Sigue existiendo, pero ya no está tan extendida como hace una década, hay tanta oferta de series que los usuarios prefieren consumir lo que tienen disponible en un click, que ver online ilegalmente o descargarse una serie exponiendo su ordenador o teléfono móvil a virus informáticos. Y es que, por poner un ejemplo, los dos primeros episodios de House of the Dragon estuvieron disponibles en buena calidad de forma ilegal un día antes de su estreno, y sus espectaculares datos de audiencia dejaron claro que eso no significó una pérdida de espectadores.

Daemon Targaryen (Matt Smith), en La casa del Dragón

Poniéndolo en perspectiva, con las plataformas hemos tenido acceso a demasiadas series pagando poco por ellas. Solo hay que recordar el alto precio de la televisión por cable antes -e incluso ahora-, la cual, por cierto, tenía publicidad y a nadie parecía molestarle ya que era lo normal. Y ojo, los espectadores no tenemos la culpa de que los estudios y Wall Street se acaben de dar cuenta de que las plataformas no son viables y es insostenible producir series como churros, pero al fin de al cabo esto es un negocio, y los anuncios pueden ser la única forma de que una plataforma sobreviva y no tenga que cerrar, cancelar todas sus series y dejar a cientos de personas en la calle. Al fin de al cabo, el dinero no solo vendrá de las empresas anunciantes, sino también de los nuevos suscriptores de esas tarifas con publicidad que no les importa ver unos pocos anuncios a cambio de pagar un par de euros menos.

Cuando lleguen los anuncios a las plataformas llegará el momento de valorar, comparar y quejarse si es necesario

¿Pero arruinará la experiencia de visionado unas cuantas pausas publicitarias? Los anuncios en sí no son lo incómodo, lo incómodo es, como mencioné antes, que los cortes sean abusivos y estén mal puestos, y por tanto perjudiquen a la experiencia del espectador. Cuando lleguen los anuncios a las plataformas de pago en España llegará el momento de valorar, comparar y quejarse si es necesario. Varias informaciones apuntan que la cantidad de publicidad de Disney+ y de Netflix será de cuatro minutos de publicidad por cada hora, y habrá que ver como se dividen esos cortes. Pero siendo realistas, pausas de treinta segundos o un minuto son tan breves que no da tiempo ni de ir al baño.

Que una serie tenga anuncios no significa que vaya a ser un martirio verla, no es lo mismo cuatro minutos de publicidad cada hora que doce como en el prime time de la televisión en abierto – la Ley General de la Comunicación Audiovisual fija en 72 minutos el máximo de publicidad que puede emitirse entre las 18:00 y las 00:00-. A espera de que se regule legalmente la cantidad de anuncios y pausas publicitarias en las plataformas, cuatro minutos, en mi opinión, no es abusivo. Por supuesto, a quien no le guste siempre tiene la opción de pagar un par de euros más por la experiencia sin anuncios, algo que cada usuario puede valorar según su tiempo, su uso de la plataforma y por supuesto de si su economía lo permite.

Netflix y Disney+ han anunciado en los últimos meses la llegada de anuncios a sus plataformas

Se dice mucho que las plataformas se están convirtiendo en televisión en abierto, por sus anuncios, sus cancelaciones, sus programas de bajo presupuesto, etcétera. Sin embargo, esto es algo sobre lo que discrepo, ya que al hacer estas comparaciones se suele olvidar algo clave, las plataformas nos permiten elegir entre cientos de opciones para verlas donde queramos y cuando queramos. Sí, las plataformas tienen una hora fija en la que hacen disponibles sus series cada semana, pero no hay que estar ahí a las nueve de la mañana en punto para verlas obligatoriamente, algo que sí pasa al ver una serie en Antena 3 o Telecinco.

Muchos de los anuncios serán para promocionar series y películas disponibles en la plataforma

Como dije antes, por cantidad y frecuencia, no son comparables las pausas publicitarias de las cadenas de televisión en abierto que las de las plataformas de streaming, pero nadie puede negar que sí tienen en común lo molestas que son. Pero, haciendo de abogado del diablo, creo que no todo es negativo. En primer lugar, sí, muchos anuncios serán para vendernos coches o teléfonos móviles, pero otros serán para promocionar series y películas disponibles en la plataforma, algo que puede ser de utilidad para elegir qué ver entre un gigante catálogo. Además, siendo pausas de apenas un minuto, podemos entrenarnos para solo mirar el móvil en ese momento y no en medio de una escena, algo que en mayor o menor medida todos hacemos.

Por otro lado, no es descabellado pensar que la inclusión de publicidad podría llevar a que las plataformas sean más transparentes con sus audiencias. Una empresa preferirá que su producto se oferte en las pausas de una de las series más vistas, que en las de una serie con muy pocos visionados o incluso ya cancelada. Por tanto, es posible que a la plataforma le interese revelar cuales son esas series de éxito para así vender más caros esos espacios publicitarios, tal y como se hace en la televisión lineal en abierto.

Jupiter’s Legacy, una de las muchas series canceladas de Netflix

Tiene sentido que una empresa pague más por aparecer en una pausa de Stranger Things que en una pausa de la cancelada Jupiter’s Legacy. Y sería una oportunidad perdida dejar la elección de los anunciantes en manos del algoritmo en lugar de negociar una escala de precios.

Las plataformas son algo relativamente nuevo, un experimento que todos los estudios han hecho sin saber cuál sería el resultado final. En medio de la llamada guerra del streaming, los partícipes se han dado cuenta de que si quieren sobrevivir deben aumentar sus ganancias para así aumentar una oferta que le consiga atraer nuevos suscriptores y mantener a los ya existentes. Para ello habían dos opciones: o subir mucho el precio de la suscripción, o mantenerlo pero añadiendo una tarifa con anuncios. Creo que está claro cuál es el mejor de los males.

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