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Esta es la primera huelga desde 1960 que coincide con una de guionistas. Hace tanto tiempo de esto que, por contextualizar, la televisión en color era algo nuevo en los hogares estadounidenses y el presidente del sindicato era Ronald Reagan. Era una industria totalmente distinta a la de hoy en día, y por ello, esta es una huelga histórica que podría suponer un antes y un después para Hollywood.
Repasamos las claves.
¿QUÉ NO PUEDEN HACER LOS ACTORES Y LAS ACTRICES?
El sindicato es claro con lo que sus miembros pueden hacer o no durante la huelga. No pueden trabajar para los estudios en absolutamente nada: ni actuación frente a cámara, ni locución, ni negociar contratos, ni hacer castings, ni acudir a galas de premios -lo que hace inevitable el retraso de la gala de los Emmys-, ni acudir a convenciones, ni conceder entrevistas para promocionar sus películas y series, etc. Ni siquiera pueden hablar de ellas en redes sociales. No pueden hacer nada que suponga actuación o promoción de cualquier tipo, solo manifestarse en los piquetes.
¿QUÉ SÍ PUEDEN HACER LOS ACTORES Y LAS ACTRICES?
Respecto a lo que pueden hacer, SAG-AFTRA ha decidido permitir trabajar en producciones que no formen parte de la AMPTP -la alianza de productoras, compuesta por los principales estudios de cine, cadenas de televisión en abierto, plataformas de streaming, cadenas de cable y otras compañías de cine y televisión independientes
También pueden seguir trabajando aquellos intérpretes que formen parte de soap operas, talk shows, reality shows o concursos, ya que se rigen por un contrato distinto, el del Network Television Code. Esto significa que una persona que forme parte del reparto de una serie pero también presente un concurso de televisión, como es el caso de Maya Rudolph, presentadora de Baking It y protagonista de Loot, está obligada a cruzar los piquetes para presentar el concurso, pero no puede rodar su serie.
Las negociaciones se han basado en 4 ejes principales: incremento salarial, regalías, pensiones y salud, e inteligencia artificial
Esto también significa que late shows como The Tonight Show Starring Jimmy Fallon o Jimmy Kimmel Live tienen permitido continuar durante la huelga. Sin embargo, de hacerlo deberá ser sin guionistas, algo que ya hicieron durante la huelga de 2007 pero con la diferencia de que ahora los actores no podrían acudir a sus programas.
Por otro lado, los estudios han encontrado un vacío legal para poder continuar con el rodaje de algunas series, entre las que se encuentran La Casa del Dragón, Industry y Dune: The Sisterhood. Aunque son producciones norteamericanas -o en el caso de Industry, co-producción-, se ruedan fuera del país y la mayoría de sus actores son británicos y no se rigen por SAG-AFTRA si no que forman parte del sindicato de actores británico, Equity.
Esto significa que, debido a las regulaciones británicas que impiden que los miembros de un sindicato hagan huelga en apoyo de su equivalente de otro país, los actores británicos están obligados a seguir trabajando. En cuanto a si los actores de SAG-AFTRA pueden seguir trabajando en estas series, como es el caso de Olivia Cooke en La Casa del Dragón, depende de si la serie se encuentra bajo contrato de SAG-AFTRA o Equity. Si se encuentra bajo contrato de SAG-AFTRA tienen prohibido continuar, pero si se trata de una serie bajo el contrato de Equity, el sindicato de actores norteamericano les ha recomendado que sigan trabajando para no arriesgarse a problemas legales con los estudios.
¿QUÉ PIDEN A LOS ESTUDIOS?
Las negociaciones entre SAG-AFTRA y la AMPTP se ha basado en 4 ejes principales:
- Incremento salarial: El sindicato comenzó pidiendo una subida salarial del 15% para así hacer frente a la inflación y al aumento del coste de vida, a lo que los estudios ofrecieron un 5%. Ante esto, el sindicato bajó sus demandas al 11%, pero los estudios se mantuvieron fijos en su oferta inicial.
- Regalías: Ahora mismo la base de las regalías es la misma para todas las series. El sindicato pedía una regalía extra para las series de streaming con mucha audiencia. Es decir, que los actores de, por ejemplo, Miércoles, cobren la regalía base más una regalía extra. El problema es que para dar esta regalía las plataformas deberían establecer unos parámetros de cualificación, y con ello, revelar su audiencia real, algo que guardan escondido y bajo mil llaves como si se tratase del Santo Grial. Por ello, el sindicato propuso que, si no querían dar sus audiencias reales, se creasen los parámetros con los datos de Parrot Analytics, una empresa que mide la demanda de las series a través de su presencia en redes -votos en webs especializadas como IMDb, búsquedas en Google, interacción en redes sociales, etc-, algo que los estudios rechazaron.
- Pensiones y salud: Para poder disfrutar de un seguro de salud los actores necesitan ganar 26.000 dólares al año, una cantidad a la que solo llegan un 13% de los miembros del sindicato. Los parámetros que rigen en plan de pensiones y de salud de los miembros de SAG-AFTRA no se han actualizado desde la última huelga, en 1981. El sindicato pedía una regulación gradual que vaya unida a cambio en la inflación, mientras que los estudios ofrecían una rebaja para cualificar que el sindicato no consideró suficiente.
- Inteligencia artificial: Los actores, al contrario que los guionistas, no están en contra de ser
sustituidos por inteligencia artificial. Sin embargo, piden cobrar cuando su imagen o voz sea usada para entrenar una IA o cuando se les replique digitalmente. En definitiva, piden cobrar cada vez que un estudio use su imagen o voz recreada mediante inteligencia artificial aunque no hayan estado en el rodaje de forma presencial, y siempre bajo su consentimiento. A los actores les preocupa que el público no distinga entre una imagen generada por ordenador y su imagen real, atribuyéndoseles cosas que no han hecho. No deja de ser curioso que este tema se tratase apenas hace un mes en Joan es Horrible, episodio de Black Mirror. Por supuesto, los estudios se negaron. Para añadir más leña al fuego, Duncan Crabtree-Ireland, jefe negociador de SAG-AFTRA, reveló que los estudios propusieron pagar un día de sueldo a los actores de figuración para escanear su apariencia, y poder usarla para toda la perpetuidad sin ninguna remuneración económica posterior de ningún tipo.
¿CUÁL ES LA POSTURA DE LOS ESTUDIOS?
Los estudios no están en su mejor momento. La taquilla de cine ha bajado un 25% desde los años anteriores a la pandemia y la televisión, ya sea en abierto o por cable, cada vez tiene menos espectadores. El streaming ha canibalizado un modelo que funcionaba.
El problema del modelo actual es que los estudios ya no funcionan como estudios de cine tradicionales, sino como empresas tecnológicas. Un estudio de cine hay años que tiene más beneficios, otros menos, pero se espera que siempre se mantenga en la misma línea. En cambio de las empresas tecnológicas se espera una crecida constante, que cada año sus beneficios sean mayores, algo que no es realista.
A los estudios les preocupa que si ceden demasiado ante los guionistas y actores ahora, tengan que ceder aún más el año que viene
La mayoría de las principales plataformas de streaming no tienen ni siquiera una década de vida, pero Wall Street espera beneficios inmediatos, algo que no se puede conseguir si a la vez deben invertir en hacer crecer la plataforma produciendo series y películas que serán las que atraigan a los suscriptores que acabarán dando esos beneficios. Y para satisfacer la exigencia de beneficios inmediatos y constantes, los estudios se ven obligados a despedir trabajadores, recortar presupuesto de sus series y películas, y borrarlas de sus plataformas para dejar de pagar regalías a la vez que suben sus precios, lo que hace que sus productos sean menos atractivos para los espectadores y las plataformas pierdan suscriptores, lo que lleva a menos beneficios, lo que lleva a recortes, y lo que acabará con la quiebra de los estudios. Es un círculo vicioso del que los estudios necesitan salir ya.
Además, el año que viene expiran los contratos de la AMPTP con IATSE, el sindicato de personal técnico, y Teamster, el sindicato de transportistas. Ambos sindicatos están siendo extremadamente solidarios con los guionistas, negándose incluso a cruzar piquetes de solo dos personas, y a los estudios les preocupa que si ceden demasiado ante los guionistas y actores ahora, tengan que ceder aún más el año que viene en esas negociaciones.
No ayuda la actitud de los estudios, y es que Bob Iger, CEO de Disney, declaró que los guionistas y actores no estaban siendo realistas con sus demandas y expectativas en busca de unas mejores condiciones de trabajo. Su sueldo de 27 millones de dólares anuales, más extras, en cambio, es totalmente realista y justo. Iger, por cierto, decidió delegar sus responsabilidades como representante de Disney en las negociaciones, desentendiéndose totalmente del asunto.
Pero las declaraciones de Iger no son la única actitud polémica y reprochable que han tenido los estudios en estos meses durante la huelga de guionistas y negociación con los actores:
- En mayo David Zaslav, CEO de Warner Bros. Discovery, fue a dar un discurso a la universidad de Boston. Cuando fue recibido con abucheos, exclamó que “alguna gente busca pelea”.
- El contrato de la AMPTP con SAG-AFTRA terminaba el 1 de julio, pero, con la esperanza de poder llegar a un acuerdo y, sobre todo, queriendo evitar una huelga que nadie quería, el sindicato aceptó la petición de los estudios de una prórroga de las negociaciones hasta el 12 de julio. Al convocar la huelga Fran Drescher contó que las negociaciones estuvieron paralizadas y los estudios no les cogieron el teléfono hasta los últimos días, y que les engañaron y usaron esa extensión para promocionar sus blockbusters veraniegos: Oppenheimer, Barbie y Misión imposible: Sentencia mortal- Parte 1, que, por cierto, se estrenó ese mismo día 12 de julio.
- En los últimos días de negociaciones con los actores, Deadline publicó un artículo en el que fuentes anónimas afirmaban que los estudios planeaban alargar la huelga de guionistas hasta octubre, cuando estos se quedasen sin dinero, perdiesen sus hogares, y no tuvieran más remedio que aceptar lo que se les ofrecía -los estudios llevan 2 meses y medio sin querer negociar con los guionistas-. El objetivo de dicho artículo era asustar a los actores durante las negociaciones, pero su mala acogida tuvo como consecuencia una videollamada entre los CEOs de los principales estudios y plataformas en los que, según se ha reportado, se cruzaron varios gritos e insultos.
Pero la explotación y las faltas de respeto de los estudios con sus trabajadores no son cosa de ahora y vienen de mucho antes, incluso con sus mayores estrellas. Cuando KJ Apa, protagonista de Riverdale, tuvo un accidente de coche en 2017 que pudo acabar con su vida al dormirse al volante tras trabajar 16 horas seguidas en el set, la respuesta de WBTV fue ofrecerle un chófer y una habitación de hotel si estaba cansado. Los rodajes no cambiaron su abusivo horario.
¿CUÁL ES LA DIFERENCIA RESPECTO A LA HUELGA DE GUIONISTAS?
La huelga de guionistas supuso una paralización parcial de la industria. Aunque ya no se podía escribir, los estudios siguieron rodando con el inconveniente de que no podían modificar ni una sola línea de guion. De forma irregular, y a pesar de que muchas producciones fueron detenidas por los piquetes, la maquinaria siguió en funcionamiento. Una huelga de actores no solo supone que las series y películas que se estaban grabando han tenido que detener su rodaje de forma inmediata, sino que los actores no pueden promocionarlas, algo esencial para atraer al público.
El ruido que hará la huelga de actores será mucho mayor que el ruido que ya hacían los guionistas
El retraso de series y películas se podría notar desde ya, este mismo año, y es que en la mayoría de casos los actores realizan re-grabaciones o tomas de voz apenas semanas antes del estreno. Cualquier cosa que todavía no se haya estrenado, aunque tenga fecha establecida, está en peligro de ser retrasada.
Además, el ruido que hará la huelga de actores será mucho mayor que el ruido que ya hacían los guionistas. SAG-AFTRA está compuesto por 160.000 miembros, 8 veces más que el sindicato de guionistas. Si solo un cuarto de ellos fuese a los piquetes, eso serían 40.000 personas, el doble de todas las personas que componen el sindicato de guionistas estadounidense. Pero eso no es todo, y es que no tiene el mismo efecto ver manifestarse a los guionistas de Stranger Things, que la gente no sabe quienes son, que ver a los propios actores.
Imágenes de actores y actrices como Meryl Streep, Brad Pitt, Tom Cruise, Tom Hanks, Jennifer Lawrence, Dwayne Johnson y un larguísimo etcétera con pancartas luchando por sus derechos y los de sus compañeros darían la vuelta al mundo y pondrían al público, a la gente de la que dependen los estudios para ganar miles de millones cada año, en su contra, lo que supondría una crisis de imagen sin precedentes de la que les costaría mucho recuperarse.
¿Y AHORA QUÉ?
Nadie sabe cuanto va a durar esta huelga. Carol Lombardini, presidenta de la AMPTP ha dicho que no reanudará negociaciones ni con actores ni con guionistas hasta que no terminen las huelgas porque “eso no es lo que hace la gente civilizada”. Mientras, ambos sindicatos no acabarán la huelga hasta que se llegue a un acuerdo. Alguien tendrá que ceder primero.
Los actores están siendo razonables con sus peticiones, y defienden que todo lo que piden son cosas que los estudios se pueden permitir. Argumentan que, si los estudios están construyendo plataformas con millones de suscriptores que están generando millones de dólares, los actores, que son las caras de dichas plataformas, merecen una compensación justa.
Los espectadores comenzarán a notar la huelga este mismo año. No tardarán en llegar los retrasos de películas, las cadenas en abierto tendrán que depender de concursos y realities, y a las plataformas de streaming, más pronto que tarde, se les terminará esa oferta de nuevas series que parecía eterna.
Hollywood siempre se vendió como la fábrica de los sueños, un lugar lleno de glamour y estrellas. Hoy esas estrellas se han convertido en supernovas, y están preparadas para destruirlo todo si es necesario.